Jueves, 29 de Mayo de 2025

Tormenta golpea a Mendoza

ChileEl Mercurio, Chile 13 de enero de 2025

Vientos superiores a los 100 km/h y granizo destruyeron más de 2.000 hectáreas en San Rafael, Mendoza, y dejaron a cientos de pequeños productores sin cosecha.

La imagen es desoladora. Viñedos, durazneros y otros frutales, que prometían una buena cosecha en menos de un mes, quedaron completamente pelados. La producción terminó esparcida en el suelo, luego de que vientos, que superaron los 100 kilómetros por hora, junto con el granizo, causaran importantes daños a unas 4.000 hectáreas en el departamento de San Rafael, Mendoza. De esa superficie, la mitad quedó completamente destruida por el fenómeno la semana pasada.
El impacto de la tormenta fue tan fuerte que los productores, a punto de iniciar la cosecha, perdieron todo en cuestión de minutos. "Fue un evento excepcionalmente fuerte en la zona de Real del Padre y Jaime Prat, con vientos de más de 100 kilómetros por hora. Voló techos, rompió estructuras de malla antigranizo y las pérdidas en general en la zona son totales" relató Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Argentina (Acovi).
Según Ruggeri, la tormenta que comenzó el lunes pasadas las seis de la tarde, afectó alrededor de 4.000 hectáreas con distintos grados de intensidad, pero más de 2.000 sufrieron pérdidas de un ciento por ciento En total, unos 350 pequeños productores, que trabajan entre cinco y siete hectáreas, fueron los afectados. "Los productores perdieron todo. Se quedaron sin la cosecha de este año y parte de la que viene, especialmente en lo que respecta a la uva, y muchos también perdieron directamente sus frutales," explicó.
Las uvas podrían recuperarse el próximo año, pero los frutales, como duraznos y ciruelas, no se regenerarán, lo que significa que los productores tendrán que esperar entre 4 y 5 años para volver a producir
Las uvas podrían recuperarse el próximo año, pero los frutales, como duraznos y ciruelas, no se regenerarán, lo que significa que los productores tendrán que esperar entre 4 y 5 años para volver a producir
De las hectáreas dañadas, aproximadamente el 60% corresponde a uvas y el 40% a otros frutales. El durazno ya se encontraba en plena cosecha, mientras que la ciruela, que se destina principalmente a la industria para su desecado, y la uva estaban en proceso de maduración. Ambos cultivos se encontraban a tan solo 25 o 30 días de ser cosechados.
"En el caso de la uva, el próximo año puede haber cosecha nuevamente, pero en el caso de los frutales, se perderá mucho porque son mucho más sensibles. La parte externa de la planta, que es la piel, no se regenera en los prunos, como el durazno y la ciruela. Con lo cual, muchas de esas plantas se van a secar," detalló Ruggeri. Ante esta situación, los productores deberán arrancar las plantas dañadas y esperar entre cuatro y cinco años para que las nuevas empiecen a producir.
El dirigente lamentó que los productores se encontraban con una excelente cosecha por delante, con una sanidad de las plantas óptima y condiciones favorables para una buena calidad de uva.
El panorama es sombrío para muchos pequeños productores que solo cuentan con frutales, ya que les será muy difícil volver a producir, y losa de viñedos recién tendrán producción el próximo año.
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