Chile cae y llega a su peor puesto en el Informe Mundial de la Felicidad: pasa del lugar 38 al 45
En la región es superado por naciones como Costa Rica, México (ambas por primera vez entre los top 10 mundiales), Uruguay, Brasil y Argentina, entre otras.
Los chilenos están menos felices. Por lo menos así se desprende del Informe Mundial de la Felicidad 2025 dado a conocer ayer y que ubica al país siete lugares más abajo que en la edición del año anterior, pasando del puesto 38 al 45.
Se trata de la peor ubicación en la que ha estado Chile desde la creación del informe, en 2012.
Por su parte, Costa Rica, en el sexto puesto, y México, en el décimo, debutan entre los diez países más felices del mundo, según el ranking , que mantiene a los países nórdicos como líderes, con Finlandia encabezando la tabla por octavo año consecutivo.
Seguridad y corrupción
El informe se elabora a partir de clasificaciones que se extraen de una media de tres años de la evaluación de la calidad de vida, considera una serie de factores: desde el PIB hasta la esperanza de vida, la sensación de libertad, la percepción de corrupción y tener a alguien con quien contar. Además, la edición de este año incorporó el impacto de los cuidados y de compartir la felicidad con otras personas.
"El objetivo es incorporar a la evaluación de los países no solo indicadores econométricos, porque estos no explican por completo el nivel de bienestar de la población", precisa Claudio Ibáñez, psicólogo y director ejecutivo del Instituto Chileno de Psicología Positiva.
Por ejemplo, cita el caso de EE.UU., que pese a ser una de las mayores economías del planeta, registra su peor marca en la lista, al bajar hasta el puesto 24, tras ocupar el lugar 11 en la del año 2011. Algo similar ocurre con España que, en el puesto 38, continúa su tendencia a la baja desde 2021.
El informe asigna un puntaje a cada país; en el caso chileno es de 6,36 y Finlandia 7,8. Según Ibáñez, el puntaje de Chile se ha mantenido en las últimas tres ediciones. Entonces, "la baja en la clasificación general puede estar determinada porque otros países mostraron mejorías".
Asimismo, en el país "hay temas como la seguridad y la corrupción que están muy presentes en la población", y que pueden explicar que no haya una mejora en el nivel de bienestar, dice Ibáñez.
Jaime Silva, director del Instituto de Bienestar Socioemocional de la U. del Desarrollo, concuerda: "Chile ha transitado en el último lustro por un período de nuestra sociedad con mucha incertidumbre política y económica, y eso, sin lugar a duda, se tiene que ver reflejado en algún nivel en nuestra experiencia de satisfacción por la vida y también en la felicidad".
El ranking es fruto de una colaboración entre la consultora Gallup, el Centro de Investigación sobre el Bienestar de la U. de Oxford, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el Consejo Editorial del Informe.
Tras el primer lugar de Finlandia quedó Dinamarca (2), Islandia (3) y Suecia (4), que conservan sus posiciones en lo alto del listado, algo que también ocurre con el último puesto, Afganistán (147). Según el estudio, su población manifestó altos niveles de infelicidad, especialmente las mujeres.
Al observar a los líderes del ranking , Ibáñez destaca que se trata de países "en donde predomina el Estado de bienestar", con sistemas de protección social fuertes, subsidios de desempleo y asistencia sanitaria.
Desde una perspectiva regional, a Costa Rica y México les siguen Belize (25), Uruguay (28), Brasil (36), El Salvador (37), Panamá (41), Argentina (42), Guatemala (44), Chile (45), Nicaragua (47), Paraguay (54), Colombia (61), Ecuador (62), Honduras (63), Perú (65) y Bolivia (74). Por su parte, Venezuela baja del 79 al 82 y se mantiene como el país de América Latina con la peor posición.
Para mejorar a nivel local, junto con abordar el tema de la seguridad y restablecer la confianza en la estructura política, Silva estima que es necesario "una mejora en aspectos como educación cívica y alfabetización emocional, donde de alguna manera nuestro país tenga una claridad de cómo se estructura la convivencia, las relaciones, qué esperar de los otros".
Ibáñez puntualiza que pese a la importancia de este informe, a nivel global "lo usan poco; hay un 'analfabetismo' sobre el tema del bienestar, cuando debiera ser clave para gestionar los países e incorporarse en la elaboración de políticas públicas".