Viernes, 10 de Enero de 2025

Veranos del fútbol uruguayo: el otro Defensor del 76, el mejor de la Liguilla pre Libertadores

UruguayEl País, Uruguay 10 de enero de 2025

Luego de hacer historia como el primer campeón uruguayo de la era profesional sin ser Peñarol o Nacional, el violeta conducido por Andrés Prieto derrotó al aurinegro en la final por 4-1.

Redacción El País
Defensor Sporting es el único club que ganó la Copa AUF Uruguay: tres títulos consecutivos enriquecen el palmarés de la institución de Punta Carretas. En otra época se presentaba a los violetas como "especialistas en Liguilla", pues conquistaron varias ediciones de este certamen, breve y exigente, que clasificaba a los equipos uruguayos a la Copa Libertadores. Esa serie comenzó en 1976, pocos meses después de la conquista del primer Campeonato Uruguayo, la hazaña que inició todo.

En diciembre de ese mismo año 76, Defensor "a secas" (todavía no se había fusionado con Sporting) fue campeón de la Liguilla, marcándole cuatro goles a Peñarol en la final. Aquella formación sumaba la seguridad defensiva y la convicción táctica que fueron bases del triunfo en el Uruguayo, con un mayor control de la pelota y superior poder goleador: marcó 12 goles en cinco partidos, sin contar los cuatro de la definición.

Había otra diferencia entre los dos equipos. Los principales protagonistas del Uruguayo se alejaron al otro día de la victoria sobre Rentistas que rubricó la proeza: el técnico José Ricardo De León y el crack Luis Cubilla. De León se fue a dirigir a México mientras que Cubilla dejó el fútbol y rápidamente firmó con Nacional como entrenador.

Pero el Profesor, como todos lo llamaban, sugirió el nombre de su reemplazante: el chileno Andrés Prieto, hermano de Ignacio, futbolista de Nacional en 1971. Era un hombre de vasta experiencia en las canchas sudamericanas, pero su llegada a Defensor tuvo una historia atrás: no estaba en un buen momento personal y por eso De León pensó en él.

En la primera práctica, Prieto le confesó a sus nuevos dirigidos que no conocía el estilo que su antecesor había trabajado pacientemente en Defensor. Tampoco había videos como para repasar sus partidos.

Por ejemplo, el violeta practicaba un pressing tan estricto (e inusual para la época), que en las prácticas De León solía sentarse en una silla en el arco y la orden era que no dejaran rematar al contrario.

Con la colaboración de sus jugadores, Prieto mantuvo la esencia del sistema, pero le agregó su toque personal. En vez de salir al ataque a toda velocidad, el profesional chileno les pidió cuidar la pelota y buscar una maniobra ofensiva más elaborada. Tuvo a su favor un plantel maduro, que siempre supo lo que quería y no se mareó tras la conquista del Uruguayo.




La Liguilla



El torneo pre Libertadores tuvo lugar en diciembre en vez del habitual enero, pues la selección uruguaya debía prepararse para las eliminatorias del Mundial 78. Defensor estaba entre los favoritos, pero seguramente no el principal, entre un Nacional renovado y ambicioso de la mano de Cubilla, campeón de la Liga Mayor (segundo certamen del 76) y un Peñarol que no había ganado todavía nada esta temporada y buscaba desquite.

Como en el Uruguayo, cuando cayó 3-0 en el debut ante Peñarol, Defensor empezó la Liguilla con un traspié frente a Nacional. Un mal pique de la pelota, tras remate de Rafael Perrone, le dio el triunfo al tricolor.

El violeta volvió al camino derrotando a Peñarol por 3 a 1 en el segundo partido. Y no dejó de sumar victorias: le ganó 4-0 a Huracán Buceo, 1-0 a Wanderers y 4-1 a Danubio.

Este último encuentro se jugó de tarde en el Parque Central, todavía sin red lumínica. Alberto Santelli marcó tres goles y Rodolfo Rodriguez otro, todos en el primer tiempo. Danubio descontó cerca del final a través de Roberto Roo, pero todo estaba liquidado hacía rato.

Ese resultado clasificó a Defensor a su primera Libertadores. El otro pasaje fue de Peñarol, que se recuperó venciendo el clásico y que tuvo durante todo el certamen a un Fernando Morena imparable, autor de 12 goles. Nacional, en tanto, decayó en la parte final.



La final


Quedaba un duelo más. Como violetas y aurinegros habían igualado al tope de la tabla de la Liguilla, tuvieron que disputar un final el lunes 27 de diciembre, justo entre el brindis navideño y el de fin de año.

La previa tuvo un episodio que ignoró casi todo el mundo en el Estadio Centenario: jugadores y dirigentes de Defensor sostuvieron hasta última hora tensas conversaciones por los premios de esa Liguilla.

Muy poco antes del comienzo del partido hubo un principio de entendimiento y los futbolistas resolvieron jugar. Hubo tan poco tiempo que tuvieron que vestirse en el ómnibus, camino al estadio. Y tanto fue el apuro que tomaron en la utilería las primeras camisetas que encontraron, las de manga larga, pese a que era verano. Ni siquiera pasaron por el vestuario.

Pese a todo eso, salieron a apretar a Peñarol en toda la cancha. A los 4 minutos ya estaban ganando, con un gol de tiro libre de José Gómez. Dos minutos más tarde llegó el 2-0, con otro tiro libre, esta vez de Rodolfo Rodríguez. Los 50.000 espectadores, en gran medida hinchas de Peñarol, no podían creer lo que pasaba.

En el segundo tiempo Santelli convirtió dos más . Peñarol siguió atacando, apenas llevado por el orgullo de club grande. Y cuando sobre la hora descontó Lorenzo Unanue, la hinchada aurinegra lo gritó como si se tratara del empate. En realidad, estaban celebrando que habían podido hacerle un gol a ese reloj de precisión que fue Defensor aquella noche.

Vale la pena repasar los equipos. El violeta salió con Freddy Clavijo, Arispe, Jauregui, Salomón, Javier; Gómez (luego Agresta), Ricardo Ortiz, Graffigna, Rudy Rodríguez, Santelli (Correa) y Rodolfo Rodríguez. Peñarol con Fossati, Mario González, Olivera, Faral, Diogo; Unanue, Ramón Silva, Maneiro (Custodio); Pizzani, Morena y Simaldone (Jiménez). El técnico aurinegro era Roque Máspoli.

Prieto dejó el club tras la Liguilla y continuó su carrera en el exterior. Fue reemplazado por un hombre de la casa, Mario Patrón.

La Libertadores le presentó un grupo repleto de blasones: Peñarol, River y Boca. Venció a los aurinegros, le empató a River de visitante pese a un arbitraje escandalosamente adverso y empató con un Boca que vino a defenderse al Centenario. Y recién se despidió al caer contra Boca en la Bombonera.



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