El embrujo de Real Madrid y la Champions es infinito e indestructible

El juego tiene ingredientes inasibles, que escapan a la lógica y se mimetizan ante el registro estadístico que campea en la alta competencia. Si se trata del escudo de Real Madrid en el marco refinado de la Champions League, siempe está ese porcentaje indescifrable. Y dicta sentencia.
El club más ganador del certamen europeo (15 coronas) lo pasó mal en el Metropolitano, el fortín de un Atlético de Madrid inclaudicable, que está plagado de argumentos futbolísticos y que pasan imperceptibles ante la caricatura combativa que acompaña a los equipos de Diego Simeone.
Tras el 2-1 de la ida en el Bernabéu, el Madrid se preparó para sufrir, pero jamás imaginó el martirio al que lo empujó el rival. A los 27 segundos se destruyó todo plan de partido. Y eso demoró el local en vencer a Thibaut Courtois, con un ataque desbocado, bien de manual rojiblanco: envío largo (del zaguero Lenglet), atacar el segundo balón (vivo Griezman) y soltar a las hienas contra el arco rival. En la foto final de la obra aparecieron Rodrigo De Paul en la asistencia y el inglés Conor Gallagher anotando, previa pantalla de Julián Álvarez. De pizarrón.
Esperanza para el Atlético, que desde ahí se hizo impenetrable con dos líneas de cuatro compactas, que bascularon sin fallas. La tropa de Carlo Ancelotti hizo el ataque amplio, trató de ubicar futbolistas entre líneas y darle velocidad a la pelota, pero hay muros que no se rompen nunca. Ni la sabiduría de Luka Modric, quien terminó reemplazado, fue una brújula confiable. Incluso Jan Oblak tuvo una jornada más quieta que su colega belga, porque el local puso dos veces a Álvarez de cara al gol.
El menguado Kylian Mbappé (estuvo en duda hasta última hora) aprovechó esos paréntesis de entusiasmo del Atlético y encontró metros para correr en la segunda parte hasta que fue víctima de un penal de Lenglet. Falló el infalible Vinicius y el Madrid empezó a vivir en la incomodidad, acechado por los miedos, porque Giuliano Simeone les sacudió el rancho dos veces.
La prórroga, con Atlético activado con Ángel Correa, estiró el padecimiento merengue en una jornada críptica. Se rompió Mendy y los músculos del resto ya no daban. El salvavidas estaba en los penales y en la leyenda interminable.
No se podía fallar. Resbaló Álvarez al lanzar (conquista anulada por el VAR al golpear dos veces el balón) y Llorente pateó al travesaño. Rudiger, de pies duros, decretó la gloria con un remate que alcanzó a tocar Oblak. El embrujo se ensañó con el 'Aleti' y le dio hizo un guiño al de siempre.
'' Al final, todo parece una lotería. Casi le paré el penal a Correa. No fue nuestra mejor actuación, pero no importa; !pasamos¡".
THIBAUT COURTOIS, portero de Real Madrid
'' Jugamos un partido increíble con mucha energía. Sí, no hemos conseguido ganar a Real Madrid en la Champions League, pero lo pasó mal siempre contra nosotros".
DIEGO SIMEONE, DT de Atlético.
Borussia Dortmund, Aston Villa y Arsenal, entre los 8 mejoresSalió del horno Borussia Dortmund. Apretado con el 1-1 que le robó Lille en Alemania, el finalista de la última Champions League empezó abajo la revancha en el norte francés (gol de Jonathan David a los 5'), y desde ahí empezó a reconstruirse. Primero con un penal muy fino (anotó Emre Can a los 54') y luego con un disparo angulado de Maximilian Beier (65').
El Dortmund chocará con Barcelona, duelo que significará el reencuentro del croata Niko Kovac, que llegó hace un mes a Iduna Park, con Hansi Flick, su exayudante en Bayern Munich. "Cuartos con el Barcelona, no hay nada mejor", dijo el meta Gregor Kobel, recordando que ya se midieron en la fase de Liga (triunfo catalán por 3-2 en Renania del Norte).
El Arsenal no se desgastó y empató 2-2 ante PSV redondeando una llave desigual (9-3). Aston Villa vive una catarsis europea y ahora se medirá ante PSG tras superar 3-0 a Brujas (6-1 la llave) con tantos de Marcos Asensio (50' y 61') e Ian Maatsen (57') ante un rival menguado por la expulsión de Kyriane Sabbe (16'), que desvirtuó la lucha.