Miércoles, 30 de Abril de 2025

Los periodistas y el poder

ChileEl Mercurio, Chile 26 de enero de 2025

Un cambio fundamental ha experimentado la profesión de periodista, como queda en evidencia luego de una investigación realizada por el cuerpo Crónica para el Futuro, de "El Mercurio"

Un cambio fundamental ha experimentado la profesión de periodista, como queda en evidencia luego de una investigación realizada por el cuerpo Crónica para el Futuro, de "El Mercurio". Un número significativo de estos profesionales, tradicionalmente informadores en los medios de comunicación social, hoy parecen ser funcionarios del Gobierno y actúan bajo las órdenes de las autoridades públicas. Así, si la práctica del periodismo estuvo siempre guiada por afanes de imparcialidad, hoy la información que muchos de ellos proporcionan parece estar al servicio del poder político.
Las causas de este cambio pueden encontrarse tanto en los anhelos de las autoridades de imponer sus puntos de vista -así ha sido siempre- como en los desafíos financieros de los medios de comunicación, enfrentados a una acelerada revolución tecnológica. En esta coyuntura, las fuentes noticiosas, que históricamente alimentaban la agenda de los medios, han tomado ventajas evitando a los intermediarios. En efecto, en este campo, quienes intermediaban eran los medios de comunicación profesionales, pero ahora las fuentes han comenzado a manejar sus propios canales, tanto en las redes sociales como en sus sitios de internet. Y para lograr imponer sus mensajes, que son mucho más parecidos a las ideas de la publicidad y la propaganda que a la de la información valiosa, han contratado a numerosos periodistas, quienes encuentran así una forma de eludir la desafiante transición que hoy viven los medios.
Si bien el fenómeno se extiende a todas las empresas, privadas y públicas, mediante la comunicación corporativa, la dimensión gubernamental ha tomado una fuerza tan desmedida que hoy el mayor empleador de periodistas es el gobierno central. De hecho, más de mil periodistas están contratados por los ministerios, aunque posiblemente sean muchos más los que se desempeñan en las 350 municipalidades, además de las gobernaciones. Sorprende, por ejemplo, descubrir que en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio trabajen 161 periodistas. Hay diarios que han logrado cumplir sus tareas por más de cien años con una dotación cercana a los diez profesionales. Pero ese número parece no ser suficiente para cubrir las supuestas necesidades comunicacionales de casi ningún ministerio.
La labor de difusión y comunicación es, por cierto, importante y los gobiernos deben intentar cumplirla de la mejor forma. Llama la atención, sí, que ante cada problema serio, como también ante inconvenientes pasajeros, las autoridades lo atribuyan a problemas de mala comunicación. Colmando de periodistas sus dependencias, no es fácil que resulte creíble esta clase de excusas tan corrientes en nuestro país.
Las tareas históricas del periodismo han estado centradas en el cuestionamiento al poder, el que debe ser incomodado por la prensa. Aún resuenan las palabras del Presidente Ricardo Lagos pronunciadas en el centenario de este diario: "no hay una democracia verdadera, real, profunda, cuando no hay una prensa que cotidianamente es el aguijón del gobernante". Con los periodistas ocupando los lugares de gobierno, sin duda se está produciendo un cambio que puede influir en la calidad de nuestra democracia.
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