Luego de los resultados de las elecciones del domingo, la Cancillería argentina ratificó "compromiso de trabajar para fortalecer la agenda compartida y el bienestar de ambos países".
Nicolás Wiñazki - Buenos Aires Como en todas las variables de su gobierno, las relaciones exteriores de la gestión del presidente argentino Javier Mileitienen cualidades únicas que no se corresponden con la lógica política de sus antecesores en el cargo. Milei juega fuerte a nivel de la diplomacia, y los modos cordiales y las palabras altisonantes suelen ser cosas extraordinarias. Es por eso que el comunicado oficial que emitió la Casa Rosada liderada por el libertario tras el triunfo electoral de Yamandú Orsi debe leerse como una novedad, debido justamente a que se trata de un texto tradicional de una Cancillería del extranjero que saluda a un jefe de Estado electo de "un país hermano".
El domingo por la noche, con el resultado de los comicios ya confirmado, el Ministerio de Relaciones Exterior de Milei, al mando de Gerardo Werthein, un exempresario con vínculos con el Uruguay, difundió por la red X lo que pareció ser una salutación distante para Orsi -aunque quizás no lo haya sido tanto. "La República Argentina felicita al pueblo uruguayo por su ejemplar jornada cívica y saluda al presidente electo Yamandú Orsi por su victoria", decía esa primera reacción del gobierno argentino, y agregaba: "Ratificamos nuestro compromiso de trabajar junto a Uruguay para fortalecer la agenda compartida y el bienestar de ambos países".
Ese comunicado, teniendo en cuenta los modos diplomáticos de la gestión libertaria, dejan trascender que las relaciones entre Buenos Aires y Montevideo seguirán por los tradicionales lazos de "dos países hermanos". Eso, más allá de que las diferencias ideológicas entre Orsi y Milei son evidentes, y aunque ninguno de los dos las oculte.
Para los modos con los que suele moverse Milei con los mandatarios del extranjero, aun con líderes de países siempre aliados de Argentina, como el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, la reacción de la Cancillería se lee en Buenos Aires como un gesto de distensión y de buena voluntad para iniciar un camino de trabajo en conjunto, pese a que, por supuesto, se percibe la cautela y las incógnitas respecto a cómo será el rumbo del nuevo presidente del Frente Amplio que volverá al poder.
Milei es un presidente distinto, aun para la singularidad de los mandatarios argentinos. Y los ejemplos sobran. No detuvo sus muestras explícitas de simpatía por la candidatura de Donald Trump a la Casa Blanca, apostó a su victoria, y una vez que el republicano ganó las elecciones en su país la euforia invadió a los funcionarios del gobierno de Argentina. Milei idolatra a Trump. En sentido contrario, nunca intentó recomponer el vínculo roto con el brasileño Lula da Silva, a quien describió como "comunista", "zurdo" y "corrupto". Su amigo en Brasil es Jair Bolsonaro y no lo oculta.
Es por eso que se podría haber esperado otro tipo de reacción tras la victoria de Orsi. Primó la sensatez, el pragmatismo por sobre la ideología, y la posibilidad de generar un buen clima de trabajo conjunto en el Mercosur. El tiempo dirá.
Perspectivas
Fuentes calificadas de la Cancillería argentina explicaron que era una posibilidad muy concreta que Orsi venciera en el balotaje, por lo que se evitó confrontar con él durante la campaña electoral, aun cuando el Frente Amplio está integrado, en parte, por dirigentes que se identifican con el comunismo. Es una de las palabras, "comunista", que Milei suele usar en la política como total descalificativo contra sus rivales.
Ayudan, en este caso, las primeras declaraciones que Orsi realizó el lunes a los medios argentinos: "Con la Argentina debe ser una relación muy buena. No tenemos otra opción. Aunque desde un punto de vista filosófico e ideológico tengamos diferencias, en los temas que nos afectan en común debemos buscar acuerdos con sentido común", dijo Orsi en la radio Mitre de Buenos Aires, algo que cayó bien en la Casa Rosada, según ratificaron fuentes de la Presidencia argentina.
Orsi también se mostró optimista en relacionarse rápidamente con Milei, y obtuvo respuestas positivas: "Obviamente, Javier Milei tiene que estar en mi asunción. Me gustaría encontrarme antes con él, y algo va a pasar. Algún encuentro vamos a tener que tener. Creo que hay una cumbre ahora, aquí en Uruguay".
A través de su Cancillería, Milei confirmó su asistencia en la cumbre del Mercosur que se celebrará en diciembre en Montevideo, y para la que el presidente Luis Lacalle Pou ya invitó a Orsi a que concurra.
Alianza
Uno de los diplomáticos de más alto rango en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina explicó que la idea de la Casa Rosada es mantener una relación de alianza con Montevideo, alimentar el buen vínculo histórico entre ambos países, pero también señaló que hay incógnitas respecto a cómo actuará Orsi en temas de geopolítica, relevantes para Milei.
Uno de ellos es conocer cuál será su posición dentro del Mercosur respecto al régimen que gobierna Venezuela. La Argentina, desde que el libertario llegó al poder, giró totalmente su posición y considera a Maduro un "dictador". El alineamiento con los Estados Unidos, en ese sentido, es total. Buenos Aires espera que Orsi acompañe esa postura en el bloque regional.
Otra de las dudas latentes respecto al futuro de la administración Orsi es qué posición tomará sobre Bolivia, ya que ese país se transformó en un socio estratégico de la República Islámica de Irán, con quien firmó un memorando de entendimiento sobre Defensa e Inteligencia que inquieta a la Argentina debido a su nuevo posicionamiento como acérrima defensora de Israel, y por ende como país enemigo de las agrupaciones terroristas como Hezbollah, que de acuerdo al gobierno de Milei hicieron pie en La Paz.