El equipo de Diego Aguirre regresó a la senda triunfal tras seis partidos y su máxima figura se sacó al menos por un rato la mochila de los millones. En cinco días debuta en Copa Libertadores.
Peñarol le hizo honor a una de las tantas frases hechas que definen al fútbol y apeló al mayor cambio táctico: un gol que modificó la trama del partidoante Juventud de Las Piedras.
Tras un primer tiempo donde estuvo esquivo y falto de ideas más allá de las buenas intenciones de Ignacio Sosa y la solidez de Leo Coelho, buscó variar para ganar y lo logró con un tanto de penal deLeo Fernándezdecretado vía VAR y un festejo de Nahuel Herrera. Fue 2-0 ante Juventud. Antes de eso el escenario era adverso para el Carbonero. No encontraba fluidez y la hinchada lo insultaba. De hecho, se fueron al descanso entre gritos de disconformidad y pedidos de cambios urgentes.
Aguirre sacó a dos futbolistas de renombre como Jaime Báez y David Terans para el ingreso de Camilo Mayada -gran destacado- y Javier Cabrera.
De pronto, el 1-0 parcial se transformó en un silenciador de las críticas. Los parciales del aurinegro comenzaron a cantar pidiendo la sexta Copa Libertadores y olvidaron al menos por un rato el mal pasar en lo local, donde tienen nueve puntos. Aguirre celebró con euforia el gol de Leo Fernández a puro puño apretado y la frase: "¡Vamos, vamos!", que curiosamente fue la misma que escogió el 10 mirando a la hinchada de frente.
Por si algo le faltaba para obtener calma, Herrera definió como un "9" tras pase de Coelho y estampó el 2-0 que resultó definitivo.
En medio de la euforia por el gol, el vicepresidente Eduardo Zaidensztat señaló a Jorge Caruso, presidente de las Formativas de Peñarol, y le dijo sonriente: "¡Bien Caruso, yo firmé!" en una clara referencia al contrato del zaguero juvenil, que en la tarde de ayer marcó su primer gol oficial y lo celebró con un beso al escudo.
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Y, si se trata de demostraciones de afecto, tras el pitazo final Fernández aprovechó unos minutos de soledad en la mitad de la cancha: se arodilló, le dio un beso al césped y miró al cielo. Se acabó la sequía para él, que hizo su primer gol desde que utiliza la 10. Pasaron ocho partidos y 720 minutos entre la Supercopa Uruguaya y el Apertura.
La estrella, que por momentos del primer tiempo padeció los insultos desde la tribuna mirasol y los combatió a puro suspiro, fue el foco de los elogios en el complemento. Y con su penal parece haberse sacado al menos por un rato la mochila de los millones. Lo hace en un momento clave para dejar atrás los seis partidos sin ganar y a cinco días del debut por Copa Libertadores, donde brilló en 2024.