Lunes, 10 de Marzo de 2025

El nuevo problema de las parejas que se separan: la custodia compartida de las mascotas

ChileEl Mercurio, Chile 9 de marzo de 2025

Dividir las semanas en las que se quedan con el perro o pedir dinero para su cuidado y salud son casos cada vez más comunes, reconocen dos abogados y una psicóloga.

Hace ocho meses que Runavi y Cinco tienen dos casas. Estos perros, un cocker y un mestizo, pasan una semana en la casa de Bruno Giordano y otra en la de Andrea Ahumada, su expareja.
Pese al quiebre sentimental, la "custodia" de las mascotas es compartida y todos los gastos caninos siguen siendo a medias. "Priorizamos el bienestar y las emociones de los perritos, y de nosotros mismos que también los necesitamos", comenta él.
Su situación no es atípica. Esta custodia compartida de las mascotas tras una ruptura está apareciendo cada vez más en las consultas de la psicóloga Gianella Poulsen, jefa de la Unidad de Terapias de Pareja y Sexualidad de UC Christus. "Varias parejas tienen un gran compromiso afectivo con sus mascotas. Muchos de los problemas que hasta hace poco trabajábamos solo relacionado a sus hijos, hoy lo hacemos con sus mascotas".
Estos casos también llegan a manos de abogados. Brenda Pérez, abogada particular, cada vez media más acuerdos legales entre parejas que tras un quiebre, estando casados o no, discuten la tenencia de las mascotas en común. "En vez de pelear por los bienes, pelean por las mascotas, porque ya son consideradas parte de sus familias", dice Pérez.
El estudio jurídico Wolfenson ha visto unos 30 casos de este tipo en los últimos cuatro años. Su abogado y socio principal, Ariel Wolfenson, explica: "Se puede firmar un acuerdo civil para establecer la responsabilidad de cada cotutor de la mascota, incluyendo visitas y/o manutención". Eso puede incluir sus gastos alimentarios y de salud .
Hace tres años Josceline Arévalo (34) y su expareja llevan una custodia compartida con Lúcuma, una perra pug que adoptaron viviendo juntos. "Nunca he dudado que él no la quiera o no la cuide bien. Ella tiene un gran apego hacia él. Siempre sentí que era como su hija y no era mi derecho quitársela", afirma.
Poulsen cree que es "importante tener la conciencia de que es un ser vivo amado por ambos, que les importa cuidar, que necesitan su cariño y cercanía porque los alegra. Por lo tanto, deben buscar el bien mayor para ambos y para la mascota".
Giordano coincide: "El cariño que dan es único. Con ellos puedo compartir el día, la noche, los sueños, la enfermedad y todas las emociones".
Por eso, cuando Runavi y Cinco no se quedan en su casa, Giordano los extraña, porque le falta "ese apoyo emocional que me dan con su cariño, movidas de cola y llamadas de atención para jugar".
Sin embargo, reconoce que a veces tener que seguir viendo a su ex para entregarle a los perros es complicado.
Límites claros
Ese tema lo han resuelto Josceline Arévalo y su expareja. Para ellos es muy importante mantener límites; por eso nunca han visitado la casa del otro. Y para entregarse a Lúcuma cada semana, intentan que sea en un parque en el que la perrita pasea usualmente, en una esquina o en una estación de Metro. Solo siguen hablando por WhatsApp respecto a Lúcuma, por temas monetarios, de alimento o salud de ella, y para coordinar los intercambios. Bruno Giordano y su expareja también limitan sus mensajes a estos temas.
Sin embargo, no siempre es posible lograr la custodia compartida. "Cuando una relación termina mal, las conversaciones no siempre funcionan. Y es válido, muchas veces inevitable, dejar proyectos en común con dolor, entre ellos, las mascotas", sostiene la psicóloga Poulsen.
Por eso pasó Anahí Montenegro. Con su exmarido tenían una mestiza, Tatona, y un poodle , Bimbo. Tras divorciarse ella se quedó con Bimbo y él con Tatona, ya que era más dependiente de él.
"Cuando me despedí de Tatona, me miraba ladeando su cabeza como preguntándome '¿por qué te vas?'. Fue terrible sentir que la abandonaba un poco", dice entre lágrimas. Y agrega: "No verla más, cuando la había cuidado por siete años, me dolió mucho, más que dejar mi propia casa". Pero ella asegura que en su situación, era la única forma de terminar definitivamente la relación con su exmarido.
El nuevo problema de las parejas...mensajes a estos temas.
Sin embargo, no siempre es posible lograr la custodia compartida. "Cuando una relación termina mal, las conversaciones no siempre funcionan. Y es válido, muchas veces inevitable, dejar proyectos en común con dolor, entre ellos, las mascotas", sostiene la psicóloga Poulsen.
Por eso pasó Anahí Montenegro. Con su exmarido tenían una mestiza, Tatona, y un poodle , Bimbo. Tras divorciarse ella se quedó con Bimbo y él con Tatona, ya que era más dependiente de él.
"Cuando me despedí de Tatona, me miraba ladeando su cabeza como preguntándome '¿por qué te vas?'. Fue terrible sentir que la abandonaba un poco", dice entre lágrimas. Y agrega: "No verla más, cuando la había cuidado por siete años, me dolió mucho, más que dejar mi propia casa". Pero ella asegura que en su situación, era la única forma de terminar definitivamente la relación con su exmarido.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela