Se estrenó en cines, "Simón de la montaña", una coproducción con participación uruguaya en la que el argentino es un muchacho buscando su lugar en el mundo; sobre algunas de esos asuntos charló con El País
Lorenzo "Toto" Ferro tiene 26 años y un par de esos papeles que lleva una vida conseguir. Se hizo conocer en el protagónico de El Ángel de Luis Ortega, un papel por el que fue premiado en festivales. Además tiene una sesión con Bizarrap (la #11, como Kiddo Toto) y estuvo en El Marginal y Narcos: México.
Ahora estrenó en cines,
Simón de la Montaña, coproducción uruguaya con premio en Cannes y escrita y dirigida por el argentino
Federico Luis. Allí interpreta a un muchacho que entabla amistad con chicos con discapacidad haciéndose pasar por uno de ellos. Va de hallar un lugar en el mundo y a uno mismo. Y es un papel muy exigente.
La primera vez que Federico Luis, el guionista y director, le presentó Simón de la montaña, dijo que era un delirio. ¿Cómo terminó convencido?Es que la historia fue cambiando un poco y que también yo fui esperando y dejando que el guión cambie y que entrase en mí. En el camino pasaron como tres meses y la película y el personaje se transformaron. A veces esperar es la mejor manera de hacer que un proyecto se vuelva una cosa increíble para uno. Acá ayudaron la espera y no avasallarme a decir sí. Sentía que representaba algo muy difícil para mi.
Es un papel lleno de capas porque por un lado es usted actuando de Simón, pero también es Simón construyendo un personaje.Al principio eso no estaba tan claro pero la última versión ya tenía esta cosa de las capas de un personaje actuando de otro. O de dos personajes en uno y que no haya tanta diferencia y al mismo tiempo la diferencia sea abismal pero que él no se reconozca ni en uno ni en otro. Cuando vi esos rasgos y esos rastros dije: "Ok va a seguir siendo un desafío pero en este desafío sí quiero estar".
A partir de ese guion que ya perfilaba la profundidad del desafío actoral, ¿cuánto aporta usted a la construcción de Simón?Federico retocaba los diálogos con nuestras improvisaciones en los ensayos. Y eso aportaba una cosa de frescura estaba todo el tiempo porque como pasaba en los ensayos podía pasar en el día de rodaje. Ensayamos mucho pero estaba siempre abierta la idea de que rasgos pequeños de la película podían estar librados a la interpretación, ya que el rasgo mayor no iba a cambiar.
https://www.youtube.com/watch?v=0_zuIHocjd4
¿Cómo fue el rodaje?Muy lindo y muy familiar. Había mucha gente que estaba debutando frente de una cámara de cine y era muy, muy, muy lindo estar acompañando y ser testigo de eso. Yo tenía un personaje muy claro y llegué muy preparado y eso me dio mucha confianza y libertad para jugar con toda esta novedad que estaba dando vueltas en el rodaje.
Su interés romántico en la película es una chica con síndrome de Down interpretada por Kiara Supina con quien tiene una escena de beso. ¿Cómo fue ese vínculo?Fue muy bueno: ella le aportaba una frescura a las escenas que era increíble porque siempre sorprendía con algo nuevo. Nunca nos dimos el beso hasta el día del rodaje, lo guardamos para que fuera una toma única. Fede quería preservar ese nivel de verdad y novedad y ciertamente quedó capturado algo muy impresionante.
La película habla de los prejuicios, por ejemplo sobre lo que entendemos como normalidad, amistad. ¿Le interesan esas búsquedas?El cine valioso es el que te cambia las maneras de ver las cosas y te genera preguntas nuevas. Está bueno adentrarse en las miradas del autor en películas como Simón de la montaña. Ver la vida o las ideas con los ojos de una persona que es en este caso Federico Luis. Y a veces te invitan a pensar de nuevo todas las cosas que vos quizás ya tenías pensadas y en un punto se siente como cambiarse la sangre por un rato, como esta idea de renovar los pensamientos y dejar entrar nuevas ideas.
En eso de las capas que hablábamos al principio de la charla, en la película hay grabaciones caseras reales de usted con su padre (el actor Rafael Ferro). ¿Cómo utilizó eso?Me sirvió para encontrar un punto de relación muy fuerte conmigo y el personaje. Esa persona soy yo, somos dos personajes que nacieron actuando. Y sirve para entender que a veces la ficción no existe porque esas imágenes desdibujan un poco la ficción y lo vuelven algo muy real. Por un momento Simón pasa a ser Lorenzo y se arma una mescolanza donde todo es una misma cosa y es un gran monstruo que te hace sentir más fuerte para jugar.