El proyecto lleva el sello de la importadora de alimentos y bebidas Moldes Ruibal, apunta a un público apasionado por el vino y los alimentos gourmet y también ofrece espacio para eventos
"¡Wow!". Esta es la expresión que más se escucha por estos días en el local de Costa Rica 1740, en el polo corporativo Carrasco Valley. La semana pasada La Vigne abrió sus puertas con una propuesta que, lejos de ser una tienda convencional, invita a vivir una experiencia única. La apuesta es de Moldes Ruibal, empresa familiar con 55 años de trayectoria en la importación y distribución de alimentos y bebidas en Uruguay. «Dos conceptos son claves para en esta tienda: brand building y consumer experience», detalló Gabriel Sánchez Barbarich, gerente general de la empresa e impulsor del nuevo proyecto. Tras una inversión cercana a US$ 1 millón y en 150 metros cuadrados (m2), la importadora tiene alrededor de 500 referencias de productos, entre ellos vinos (unas 400 etiquetas). «Somos los principales importadores de vino de Argentina, con Catena Zapata como una de las principales marcas, junto a las más reconocidas bodegas del vecino país», puntualizó Sánchez, quien agregó que también cuentan con etiquetas de Chile y de otros países europeos, como Francia, Italia, España y Portugal.
En La Vigne, el público apasionado por el vino y los alimentos gourmet podrá conocer y comprar diferentes opciones. Además, será un punto de encuentro para sus clientes empresariales y un lugar donde sus proveedores podrán exhibir sus productos.
«La idea no es que vengan a consumir en la tienda, pero el local sí está pensado para brindar una experiencia, conocer qué ofrecemos y dar a conocer todo nuestro portafolio», advirtió el ejecutivo.
En lugar de llevar a comercios o restaurantes los productos que importa Moldes Ruibal, ahora invitarán a sus clientes a visitarlos y está todo pensado recibirlos. Una cava es el corazón de La Vigne y lo primero que descubre el visitante al ingresar al establecimiento. A la derecha, en muebles de hierro y madera diseñados a medida, se exhibe la oferta de vinos, organizados según su procedencia. Más al fondo, una mesa impresiona con su presencia y permite acomodar hasta 15 personas. Está concebida para hacer una cata y degustar alguno de los vinos colocados en un moderno dispensador, que -tarjeta magnética mediante- permite probar hasta ocho variedades.
Mucho más que vinos
A la izquierda del local, la propuesta sorprende con su puesta en escena, que incluye una canaleta iluminada donde se ven fragmentos de vidrios que fueron parte de la historia de la creación de la botella de Jägermeister, hasta que se logró elaborar un envase muy resistente.
«A los vinos, le sumamos otras marcas que distribuimos, como Jägermeister, Flor de Caña, San Pellegrino y Café Cabrales», contó Sánchez mientras mostraba una barra diseñada para preparar tragos y cafés de especialidad.
«Tenemos todo para hacer degustaciones, tragos o cafés, e incluso pensamos hacer in house algunos after con clientes», detalló el gerente y enfatizó: «Tendremos todo en un solo lugar, más allá de los eventos que solemos hacer en establecimientos como Baco, Manzanar o Piso 40». «Los apasionados por el mundo del vino, pero que también disfrutan de la coctelería o el café, podrán probar acá los productos antes de adquirirlos. Tenemos una máquina para cortar fiambres que, por ejemplo, usaremos para cortar una mortadela con pistacho, emplatarla y servirla», adelantó Sánchez, quien promete que la experiencia de La Vigne conquistará al público.
Entre los productos a la venta, destacan algunos que aún son desconocidos en el mercado local, pero que están en auge en otras latitudes. Uno de ellos es la tomata, una especie de salsa de tomate que se unta en el pan.
Detalles que importan
La Vigne está inspirada en establecimientos de otros países, pero -al decir del ejecutivo- «acá no hay nada parecido».
El concepto se perfeccionó tras muchos viajes por tiendas y bodegas de la región o fábricas europeas. «Acá trabajamos junto al arquitecto Víctor Alcuri, quien plasmó las ideas en diseños de mobiliario y estructura, y Fabiana Blanco, nuestra responsable de marketing, que cuenta con vasta experiencia en branding y category mangement. Y nada se dejó librado al azar, desde el piso de madera hasta la luminaria de cada sector. Es una experiencia distinta, donde seguramente el visitante también dirá ¡wow! no solo por la calidad de los productos, sino también por la excelencia en la puesta en escena».