Abastecimientos en salud
Una denuncia formulada por un conjunto de prestigiosos médicos ha revelado que un medicamento de vital importancia para ciertas enfermedades graves y frecuentes prácticamente ha desaparecido del país
Una denuncia formulada por un conjunto de prestigiosos médicos ha revelado que un medicamento de vital importancia para ciertas enfermedades graves y frecuentes prácticamente ha desaparecido del país. No es la primera vez que se registra un fenómeno semejante y son muchos quienes han experimentado la desaparición de algún fármaco debido a las dificultades para financiar la operación de fabricación o de importación por algún laboratorio nacional que había desarrollado esas funciones, a veces por largo tiempo. Pero esta vez se trata de un remedio cuya ausencia puede precipitar crisis gravísimas, incluyendo el suicidio de los pacientes, lo que naturalmente alarmó a los profesionales encargados de sus cuidados.
El asunto cambió de cariz cuando se conoció la respuesta de la Central de Abastecimiento, Cenabast, encargada de asegurar la disponibilidad de recursos estratégicos, como lo anuncia en su página de internet, "mediante la gestión del servicio de abastecimiento de medicamentos (y otros), para mejorar la salud de todas las personas que habitan en Chile". No obstante, se ha podido establecer que el medicamento llegó a Chile en septiembre, pero no se les entrega a los hospitales que no formen parte del Sistema Nacional de Servicios de Salud, SNSS, o sea, la red pública, y así, el Hospital de la Universidad de Chile, el de la Universidad Católica y el de la de los Andes, junto con muchos otros, han quedado excluidos de recibirlo.
Citando normas legales, los facultativos denunciantes han afirmado que por el hecho de que la droga en cuestión, la ketamina, está incluida en el formulario nacional, la Cenabast estaría incumpliendo sus obligaciones. Además, figura en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud. A esto, la institución pública señala que ella solo puede entregar el medicamento a establecimientos privados si la autoridad sanitaria emite una alerta de desabastecimiento, cosa que no ha hecho. De esta forma, según la tradicional respuesta burocrática, se traspasa la responsabilidad a un ente difícil de identificar, puesto que la autoridad sanitaria convencionalmente le corresponde al seremi, pero el problema de la escasez del medicamento no es regional, sino de carácter nacional.
Cualquier observador, especialmente un paciente, o un familiar suyo o un médico a su cargo, se da cuenta de que no se ha proporcionando una respuesta satisfactoria, por cuanto se está discriminando entre chilenos, o personas que habitan en Chile, según donde elijan recibir sus cuidados. Si lo hacen en los servicios públicos, a riesgo de quedar en lista de espera, podrían recibir el medicamento, pero si lo hacen en servicios privados no la recibirán, pese a las solemnes declaraciones de Cenabast. El caso recuerda la decisión del Tribunal Constitucional con respecto a la gratuidad de la educación superior, puesto que ese alto tribunal eliminó por inconstitucionales las disposiciones que exigían requisitos adicionales a las universidades privadas y otras instituciones que no eran exigibles a las estatales, en circunstancias que se buscaba ayudar a los alumnos en situaciones vulnerables. Ahora son los pacientes los perjudicados como consecuencia de la elección que han hecho en cuanto a la institución que los cuidará.
La ketamina, además de ser un anestésico conocido desde hace más de cincuenta años, es usada como antidepresivo a dosis menores, pero también ha sido usada como droga recreacional y está sometida a varios controles. Por esta razón, su escasez ha dado lugar a especulaciones respecto de la posibilidad de un mercado negro, lo que vuelve aún más alarmante una distribución tan selectiva.