Parte de la hinchada tricolor adoptó una postura tajanta sobre el director técnico del equipo, a pesar de que su efectividad desde que regresó es alta.
A pesar de que Martín Lasarte es un entrenador probado, con credenciales de sobra por haber sido múltiple campeón en Nacional, y muy sincero cuando transmite sus emociones o es autocrítico en una conferencia de prensa, también genera -como la gran mayoría de sus colegas- críticos y adeptos.
Ocurre que en días recientes, aun en la búsqueda de un equipo que se recite de memoria, el clamor más bullicioso -que generalmente se expresa a través de las redes- comenzó a soplar con fuerza hacia un bando que cuestiona y empezó a mirar con lupa cada una de sus decisiones desde un buen tiempo a esta parte.
Es verdad: no todo pasa por el mundo virtual. Pero así como hay un universo en el que cientos de internautas reaccionan, hubo una multitud que se hizo sentir en el Gran Parque Central el día que el clásico terminó 1-1. Algo parecido pasó en el Campeones Olímpicos, cuando el equipo transpiró para ganarle 3-2 a un cuadro de suplentes de Boston River y mucha gente no se fue conforme.
Apoyados en el resultado del sábado (3-3 con River) en el Franzini, Matías y Manuel, dos socios de 24 y 25 años a los que Ovación consultó, mientras esperaban por una foto con Eduardo Vargas y Bruno Arady, expresaron su descontento con un tema puntual que el técnico se encargó de explicar ayer en conferencia: la no convocatoria de Gonzalo Petit. "El otro día era su primera posibilidad de convocatoria después de una semana normal. Creo que debía tener un período de readaptación tras volver de la selección", dijo. Aunque la inquietud no deja de ser un apunte puntual de dos jóvenes, en parte es, también, la representación de lo que un núcleo duro de hinchas de Nacional piensa. Y exige. Porque no basta con que los resultados acompañen al DT en el global -de hecho, ganó el 73,5% de los puntos oficiales desde que volvió al club-, sino que "importa" el ahora, lo inmediato. Y también está aquella vieja premisa de que "hay que jugar lindo", de la que Lasarte ya quedó rehén: "Yo quiero esa pasión (del Real Madrid). Me gustan las personalidades. No me gusta el brillito hoy y después perder. No, no; hay que ganar siempre. No es brillito (...)".
¿De dónde surge, entonces, esta relación de amor-odio de algunos hinchas? ¿Qué es lo que los motiva a cuestionar al técnico y no tanto a los jugadores?
No hay única respuesta y, en parte, sorprende que parte de la hinchada haya adoptado esta postura tan firme cuando Lasarte fue quien tendió la mano a fines de diciembre para seguir siendo el DT, a pesar de no estar entre las prioridades, coinciden dirigentes. Sin embargo, el manejo de algunas emociones -empezando por el día en que dijo "yo soy el que puse a Petit y resulta que ahora tengo que dar explicaciones" y siguiendo por la última, cuando, en un tono algo prepotente, preguntó a periodistas cuántos goles querían que hiciera el Diente López- no ha tenido la recepción deseada. Lo mismo hace un mes al contestar en caliente sobre Diego Herazo. "Ahora en el fútbol se cuestiona todo".
Afín a que no haya "mucho halago ni mucha crítica", Lasarte tiene espalda en sus números, pero frente a micrófonos sus detractores también le exigen...