‘El guerrero tiene derecho
a su descanso’: Pepe Mujica
El expresidente uruguayo José ‘Pepe’ Mujica, que falleció ayer a los 89 años, abrazó la democracia tras un pasado guerrillero y encarnó la austeridad que proclamaba, ambos cimientos de su gran popularidad internacional
El expresidente uruguayo José ‘Pepe’ Mujica, que falleció ayer a los 89 años, abrazó la democracia tras un pasado guerrillero y encarnó la austeridad que proclamaba, ambos cimientos de su gran popularidad internacional. Durante su mandato, de 2010 a 2015, puso a Uruguay a la vanguardia al promover medidas progresistas como la legalización y comercialización de la marihuana -una primicia mundial en 2013-, el aborto y el matrimonio igualitario. Pero fue su estilo alejado de todo protocolo y consecuente con su prédica anticonsumo y su defensa del planeta lo que catapultó su fama. Mujica, considerado ‘el presidente más pobre del mundo’ por vivir modestamente en las afueras de Montevideo, conducir un viejo Volkswagen ‘Escarabajo’ y donar gran parte de su salario a organizaciones benéficas, fue para muchos el sabio de la tribu que vivió muchas vidas, y todas de película. Flores y fusiles José Alberto Mujica Cordano nació en Montevideo el 20 de mayo de 1935. Descendiente de inmigrantes vascos e italianos, fue criado por su madre, "una doña muy dura", según él solía decir. Tras la temprana muerte de su padre, cultivaba flores que vendía en mercados callejeros para ayudar en su casa. Siempre amó el trabajo de campo, pero la política fue su gran pasión. Militó primero en el conservador Partido Nacional, al que su familia estaba vinculada, hasta que en los años 1960 se sumó al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), la guerrilla que inspirada en la revolución cubana buscó desmontar el "Estado burgués". Para 2005, cuando la izquierda llegó por primera vez al poder en Uruguay con Tabaré Vázquez, el MPP era la principal fuerza del FA. Mujica juró entonces como ministro de Ganadería. Estaba cada vez más cerca de cumplir el sueño de su madre y ser presidente. El otro ‘Pepe’ En 2009, cuatro décadas después de buscar el poder por las armas, Mujica lo obtuvo en las urnas. Durante su gobierno, su apoyo a iniciativas sobre derechos reproductivos, matrimonio como unión civil entre dos personas sin distinción de sexo, y producción y venta de marihuana con fines recreativos, lo colocaron entre las 100 personas más influyentes del mundo, según las revistas estadounidenses Foreign Policy y Time. Pero la gestión de Mujica tuvo sus sombras. No cumplió con las promesas de reforma educativa, inversión en infraestructura y prudencia en el gasto. Su gobierno terminó con un déficit de 3,5% del PIB y un enorme agujero en las finanzas de la petrolera estatal. Tras dejar la Presidencia, Mujica fue reelegido al Senado, pero en octubre de 2020, con 85 años, abandonó su banca por los riesgos que el covid suponía para su deteriorada salud. Considerado uno de los políticos más astutos del país y un gran negociador, siguió siendo uno de los referentes más importantes del país. Dirigentes nacionales e internacionales hicieron peregrinaciones constantes a su granja de Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo. A pesar de su cáncer de esófago diagnosticado en mayo de 2024 hizo campaña activa para que su delfín Yamandú Orsi fuera elegido presidente para el periodo 2025-2030. Mujica anunció el 9 de enero de 2025 que tenía metástasis en el hígado y pidió morir tranquilo. "El guerrero tiene derecho a su descanso", dijo al despedirse de sus compatriotas.