Alberto van Klaveren: "Es la piedra angular de nuestra relación bilateral"
El ministro del Exterior de Chile, Alberto van Klaveren
El ministro del Exterior de Chile, Alberto van Klaveren. MINISTERIO EXTERIOR CHILE
De forma vertiginosa cerró el año el canciller chileno Alberto van Klaveren. Solo en una semana, viajó junto al presidente Boric a la cumbre de líderes del APEC, en Lima; luego al G20 en Río de Janeiro, y de vuelta participó en las diversas actividades por la visita oficial del mandatario francés a Chile, Emmanuel Macron. Y luego viajó a la Santa Sede, para conmemorar los 40 años del Tra-tado de Paz y Amistad (TPA) con la Argentina.
-¿Cuál es la importancia para Chile del Tratado de Paz y Amistad con Argentina? ¿Cómo se valor a hoy?
-La importancia de este tratado es que demostró, en su momento, que el diálogo y la diplomacia pueden resolver hasta los conflictos más complejos, algo que es importante relevar hoy más que nunca, en momentos en que en distintas partes del mundo adquieren fuerza discursos populistas que relativizan la importancia de la diplomacia y del multilateralismo para enfrentar los desafíos que actualmente afectan al mundo.
Hoy, el tratado es visto como la piedra angular de nuestra relación bilateral, sobre la que hemos construido una convivencia cercana y fructífera en todos los ámbitos. Es, sin duda, uno de los logros más significativos de nuestra diplomacia y que se logró gracias al importante rol de mediador que cumplió el Vaticano.
-¿Qué factores confluyeron en que se lograra firmar el acuerdo? ¿Cómo fue posible que incluso la oposición lo apoyara durante la dictadura?
-La firma del tratado fue posible gracias a varios factores claves. Lo primero fue el apremio y la urgencia por evitar un conflicto armado, lo que llevó a todos los sectores a comprender la importancia de una solución pacífica con Argentina. Pero también la Santa Sede, con el liderazgo del papa Juan Pablo II y la mediación del cardenal Antonio Samoré, fue fundamental. El Vaticano facilitó el camino, generando un ambiente de confianza y neutralidad para ambas partes. Es un éxito de la diplomacia y el diálogo. Finalmente, el trabajo técnico y profesional de los equipos negociadores, lo que permitió construir un acuerdo sólido y equilibrado.
"Respecto al apoyo de la oposición en nuestro país, creo que fue una muestra de madurez política y de compromiso con el interés nacional, de Estado, pese a la realidad de proscripción y violaciones de los derechos humanos que se estaba viviendo. Fue un acto de responsabilidad y visión que trascendió el contexto de la dictadura, marcando un precedente de unidad en torno a los grandes temas de Estado.
-El tratado, además, estableció un sistema de solución de controversias pionero, que sigue siendo clave hoy. ¿Cuál es su opinión sobre eso?
-El sistema de solución de controversias establecido en el tratado fue una innovación notable y una verdadera muestra de visión a futuro. En lugar de centrarse únicamente en resolver el conflicto existente, se diseñó también para prevenir disputas futuras. Esto no solo resolvió el diferendo del momento, sino que creó una estructura para manejar cualquier desacuerdo futuro de manera pacífica y ordenada, basado en el respeto mutuo y en el derecho internacional. Actualmente este sistema sigue siendo clave debido a que representa un compromiso continuo con la paz y la estabilidad en nuestras relaciones bilaterales.Siempre hay áreas en las que se puede avanzar.
-Cuarenta años después, ¿en qué puntos aún se puede progresar en la relación?
-El Tratado de Paz y Amistad fue la mejor solución para el momento que vivíamos. Pero como toda relación dinámica, y habiendo transcurrido 40 años, siempre hay áreas en las que se puede avanzar más. Se puede potenciar, por ejemplo, la cooperación en infraestructura energética. También en el comercio de bienes y servicios para aprovechar al máximo el potencial de ambas economías. En este sentido, tenemos mucho por mejorar aún en conectividad física, como en infraestructura de nuestros pasos fronterizos, incorporando tecnología para facilitar una relación aún más fluida.
-En el futuro, en los próximos 40 años, ¿hacia dónde debe apuntar la relación entre Chile y Argentina?
-Si en estos 40 años hemos aprendido a caminar juntos, los próximos 40 deberían centrarse en caminar de manera más integrada. Debemos orientar nuestra relación hacia una cooperación más profunda y amplia, que trascienda los desafíos inmediatos y las diferencias ideológicas o políticas para enfocarse en un futuro de desarrollo sostenible. La relación debe evolucionar hacia una integración económica más fuerte, buscando no solo la cooperación en infraestructura física, sino también en áreas clave como la transición energética, la economía digital y la economía del conocimiento.
-¿Cuál es la mirada del gobierno con respecto de la relación?
-Más allá de las diferencias políticas o ideológicas, hemos tenido una buena relación. Durante el presente año se han reactivado diversos mecanismos de coordinación política, como la Comisión Binacional de Comercio, Inversiones y Relaciones Económicas; la Reunión de Consultas Políticas, el Comité Permanente de Seguridad, entre muchos otros, lo que nos ha permitido trabajar en aquellos puntos de convergencia que son de mutuo interés, como la implementación y promoción del Tratado de Libre Comercio que tenemos vigente, los temas de seguridad, además de tratar los asuntos de integración y facilitación fronteriza. Por lo tanto, debemos seguir avanzando con la mirada puesta en el futuro.ß