Martes, 20 de Mayo de 2025

La otra mitad

UruguayEl País, Uruguay 19 de mayo de 2025

Las noticias sobre el Puerto de Montevideo en las últimas semanas no han sido, precisamente, alentadoras.

La Ley de Puertos reemplazó el obsoleto sistema de administración creado a partir de los años 1909-1916 por uno moderno, fundado en una nueva división de funciones. El Poder Ejecutivo tiene la competencia de establecer la política portuaria, controlar su ejecución y velar para que los servicios que se presten en régimen de libre concurrencia se efectúen en condiciones tales que efectivamente la garanticen. La Administración Nacional de Puertos se encarga de la administración, conservación y desarrollo del Puerto de Montevideo y otros, asesora al Poder Ejecutivo en materia portuaria y podrá llegar a prestar "servicios portuarios en forma directa o indirecta cuando así lo determine el Poder Ejecutivo". Las empresas privadas prestan servicios portuarios en los términos y condiciones dispuestos por la reglamentación.

La eficacia de ese complejo sistema depende del buen funcionamiento de cada uno de sus componentes.

El sector privado cumple con su misión. Las inversiones en infraestructura, equipos para el manejo de las mercaderías y sistemas de operación han sido considerables. A lo que se suman las inversiones realizadas por la ANP.

El movimiento del puerto de Montevideo creció de algo más de un millón de toneladas en el año 1990, en vísperas de la Ley de Puertos, a 15,6 millones el año pasado. También cambió la composición de esa demanda por servicios portuarios. En una primera etapa se produjo un fuerte incremento del trasiego de contenedores. Ahora, como resultado de las inversiones en infraestructura, toma forma una nueva estructura más diversificada con el aumento de la importancia relativa de algunos gráneles y los embarques de celulosa.

El movimiento de buques pasó de 12,6 millones de grt en 1990 a 75,3 millones de grt el año pasado.

Los puertos marítimos funcionan en espacios económicos transnacionales.

Como resultado su buen funcionamiento involucra dos componentes estrechamente asociados: el primero es el interno, el segundo es el internacional.

Mientras que la Ley de Puertos, el Poder Ejecutivo o la ANP son elementos nacionales, buena parte de la oferta y la demanda de servicios de transporte marítimo y portuarios es transnacional. Especialmente en el caso de Montevideo que mantiene su posición relativa entre los puertos de la región porque -a diferencia de sus vecinos- mueve un volumen sustancial de contenedores en tránsito o transbordo.

Montevideo es uno de los principales puertos exportadores de servicios en nuestra región. Esta característica asegura tres ventajas: primero, esos contenedores se suman al movimiento generado por el comercio marítimo uruguayo y contribuyen a generar una demanda que permite a las empresas trabajar con economías de escala que aseguran servicios de transporte más convenientes; segundo, se trata de una exportación de servicios; tercero, genera una demanda por servicios para el contenedor, el buque y las cargas.

Ese rol de puerto complementario de los ubicados aguas arriba se debe a varios factores. Uno de ellos es su ubicación geográfica y la mayor profundidad relativa. También existen factores coyunturales que pueden cambiar rápidamente, por ejemplo, la relativa ineficiencia de aquellos puertos o las estrategias de las grandes compañías navieras.

Nunca debemos olvidar que los demás también juegan.
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