Milei, ante un viejo enemigo que siempre parece volver
Javier Milei y Luis Caputo, ante un nuevo desafío: el rebrote inflacionario
El presidente Javier Milei unió uno de los más importantes hitos de su gestión, el punto final para el cepo cambiario , con un mensaje que podría ser el puntapié inicial para la campaña electoral
Javier Milei y Luis Caputo, ante un nuevo desafío: el rebrote inflacionario
El presidente Javier Milei unió uno de los más importantes hitos de su gestión, el punto final para el cepo cambiario , con un mensaje que podría ser el puntapié inicial para la campaña electoral . Lo hizo a través de un discurso de 22 minutos por la cadena nacional que se diferenció de otros por la ausencia del tradicional latiguillo "Viva la libertad, carajo" y por apelaciones a todos los argentinos, sin importar el partido o credo al que adhieran.
Sabe más que nunca que sus principales adversarios políticos no son el mayor escollo de cara a las cruciales elecciones de medio término. En los seis meses y medio que restan hasta la convocatoria a las urnas del 26 de octubre, el rival a vencer es un viejo enemigo de los argentinos: la desconfianza, alimentada por la posibilidad de un rebrote inflacionario .
El aumento del índice de precios al consumidor al 3,7% en marzo, conocido oficialmente ayer, constituye el más alto desde agosto último, cuando la inflación registró el 4,2%, y pareció dejar descolocado al propio presidente de la Nación, quien pocos días atrás había asegurado que el índice tendría el 1 adelante en mayo o junio. Para desalentar cualquier expectativa negativa, Milei se preocupó por reiterar que la inflación es un fenómeno monetario y que, como su programa contempla eliminar la emisión de pesos sin respaldo para siempre, "tarde o temprano, la inflación argentina va a desaparecer". Como los dinosaurios.
Sobre la interrupción del proceso de desinflación, del que darían cuenta las cifras del Indec correspondientes a marzo, el Presidente la atribuyó a los vaivenes derivados de los efectos de la llamada ley Guzmán (en referencia al exministro de Economía de Alberto Fernández ), que "nos obligó a ir al Congreso a pedir autorización para aprobar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional cuando eso no ocurre en ningún país del mundo", y a la acción de "políticos y economistas que generaron pánico e incertidumbre en la población" . Otras fuentes del Gobierno prefirieron ceñirse a cuestiones técnicas, al explicar que el elevado índice de precios de marzo se vio impactado por el incremento de productos estacionales, incluyendo la educación y ciertos alimentos, como el tomate y la lechuga, que, junto a la carne, incidieron para que el rubro de alimentos y bebidas creciera el 5,9%. Durante marzo, los precios de alimentos y bebidas subieron el 5,9 por ciento
Una pregunta que muchos se formulan es si, en este contexto donde la inflación pareció tomarse revancha, era este el mejor momento para levantar el cepo cambiario. Alguna vez, el ministro de Economía, Luis Caputo , aseguró que, cuando se decidiera saliera del cepo, se iba a actuar con tanta responsabilidad que nadie debería sorprenderse de que el dólar, en lugar de subir, bajase. Desde este lunes, llegará la hora de la verdad. Hay quienes temen un fogonazo inflacionario como consecuencia de que no se espera que la línea de flotación del dólar vuelva a situarse por debajo de los 1074 pesos a los que cotizaba el dólar oficial mayorista con el que se beneficiaban los importadores. Milei, en cambio, asegura que no existe esa posibilidad por estrictas razones monetarias y confía en que se llegará a octubre con niveles de inflación cercanos al 1 por ciento .
Con la fijación de una banda cambiaria entre 1000 y 1400 pesos -que se ajustará al 1% en forma mensual- en la que se moverá el dólar, al menos hay una certeza para los próximos meses: el Banco Central tendrá suficientes municiones como para evitar que el billete estadounidense supere el valor máximo de aquella banda.
Analistas económicos también confían en que no se repetirán situaciones como las de esta última semana, cuando el Banco Central debió desprenderse de divisas a lo pavote -solo ayer debió vender más de 400 millones de dólares- para satisfacer fundamentalmente la demanda de los importadores que veían venir la modificación del esquema cambiario.
La gran duda es si el eventual aumento del dólar con respecto al pasado tipo de cambio oficial se trasladará a precios y en qué medida. Los más optimistas señalan que no será sencillo que esto ocurra en un momento como el actual, caracterizado por una caída en la confianza del consumidor. Más difícil será responder cómo pueden afectar los movimientos cambiarios, sumados al índice de inflación del 3,7% de marzo, a las negociaciones salariales . Por lo pronto, la CGT desperdició el jueves último una de sus balas de plata, con un paro general que fue desoído por una importante porción de la sociedad que eligió trabajar . El presidente Milei, durante la cadena nacional
Frente a estas dudas, y sin olvidar que afronta un año electoral, el Presidente aseguró que el desembolso del FMI servirá para que "la inflación sea un mal recuerdo del pasado". Milei insistió en su mensaje de anoche en los logros macroeconómicos de su gestión, aunque esta vez recurrió a un recurso dialéctico más didáctico. Dijo que la Argentina se convirtió en "un alumno ejemplar" que aprobó el examen fiscal, pasando de más de cien años de déficit crónico a ser uno de los cinco países del mundo que solo gastan lo que recaudan y ni un peso más; aprobó el examen monetario, poniéndole un tope a la cantidad de pesos emitidos, y ahora el examen cambiario, al deshacerse del cepo, al que consideró "una aberración que nunca debería haber existido".
Y, como en todo año electoral hay que generar ilusión y despertar esperanza, tras anunciar que decidió elevar la meta de superávit fiscal primario del 1,3% al 1,6% del PBI, vaticinó que la Argentina será el país con mayor crecimiento económico en los próximos treinta años. "La Argentina, luego de marchar durante décadas con los últimos, está destinada a recuperar su lugar entre los primeros", expresó.
También destacó que vivimos en el país con más unicornios tecnológicos per cápita de la región, con un capital humano de primer nivel y con "argentinos que aprendieron a sacarle agua hasta a las piedras, con todos los factores macroeconómicos en contra". Y concluyó: "¡Imagínense cómo nos puede ir con el viento a nuestro favor!" .
La novedad del discurso presidencial radicó en uno de sus últimos párrafos, con un claro aire de inicio de campaña electoral y hasta con reminiscencias de los giros proselitistas que, allá por 1983, solía hacer Raúl Alfonsín para persuadir a simpatizantes de otras fuerzas políticas a votarlo. Milei lanzó una singular apelación : "Hombres, mujeres, jóvenes, adultos, en Buenos Aires, en Santa Fe, en Tierra del Fuego, en todas las latitudes de la patria, creyentes y laicos, liberales, peronistas, radicales, Pro, no importa el partido o credo al que adhieran. No importa a quién votaron. No importa, inclusive, si han conspirado para que este gobierno fracase. Si el país crece, a todos nos va a ir mejor. Les irá mejor a los que les guste nuestro gobierno, y a los que no, también les irá mejor".
En el empinado camino hacia las urnas, Milei obtuvo un fuerte respaldo del FMI y del gobierno de los Estados Unidos , que se materializará con la llegada del secretario del Tesoro, Scott Bessent , a Buenos Aires. Pero quizás lo más significativo pase por las palabras del expresidente Mauricio Macri , quien, tan pronto como se anunció el fin del cepo cambiario, celebró la noticia afirmando que se trata de "un gran paso hacia la normalidad" y de "un gran día para la Argentina". Constituye esta declaración mucho más que un simple granito de arena para alentar la confianza en el Gobierno por parte del núcleo de votantes que más preocupa a los estrategas de Milei: el conformado por una cuarta parte del electorado que no lo votó en la primera vuelta de octubre de 2023, pero decidió apoyarlo en el balotaje presidencial del 19 de noviembre de ese año. Paradójicamente, se trata de la misma porción de la ciudadanía por cuyo favor lucharán Pro y La Libertad Avanza en las elecciones legislativas de la ciudad de Buenos Aires el 18 de mayo.