El entrenador de 44 años que ya lleva ocho en esta profesión, habló con Ovación tras su salida de Valladolid de LaLiga de España y contó qué metas tiene en el corto y largo plazo.
A los 41 años, Paulo Pezzolano ya lleva ocho como director técnico y tras su salida de Valladolid no hay descanso porque después de pasar las fiestas en Uruguay, volvió a Europa para llevar a cabo una de sus grandes consignas: aprender y mejorar.
Se marcó una hoja de ruta por Inglaterra para ver entrenamientos de varios clubes, apuesta a perfeccionar el idioma inglés y tiene como gran meta seguir dirigiendo en el Viejo Continente, pero hay un sueño que persigue: llegar a la selección de Uruguay.
En entrevista con Ovación, el Papa hizo referencia a esas metas claras, pero también habló de lo que para él tienen los entrenadores uruguayos, de lo que le falta al fútbol local para seguir creciendo, el error que no se puede cometer y contó qué significa el éxito que ha cosechado hasta el momento en su carrera.
¿Te sorprendió o te dolió la salida del Valladolid?
No porque sabíamos que íbamos a jugar para salvarnos del descenso. Teníamos claro que iba a ser muy complejo por el tema económico del club que no podía contratar mucho, pero arrancamos muy bien. Después se vendió a un jugador importante y no pudimos lograr la estabilidad de mantenernos por fuera de la zona del descenso y bueno, se llegó a la conclusión de que la salida era lo mejor para nosotros, para el proyecto y para que llegue un cuerpo técnico fresco y logre el objetivo.
¿Qué hablaste con Ronaldo?
No tuvimos una charla profunda todavía, pero hay mucho cariño mutuo. Estuvimos trabajando tres años juntos. En Cruzeiro salimos campeones y pasamos momentos muy lindos en un club con mucha presión, que de los más grandes de América y donde logramos los objetivos. Después nos toca ir a Valladolid y logramos el ascenso que lo necesitaba rápido porque en España cuando descendés, necesitás ascender rápido porque después pega y mucho el tema económico. Logramos el ascenso y tuvimos cosas muy lindas. Él estuvo muy contento con nuestro trabajo y nosotros muy contentos con toda su gente porque hay gente espectacular que trabaja con Ronaldo y siempre seré un agradecido por haberme cruzado a uno de los mejores 9 de la historia del fútbol.
¿Está pendiente esa charla Con Ronaldo?
En algún momento tendremos sí una charla más tranquilos. Intercambiamos mensajes pero no tuvimos todavía una charla fluida con él pero el cariño mutuo así que se va a dar en cualquier momento.
¿Qué significó llegar a LaLiga?
Significó mucho. Todos los técnicos tienen sus metas. Mi meta más grande como entrenador es algún día poder dirigir a la selección uruguaya y la otra meta era llegar a Europa, pero no solo llegar, sino consolidarme y hacer una carrera importante ahí. Sé que es algo muy complejo y no es fácil, pero con trabajo y con dedicación todo es posible. Creo que como cuerpo técnico dejamos sensaciones muy buenas en lo deportivo y en los temas de gestión en Valladolid a base de metodología y la verdad que estamos muy contentos. La gente que vio el trabajo y mismo la gente de fútbol lo tiene muy bien visto, así que ahora la meta es tratar de lograr mantenernos un tiempo largo en Europa si Dios quiere y si se puede.
¿Tu llegada a España sentó un precedente para el arribo de otros técnicos uruguayos?
Si va un uruguayo o un sudamericano a una liga y después pasa que contratan otro uruguayo, a otro sudamericano o llegan otros uruguayos a esa liga, ya se habla mucho entre los clubes. Este qué tal, cómo trabaja, la metodología, algo a lo que se le da mucha importancia en Europa, el tema de las gestiones, cómo la llevás y el resultado que también es una consecuencia de varias cosas. No es solo de si trabaja bien o mal. Hay muchísimas cosas. Entonces si después llegan el Cacique Medina y Diego Alonso, por ejemplo, quiere decir que se está hablando bien del trabajo del uruguayo si no ni te llaman. Por eso para mí lo vital es cómo se está viendo bien el trabajo, que no estás fallando como persona, que mucho más allá de lo deportivo te da orgullo que haya varios ahí y ojalá podamos seguir fomentando eso a base de trabajo, humildad y sacrificio porque en Uruguay hay muy buena materia prima de entrenadores y de jugadores y ojalá podamos seguir levantando esa vara.
¿Qué tiene el entrenador uruguayo?
Yo lo digo mucho y me gusta mucho decir y remarcar a todos lados que voy que soy uruguayo. Marcamos una diferencia en el tema de la pasión. Creo que tenemos una personalidad de ir frente a la adversidad que no cualquiera la tiene, una manera de gestionar el grupo y de generar ese equipo interno porque nosotros estamos acostumbrados a ir contra el que sea, cómo sea y lograrlo en base a trabajo, con fundamentos y eso para mí marca mucha diferencia. Tenemos ese diferencial que hay que aprovechar y obviamente nos tenemos que seguir formando para que sea un diferencial, que no sea nuestra única arma porque hay algo diferente en el uruguayo que no está en todos lados.
¿En qué sentís que mejoraste en estos últimos meses como entrenador?
Vas mejorando en todo. La experiencia, las diferentes cosas que van sucediendo automáticamente te hacen mejorar. Si tenés capacidad de leer lo que se hizo mal, lo que se hizo bien, cómo seguir mejorando otras cosas, todo eso. Mejorás mucho también con los jugadores que tuviste, tenés futbolistas de muchas selecciones diferentes, de muchos países diferentes y saber llevar un grupo con jugadores de diferentes culturas es espectacular, es un crecimiento único y creo que en eso nosotros como cuerpo técnico lo hicimos excelente y conseguimos siempre que vayan hacia el mismo lado, así que el crecimiento fue constante. No te puedo decir cuánto pero hubo mucho crecimiento en todo sentido y más estando en un ligas que son de las más importantes como la de España.
¿Cuáles fueron las diferencias más grandes que encontraste en España?
En España los partidos son como de ajedrez. Son pequeños movimientos en los que constantemente tenés que saber cubrir la fortaleza del rival, saber dónde está la debilidad y exprimirla al máximo porque esa debilidad si no la exprimís en su momento ya deja de ser debilidad porque te lo cubren enseguida y tenés que buscar otra cosa con diferentes caminos para llegar a la victoria ofensiva. Entonces necesitas una riqueza táctica, una riqueza de entendimiento de juego, una riqueza de estrategias frente a diferentes situaciones que aparecen porque estás en el mejor fútbol del mundo. Para mí LaLiga es la segunda mejor del mundo después de la Premier League. Entonces eso te lleva a esa riqueza que te genera un crecimiento tremendo. Después el fútbol español tiene el juego de posesión que los jugadores tienen en la sangre y eso a mí me encanta. El jugador español entiende todo lo que le pedís, tiene esa riqueza desde chico y es algo impresionante.
¿Y respecto a Uruguay, México y Brasil?
El juego español es todo estrategia, tenés que saber jugar cada momento del partido, que son fundamentales, tenés que saber defender en bloque bajo, en bloque medio, en bloque alto, saber atacar en bloque alto. Esos momentos del partido los tenés que saber jugar muy bien. La diferencia con el brasileño es que es un jugador muy leal. A mí me ha pasado que todos los que he tenido hacen 100% lo que vos le pedís y es una liga de supervivencia porque todos los equipos son grandes, tienen millones de hinchas y la presión que tiene el jugador es enorme. Tenés que saber qué le podés pedir y en qué momento, porque él aparte tiene una presión muy grande porque si un jugador brasilero se equivoca en un partido clásico por ejemplo, difícilmente pueda volver a jugar en ese equipo porque tiene una presión tremenda que se va a tener que ir a otro club. Entonces es supervivencia, tenés que entender eso para entender el fútbol brasileño. No en todos los lugares se puede hacer exactamente lo mismo. Tenés que saber mover la cintura en el tema táctico, en el tema de lo que vos quieras estratégicamente. El fútbol mexicano es un fútbol de transición pura, no tiene medio campo. Atacaste, recuperó el rival y atacaron. Recuperaste, atacaste. Tenés siempre ventajas, jugás mucho en la altura, la pelota va más rápido, tenés que saber que no pueden rematear de fuera del área, porque si los remates de fuera del área caen rápido, son difíciles. Ahí tenés la profundidad, es de más vértigo y es como un partido de ping pong en México. Y el fútbol uruguayo es un fútbol más físico que tendríamos que tratar de que sea más dinámico, agregarle más velocidad, pero es un fútbol que es muy complejo y no cualquiera dirige acá. Hay que saber entender nuestra idiosincrasia, saber entender al jugador, al club, pero sobre todo saber que jugadores como el uruguayo son muy pasionales. El uruguayo en equipo sabe que podemos lograr lo que sea. Si estamos todos en el mismo camino y sabemos que vamos hacia un lugar y vos le trabajás bien la cabeza, convencidos con el juego que hagas, lo convencés, sabés que podes lograr lo que sea, porque estamos acostumbrados a enfrentar la adversidad. A nosotros nos gusta jugar de visitantes, nos gusta todo eso que en otro fútbol no gusta tanto. Entonces tenemos ese diferencial.
¿Qué le falta al fútbol uruguayo para seguir creciendo?
A este fútbol que es muy bueno hay que agregarle a mi entender más velocidad con pelota, el juego más de abajo de la zona baja que lo hace todo el mundo y no es para que quede lindo sino que para sacar ventaja porque quiere decir que capaz con tres toques vos tenés una oportunidad de gol y no sea sólo es el riesgo, porque si yo hago bien la salida, el que presiona es el que sale. Esas cosas para mí hay que ir agregando acá, pero como todo fútbol tiene las cosas buenas y cosas para mejorar.
Hace poco en una entrevista en España dijiste que en tus inicios como entrenador de Liverpool desde la tribuna te gritaban que no era el Barcelona. ¿Hoy ves un cambio más general con varios clubes apostando al juego de posesión, salida desde abajo y mejores transiciones?
Se ha mejorado un poco, pero habría que intentar seguir mejorando. El tema como entrenador es tener esa personalidad para hacerlo y sentir que es lo mejor y no hacerlo por copiar, no hacerlo por hacerlo porque el error más grande nuestro es querer hacer lo de Guardiola sin tener los jugadores para hacerlo. Eso es lo que no podemos hacer. Pero sí dentro de lo que nosotros tenemos poder hacer un mejor fútbol desde abajo y en todos sentidos. ¿Por qué? Porque le da una riqueza táctica, una riqueza de juego, en la toma de decisiones del jugador que puede crecer y podemos vender, porque hoy en día en el fútbol no hay un zaguero que no pueda salir jugando. El zaguero tiene que marcar sin duda, tiene que saber marcar, tiene que saber marcar en duelos en campo abierto, tiene que ser fuerte en los duelos, pero a la vez cuando tiene la pelota tiene que saber generar línea de pases, generar constantemente líneas de pases, porque si ellos se abren a la altura del golero, generan líneas de pases por dentro. Ahora, si hay un zaguero que no se mueve, no quiere recibir esa pelota, ya se cierra la línea de pase por dentro también. Que sepa recibir con la pierna lejana, que sepa encontrar esa línea de pase para romper líneas del rival, para generar superioridades, para generar cosas. Todo eso da una riqueza en el jugador, que nos da también una riqueza en el fútbol para poder vender a ese jugador. Y no es solo que quede lindo porque es el fútbol moderno porque yo quiero ganar como sea, pero hay que entender que como entrenador yo tengo varios objetivos.
¿Qué objetivos?
El primer objetivo es ganar. Sin duda. Pero dentro del objetivo de ganar, mi club tiene que vender jugadores. Para vender jugadores yo tengo que mejorar el jugador individualmente y para lograr todo esto tengo que tener una metodología de trabajo muy importante. Entonces vos cuando enramas esas cosas ahí te sentís buen entrenador. Vos me podés decir que está todo muy lindo, aunque no lograste el resultado, pero yo capaz que en algún club que no obtuve el resultado hice vender a jugadores por 100 millones de dólares. Hice una rama muy importante y quiere decir que mejoré el juego individualmente, la metodología era buena y después el resultado depende de varias cosas. Hay detallecitos dentro de un partido que no te dan resultados. Todos los clubes del mundo, hasta el más rico, necesitan vender jugadores. Son empresas. Hoy en día si vos no entendés todas esas partes va a ser complejo para el entrenador. Entonces ese crecimiento se ve hoy en día. La riqueza táctica se ve con todos los programas para ver cualquier partido del mundo y ahí ves qué riqueza táctica tiene tal entrenador o jugador, si va creciendo o no va creciendo. Por eso tenemos que seguir agregando cosas en nuestro fútbol que obviamente como te dije viene mejorando pero hay que seguir mejorándolo porque tenemos material. El jugador uruguayo es muy leal y siempre quiere, intenta. Hoy en día vemos el fútbol y tenemos herramientas para ver de todo, entonces podés tener a un jugador que quiere ser como Messi, quiere ser el mejor del mundo, quiere jugar en las grandes ligas y para eso le tenés que dar herramientas, vos no le podés sacar responsabilidad, tenés que agregarle cosas para que tenga más responsabilidad, para que siga mejorando, para que se vea y para que él vea que puede llegar ahí. Entonces, va más allá de que quede lindo o no una salida desde el fondo o un juego combinativo.
Lo nombraste a Guardiola y es uno de tus grandes referentes. ¿Tenés algún otro entrenador que te guste o que le veas cosas muy buenas como a él?
Siempre digo que me encantaba el Barcelona de Guardiola. Nunca vi un equipo superior a ese. Perdió algún partido sí, pero no han sido otros superiores a ese. Vos a veces tenés un partido en el que podés llegar a ser superior al rival y el rival te gana y no está todo mal. Se dio una circunstancia, una jugada o lo que sea, vos tuviste las chances y no las hiciste, y el otro te llegó una vez y te hizo el gol. Eso le pasaba a Guardiola, pero para mí era casi siempre, salvo en algún partido, superior a su rival. Entonces eso para mí marcó porque veías un equipo que te encantaba cómo jugaba, cómo era superior al rival siempre con pelota y lo que lograba. Claro está que tenía los jugadores para lograr eso. Sin dudas para mí es uno de los mejores entrenadores de la historia porque yo lo viví. Me podrán decir que antes había otros mejores, perfecto, pero yo viví este y la verdad es espectacular. Y hoy en día que me gusta mucho como trabajó en Sassuolo, en el Shakhtar Donetsk, en el Brigghton y ahora en el Marsella, un tipo como Roberto De Zerbi. Me encanta lo que hace, cómo atrae para buscar los espacios que quiere y la particularidad con la que lo logra con eso. Es un entrenador que hoy en día me gusta mucho. Me encanta lo que intenta hacer y lo que logra. Y después sin duda me gusta el lineamiento que sigue Liverpool con Klöpp primero y ahora con Arne Slot. Es impresionante ver ese 4-3-3, esa presión constante, esa verticalidad que tienen es muy buena. Esos son los entrenadores y el juego que hoy en día me gusta y que me llama mucho la atención.
¿Seguís con esa obsesión de mirar siempre para adelante?
Soy mucho de mirar para adelante sí. Vivo con ese dinamismo y con eso de querer crecer constantemente. Tengo mis objetivos claros y por eso este semestre lo voy a usar para seguir creciendo. Voy a ver y estudiar fútbol. Me gusta mucho la Premier League, donde para mí hoy en día están los mejores entrenadores a no ser un Ancelotti o un Simeone. Ya tengo todo ordenado el calendario y voy a ir a ver entrenamientos de clubes que me interesan mucho. Son ocho equipos diferentes y voy a estar 10 días en cada club, voy a profesionalizar el inglés que para mí es fundamental para seguir creciendo también. Ese va a ser mi semestre en principio porque hay que saber que llegaron muchas ofertas del fútbol brasileño, algo de México, de la MLS y de China, donde estuve como jugador, pero no era el momento porque este semestre lo voy a usar de crecimiento para seguir formándome porque tengo 41 años y ocho de experiencia, por eso quiero crecer en los aspectos tácticos, de estrategia y muchas cosas más que me lleven a estar en ese alto nivel y por eso este es un momento ideal para hacerlo.
¿Qué debe tener un club para seducirte?
Hubo clubes muy serios, económicamente muy fuertes y con grandes jugadores que me llamaron, pero hoy en día mi objetivo es poder seguir dirigiendo en Europa. Fueron siete equipos de Brasil que me llamaron directamente. Y no es que el club no tenga lo que yo quiero, pero hoy estoy buscando un objetivo: ver si puedo mantenerme en Europa y si logro estabilizarme allá. Es algo difícil pero lo tengo que lograr. Entonces no es solo eso, sino ver qué liga, el momento en el que está ese equipo y qué podemos hacer dentro de ese club. Para mí es vital el proyecto para que el siguiente paso nuestro pueda ser seguir creciendo. A mí no me importa si es Primera División o Segunda División, lo que me importa es el proyecto. En todos los clubes estuve por lo menos dos años. Entonces el club, el proyecto que tiene, la proyección que tiene y saber lo que quiere para mí es vital. Más allá del dinero eso es lo que me va a mover.
¿Te consideras exitoso hasta el momento?
Muy. Sin duda. Llegar a LaLiga como llegué, llegar a México, lograr los campeonatos con Montevideo City Torque, con Liverpool, con Cruzeiro, el ascenso con Valladolid. Hay como un pensamiento diferente con la Segunda División y la Segunda de España está entre las 10 mejores ligas del mundo. Y fuimos el primer ascenso el año pasado. No salimos campeones porque tuvimos el afloje en el último partido, sino lográbamos el campeonato. Entonces, haber logrado los objetivos en cada club y mirar para atrás y ver que esos clubes vendieron jugadores, crecieron internamente con cosas que no se ven de afuera pero se ven muy bien de adentro, te deja tranquilo. Hoy en día tengo muy buena relación con todos los presidentes y dueños de los clubes en los que estuve. Hablo con todos, nos llamamos y siempre estamos hablando o nos vemos para comer algo. Eso es impagable. Eso para mí sí es tener éxito y creo que voy por el buen camino.