El show del yo llega a los tribunales
La jueza Makintach en una escena del documental que grababa durante el juicio por la muerte de Maradona
"Durante mucho tiempo creí que de un lado estaban los sueños y del otro la realidad
La jueza Makintach en una escena del documental que grababa durante el juicio por la muerte de Maradona
"Durante mucho tiempo creí que de un lado estaban los sueños y del otro la realidad. Pero ya Cervantes nos ha enseñado que los sueños y la realidad se confunden. El mundo real es tan fantástico como el otro. Lo que llamamos realidad y literatura están entretejidos. Podríamos decir eso de la historia. Ayer me preguntaron qué personaje histórico admiraba, y cuál de la literatura, y luego pensé que no hay ninguna diferencia". Para ilustrar lo dicho, Borges comenta que tanto Lord Jim como Alejandro Magno son personajes de su memoria. "La historia es memoria y la literatura también -remata-. Todo es historia, lo que ha acontecido en el espacio y lo que ha acontecido en la imaginación de un hombre y luego sigue repitiéndose en la imaginación de otros".
Esta entrevista que Borges dio a la TV española en 1976, no parece hecha hace cincuenta años, sino hace un milenio ( https://www.youtube.com/watch?v=8Z9ngqrcmIY ). Hoy, en la era de las redes, la paradójica relación entre realidad y ficción se ha vuelto más urgente y mucho menos edificante . Ya no se trata de enriquecer el campo de la experiencia a través de la lectura, de vivir otras vidas de la mano de un Conrad o un García Márquez , sino del eclipse gradual de lo real y del mundo físico ante el avance de una dimensión virtual que difumina los límites entre lo verdadero y lo falso, entre lo genuino y la impostura, entre hecho y relato. Cada tanto algún acontecimiento es síntoma de esta transformación sostenida pero imperceptible del entorno que habitamos, que impacta incluso en el modo en que nos percibimos y en la construcción de nuestra subjetividad. Creo que el escándalo de la jueza Julieta Makintach , apartada de la causa por la muerte de Diego Maradona por montar un documental sobre el juicio con ella misma de protagonista, es uno de esos casos.
La frivolidad de la jueza es toda suya. Lo mismo la necesidad de figuración, alimentada quizá por la vanidad o un ego desmedido: el tráiler del documental y los tramos grabados en su despacho sugieren que Makintach, que entra en los tribunales de San Isidro como un héroe justiciero y dedica mohines a la cámara, ya se autopercibía como una celebridad. Pero esta pulsión de notoriedad, así como otros aspectos del affaire , expresan también un clima de época del que no somos ajenos .
El escándalo de la jueza habla menos del estado de la Justicia, a cuyo desprestigio aportó, que de una realidad degradada a reality
Al principio nos dedicamos a "subir" el mundo real a la Web. Completada la tarea, la dinámica de la virtualidad, impulsada por nuevos hallazgos, fraguó allá adentro algo distinto que empezó a derramarse hacia este lado de las pantallas. Hoy el sentido es el inverso: lo virtual, que ya no es réplica de lo real, moldea el afuera . La realidad se ha vuelto tan leve que es escrita por la ficción. El desarrollo del juicio por la muerte de Maradona ya estaba previsto en el guion: seis capítulos con final a toda orquesta, como les gusta a los algoritmos del streaming . La pantalla manda sobre la realidad y la determina.
El fiscal Patricio Ferrari dio en la tecla cuando dijo que Makintach, dado el guion ya escrito, ofició de actriz y no de jueza. ¿Qué le importaba más, impartir justicia o pegarla con un documental destinado a darle fama? Por las imágenes que se conocieron, parecía dedicar su atención a la cámara. Más que al curso de la causa, sus dichos y gestos parecían tributar a la imagen que daría en pantalla. Perdida su esencia, el juicio fue más bien un simulacro en el que los demás, acusados y damnificados incluidos, hacían de extras involuntarios.
En un mundo en el que todos somos actores, en el que para ser dependemos de que los demás consuman la imagen que ofrecemos en las redes, el de Makintach acaso sea solo un caso extremo o un poco adelantado a la época. En un libro profético de 2008, La intimidad como espectáculo , la antropóloga Paula Sibilia hablaba del show del yo: "Parece tratarse de un gran movimiento de mutación subjetiva, que empuja paulatinamente los ejes del yo hacia otras zonas: desde el interior hacia el exterior, del alma hacia la piel, del cuarto propio a las pantallas de vidrio". Hoy la exhibición de uno mismo no es solo negocio y medio de vida, sino también una confirmación de que existimos . Sin un yo visible, el yo se desintegra. Makintach encontró el anhelado protagonismo, aunque no precisamente el que buscaba.
El escándalo de la jueza habla menos del estado de la Justicia, a cuyo desprestigio aportó, que de una realidad degradada a reality . Ocupó la tapa de los diarios junto con la noticia de que la Corte Suprema dejó firme la condena a Lázaro Báez y ordenó que se siga investigando a Cristina Kirchner en la causa "la ruta del dinero K". Aquí, como en las causas Vialidad y Cuadernos, no hay posibilidad de confusión : son tantos y tan contundentes los hechos probados por el periodismo de investigación y los buenos fiscales que la ficción manipuladora del kirchnerismo se hizo añicos. A pesar de que ya vivimos en la virtualidad de la red y de que ella vive en nosotros; a pesar de los relatos, las fake news y las imposturas; a pesar incluso de las actrices dudosas, los hechos siguen siendo los hechos. En este punto, presumo, Borges estaría de acuerdo.