Brain rot, nuevo villano para una antigua tragedia
Ahora la culpa la tienen las redes sociales; antes, los videojuegos, y todavía antes, la tele; por ese camino, llegamos a Roma Antigua y seguimos sin ver la raíz del problema
En diciembre tuvimos la palabra de 2024 , según la editorial de la Universidad de Oxford , es decir, la que publica el Oxford English Dictionary
Ahora la culpa la tienen las redes sociales; antes, los videojuegos, y todavía antes, la tele; por ese camino, llegamos a Roma Antigua y seguimos sin ver la raíz del problema
En diciembre tuvimos la palabra de 2024 , según la editorial de la Universidad de Oxford , es decir, la que publica el Oxford English Dictionary . Fue brain rot (también pueden encontrarla como brainrot ). Tiene dos significados, en la jerga de internet. Por un lado es la montaña de contenido de poco o nulo valor que se publica en las redes sociales (Internet no empezó con las redes sociales, y siempre hubo montañas de trash food ). Por otro, es el efecto sobre la salud cognitiva que podría producir el consumir mucho de este contenido . Mucho, dicen los que estudian tales asuntos, son 4 o 5 horas por día. Hay quienes pasan todavía más tiempo mirando esta cascada infinita de fast food mental.
OK, no es la primera vez que nos alertan acerca de las consecuencias catastróficas de las nuevas tecnologías . Por regla general, la evidencia se acumula -por ejemplo, contra los videojuegos - hasta que la tecnología que hasta ahora estaba en el banquillo de los acusados es desplazada por una nueva, se reciclan los estudios, se vuelve a acumular evidencia, y así. De la tele hasta Instagram , no paramos de echarle la culpa al actor equivocado .
Una salvedad, para evitar malentendidos. Muchos estudios son serios, no hay duda al respecto. Es más, in pectore estoy convencido de que el scroll infinito de necedades obnubila la mente y reduce nuestra capacidad de leer textos largos y medulosos . Y por supuesto que un exceso de redes sociales, de tele, de jueguitos o de pedalear en la bici va a tener consecuencias nefastas para la salud . Quisiera recordar aquí que el pasar demasiado tiempo con los videogames terminó por causar muertes (básicamente, por la trombosis que puede sufrir una persona luego de estar mucho tiempo sentada). Pero al mismo tiempo no me parece una super noticia que sea dañino para cerebro el mirar todo el día memes que no solo no son una obra maestra del humor, sino que además se vienen reciclando desde más o menos las carabelas de Colón . Brain rot significa, traducido literalmente, podredumbre cerebral .
Por otro lado, hay que apuntar que los estudios en este terreno, como posiblemente los memoriosos recordarán, solían ser bastante contradictorios . Una semana los videojuegos eran la causa de las masacres que se dan a menudo en Estados Unidos (no el hecho de que se vendan armas y hasta munición en los supermercados ) y a la semana siguiente resultaban beneficiosos para la coordinación psicomotriz (sin que al parecer nadie advirtiera que el universo de los juegos es tan vasto que resulta imposible sacar una conclusión general ).
Al final, la pregunta que casi nadie parece querer hacerse es por qué alguien elige consumir todas estas toxinas mentales, dado que hay decenas de miles de cosas magníficas online. Es decir, ¿por qué alguien se pasa el día mirando videos de perros tocando el piano y aullando cuando tenés en Spotify la obra coral completa de Brahms ? Es una edición para coleccionistas de siete CD. Casi ocho horas de lo mejor de lo mejor, por dos pesos con cincuenta ( si prorrateamos entre toda la música disponible en esas plataformas ). Con estos tesoros a mano, ¿por qué reincidimos con el video del que revela una conspiración con extraterrestres o ese otro en el que, en un delirio que reíte de Skibidi , se siembran tomates plantando -ejem- rodajas de tomates? ¿Qué nos pasa?
Lo que nos pasa empieza mucho antes de las redes sociales, Internet, el siempre ardido grupo de WhatsApp, Twitter y la pavada en general. Durante demasiado tiempo fuimos muy irresponsables con la educación , sea de forma directa o por los representantes que elegimos. El problema de ser irresponsables con la educación es que sus efectos son acumulativos, como los del alcohol o el tabaco . La primera vez que desistimos del mérito , el esfuerzo y la disciplina (en el sentido del que estudia piano o practica un deporte, no en el de pegarte con la regla en la punta de los dedos) creímos haber avanzado, cuando en realidad lo que ocurrió es que la siguiente generación ya disponía de menos herramientas para el pensamiento crítico, y tomó decisiones todavía peores respecto de la educación .
Al dañar la educación, dañamos el pensamiento crítico , abonamos las falacias (que hoy son la forma aceptada de razonar; o sea, el mundo al revés) y convertimos todo aquello que no pasa fácil en aburrido o peligroso . O ambos.
Es posible que un exceso de memes, comentarios soeces y videos border tengan un efecto negativo sobre la psiquis y, aseguran, también sobre las neuronas . Pero nada comparado con lo que nos han causado décadas de una educación en la que edulcoramos los programas, colonizamos el aula con adoctrinamiento, le arrebatamos al docente su autoridad y, por si fuera poco, les pagamos una miseria . Esa es la raíz del brain rot .