Miércoles, 30 de Abril de 2025

Francisco: un Papa humano

ColombiaEl Tiempo, Colombia 29 de abril de 2025


Ricardo Santamaría
Me considero una persona espiritual, pero no religiosa


Ricardo Santamaría
Me considero una persona espiritual, pero no religiosa. Me bautizaron como a la mayoría de colombianos, hice la primera comunión en el colegio y mi primer matrimonio fue por la iglesia. Pero no seguí ese camino. Sin embargo, desde que escuché su primera frase, me gustó el papa Francisco. Como ser humano. Lograba sentir su corazón. Su forma de comunicarse, limpia y directa, siempre me cautivó. Dijo cosas que la iglesia católica se demoró siglos en decir y así, casi que de forma casual, captó la atención de sus fieles. Con palabras, transformó la Iglesia. Con palabras derribó muros y tendió puentes. Su legado son semillas que si son tomadas por curas y obispos, la iglesia católica tiene una oportunidad de ponerse al día con los temas que marcan esta época y conectarse con el corazón de sus fieles. El camino espiritual de las personas es individual y tiene mil formas, incluso la religiosa. El mío ha sido el diálogo interno, el silencio, la aceptación, las lecturas, los viajes, la escritura. Un camino que no ha tenido un orden predeterminado ni ha tenido un plan. Mas bien ha sido una búsqueda. Me quedo con lo que resuena en mi corazón y en mi alma. Y en ese camino, ecléctico, un día me encontré con la voz del papa Francisco. Veo su sonrisa, su forma cercana de hablar, sus maneras exentas de protocolo. No todo lo que ha dicho me resuena, pero si mucho. Y me sorprendió aún más viniendo de un jerarca de la iglesia católica. En mi vida como negociador de paz de los gobiernos Barco y Gaviria, me encontré con unos curas y obispos que aportaron decisivamente a la paz de Colombia. Recuerdo hoy al padre Nel Beltrán, un soldado de la paz que ejerció silenciosa y de forma efectiva los buenos oficios en muchas coyunturas difíciles de los distintos procesos de paz en Colombia, y luego fue designado por el papa Juan Pablo II como Obispo de Sincelejo, cargo que ocupó hasta 2014. En una ocasión en la que adelantaba yo una reunión exploratoria con un grupo guerrillero, a nombre del gobierno nacional, y en la que el padre Nel había sido el mediador, llegó apurado al recinto de la reunión y me sacó. Venga rápido a la casa cural -me dijo- que allá no le pueden hacer nada. Ese día me salvó de algo grave. Nunca me dijo lo que pasó, pero me sentí a salvo en su compañía. Un hombre inteligente y silencioso. Lo recuerdo con mucho cariño. Siento que el papa Francisco le marcó un nuevo rumbo a la iglesia. Yo no lo veo como una figura de poder. Lo veo como un ser humano y eso le trajo a la Iglesia: humanidad. Que mucha falta le hace. No conozco sus actuaciones de fondo sobre la institución que lideraba. Me quedo con el hombre y su palabra. Poderoso. Hablando desde el corazón, empezó una revolución.
Analista.
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