Jueves, 02 de Enero de 2025

La mayoría de los escolares TP quiere ir a la universidad, pero menos de la mitad lo logra

ChileEl Mercurio, Chile 30 de diciembre de 2024

Otras barreras que enfrentan estos alumnos son la escasez de información sobre oportunidades de acceso especial y también de orientación vocacional.

Pese a que el sistema educativo cuenta con beneficios para que los jóvenes que egresan de un liceo técnico-profesional (TP) continúen sus estudios en un centro de formación técnica o en un instituto profesional, la mayoría de ellos (62%) quiere entrar a la universidad. No obstante, menos de la mitad del total (39%) logra cumplir sus expectativas.
Así lo muestra un estudio realizado por el Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (Ciled), de la U. del Desarrollo, a 5.197 estudiantes de enseñanza media técnico-profesional, que además identificó las barreras que los escolares TP enfrentan al momento de querer seguir una carrera universitaria.
Una de ellas es la falta de orientación vocacional, ya que estos establecimientos fueron creados para acelerar el tránsito al mundo laboral. También se detecta como traba la escasez de información. Aunque casi todas las universidades en Chile ofrecen algún tipo de admisión especial, solo 10 cuentan con programas específicos para estos estudiantes, y de ese grupo, únicamente cinco entregan información clara y accesible en sus plataformas web, indica el estudio.
"Es muy importante que los jóvenes estén informados de sus oportunidades. En ese sentido, estamos al debe como país. Hay evidencia de que los problemas para acceder a la educación no solo pasan por el financiamiento, sino por falta de información", advierte Sergio Celis, académico del Centro de Investigación Avanzada en Educación, de la U. de Chile, quien no participó en el estudio.
Otra traba sería la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), ya que los liceos TP están orientados a lo práctico y no a lo académico. "La PAES no está hecha para ellos. En 3° y 4° medio se centran en la lógica práctica y no los preparan para rendir la prueba. Eso produce una brecha de dos años con un alumno que salió de un colegio científico-humanista. Debe existir un mecanismo diferenciado para los estudiantes TP", sostiene María José Domínguez, directora del estudio del Ciled.
Sobre este punto, Celis agrega que aunque ha habido avances, aún quedan desafíos. "La PAES, a diferencia de las pruebas anteriores, se centra más en competencias y menos en el currículum, y ese cambio se hizo para mitigar estas diferencias. Lo que sí es cierto es que los alumnos científico-humanistas llegarán mejor preparados para entrar a la universidad, porque esa es la orientación de sus colegios".
Respecto a las razones que llevan a los estudiantes a preferir la universidad sobre continuar con la especialización técnica, Domínguez sostiene que se debe a que "no se ha relevado lo suficiente la importancia de la educación técnica".
Más articulación
"En el país hay una mirada muy tradicional sobre el futuro educacional de los jóvenes. Está muy internalizado que la universidad es el camino, y dentro de la universidad, carreras más tradicionales. Y después, cuando se acerca el momento de elegir, juegan otros factores como el financiamiento y la preparación académica, que hacen que sus planes vayan cambiando", complementa Celis.
Más que añadir vías de acceso diferenciadas, los especialistas coinciden en que una estrategia, que ya se está implementando en países desarrollados, es flexibilizar el tránsito de una modalidad de estudio a otra.
"Al sistema de educación superior chileno le falta mucha articulación, tanto con los colegios como con el mundo del trabajo, y también falta que se articulen mejor las instituciones entre ellas. Las trayectorias son muy limitadas para ir de un instituto profesional a la universidad, por ejemplo", acota Celis.
Manuel Farías, director en Educación técnica y trayectorias formativo-laborales de Fundación Chile, coincide. "Tanto el sistema técnico-profesional como el universitario tienen que tener una transformación que facilite las trayectorias entre las modalidades. Actualmente, si alguien que hizo una carrera técnica quiere estudiar un magíster o un doctorado, no puede hacerlo, porque se exige una licenciatura. La experiencia laboral tampoco se valida. Cada institución podría tener un sistema de reconocimiento de aprendizajes previos. Países como Canadá, Inglaterra, Escocia, Australia o Finlandia ya lo han hecho, con sistemas de trayectoria más flexibles. Incluso tienen doctorados o magísteres prácticos que no están orientados a la investigación".
Farías también advierte un debilitamiento de los liceos técnico-profesionales: "Están disminuyendo su matrícula de una manera dramática. Entre 2004 y 2023 bajó 10 puntos. Desde mi punto de vista, lo que la educación media TP está ofreciendo no es óptimo. Los programas están desactualizados de acuerdo con lo que la industria requiere".
Para Celis, es clave fortalecerlos. "El mundo técnico-profesional es central para el desarrollo de los países, es también un motor económico y una vía de progresión social", dice. "Hace 10 años, el 30% de los jóvenes que estudiaban en un liceo técnico-profesional entraba a la educación superior y hoy es más del 40%", añade Farías.
Domínguez agrega como antecedente que "hoy en Chile hay un déficit de técnicos enorme (de 6 mil al año, según el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, SENCE), pero falta explicarles mejor a los jóvenes las ventajas de ser técnico y que no todos tienen que ser universitarios. ¿Qué sacamos con eso si después no hay trabajos para ese nivel de especialización? Hay profesiones que están bastante saturadas".
DesconocimientoSegún una encuesta realizada por la Fundación Luksic entre abril y mayo de este año como parte de su programa Aspiraciones sobre el Futuro, muy pocos estudiantes técnico-profesional conocen los requistos para acceder a la gratuidad, lo que termina siendo una barrera para su acceso. Según el estudio, solo 4 de cada 100 sabía cuáles eran todos los requisitos para acceder a ella y la mitad conocía que la prueba PAES tiene un puntaje entre 100 y 1.000 puntos.
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