Viernes, 06 de Junio de 2025

La escritora española que logró que un montón de personas pasaran ocho horas haciendo fila para verla en Uruguay

UruguayEl País, Uruguay 4 de junio de 2025

La escritora española Alice Kellen estuvo de visita en Uruguay donde presentó su nueva novela, "Quedará el amor", se reunió con sus lectores y charló con El País de su carrera y sus éxitos.

Nada de lo que ocurre hoy con Alice Kellen estuvo planeado. Ni siquiera imaginado. No esperaba ser una escritora traducida a más de 10 idiomas, ni tener cerca de tres millones de ejemplares vendidos, ni ser referente de la literatura romántica. Tampoco llegar a Sudamérica para presentar su nuevo libro, Quedará el amor (Editorial Planeta, ya en librerías) ni estar seis horas firmando ejemplares en Buenos Aires, o tener a un montón de adolescentes haciendo fila toda una tarde en Montevideo para escucharla.

"Uno está en su casa, en su día a día normal, y de pronto llegás y te encontrás con todo ese despliegue, con gente que se moviliza, que viene desde otras ciudades", dice Silvia Hervás, nombre real de Kellen, sentada en un hotel frente a la rambla de Montevideo. "Entiendo que es normal que haya cierta expectativa, pero aun así es abrumador", agrega la superventas española, todavía incrédula por el recibimiento de sus lectores uruguayos.


Nacida en Valencia en 1989, comenzó a escribir a los 14 años como hobby, en sus ratos libres o cuando volvía del colegio. Estudió filología inglesa y marketing, pero las carreras no la convencieron. Cuando completó su primera novela, en 2013, la autopublicó en Amazon. Llévame a cualquier lugar se convirtió en un éxito gracias a la recomendación de bookfluencers que volcaron todo su entusiasmo en Instagram y TikTok. Desde entonces su producción no se detuvo: lleva 18 novelas publicadas.

El chico que dibujaba constelaciones, Todo lo que nunca fuimos, El mapa de los anhelos y El día que dejó de nevar en Alaska son algunos de los títulos que la convirtieron en una best seller en todo el mundo.


Pero como no pensaba llegar a este presente de autora famosa, esta historia de publicaciones comenzó con un seudónimo, Alice Kellen, que combina sus referencias personales y literarias: Alice por Alicia en el país de las maravillas, y Kellen por la escritora irlandesa Marian Keyes.

Quedará el amor, su última novela, está ambientada en Escocia, entre los días previos a la Segunda Guerra Mundial y los años noventa, y entrelaza los relatos de Margot, una enfermera, y Cedric, un paciente que revive su pasado amoroso con Jane. Fue la historia que la trajo al Río de la Plata, donde causó sensación: para su presentación en Montevideo, el 12 de mayo en Sinergia Design, se habían habilitado 200 cupos. Al final, dejaron pasar casi a 500 personas.

https://www.youtube.com/watch?v=xSB_n2_XTWI
Confiesa, en charla con El País, que eso la abruma y le encanta en partes iguales. "Porque todos lo viven con una intensidad y una pasión dramática que hace que la vida sea muy bella", dice.

Así de apasionadas e intensas también son tus novelas.
Sí, creo que por eso mismo conectan. Porque están escritas desde esa misma emoción.

Comenzaste con una novela autopublicada. ¿Cómo fueron esos primeros tiempos como escritora?
Escribía desde muy jovencita, con 14 años, al volver del colegio. Colgaba las historias en foros de internet y publicaba capítulo a capítulo, por diversión. Tendría 21 años cuando terminé una novela que venía arrastrando desde hacía unos años, y me pregunté: "¿Qué hago con esto?". Justo Amazon había aterrizado en España, así que la subí ahí, sin ninguna expectativa. A los dos meses me contactó una editorial que me propuso sacarla al año siguiente en librerías. Y así arrancó todo, sin buscarlo y sin esperarlo.

¿Por eso decidiste usar un seudónimo y publicar sin foto ni nombre real?
Exacto. Nada. Durante años no había foto, ni nada más que Alice Kellen. Era algo que hacía como quien dibuja en su casa, sin intención de llegar a librerías o triunfar. Me gustaba escribir y compartirlo. Además, en ese momento era muy introvertida. Me costaba todo lo que implicara la exposición: las firmas, las presentaciones. Hay gente que ama esa parte incluso más que escribir. A mí me pasaba al revés. Pero con los años vas adquiriendo herramientas y te habituás.

Tus novelas no son la típica historia de "chico conoce chica", ya que combinan varios ingredientes. ¿Cómo es esa cocina de tus libros?
Las ideas me vienen así, completas. Y creo que eso tiene que ver con divertirte escribiendo. Necesitás sentir que estás contando algo nuevo, al menos para vos. Por ejemplo, Nosotros en la Luna, que es la que más ha vendido, arranca con un chico y una chica que se conocen en una ciudad que no es la suya. Hablan toda una noche, luego se escriben por mail durante ocho años, con sus vidas en paralelo. Es una historia de amor, pero contada desde otra dinámica. En otra novela uso el misterio, en otra juego con tiempos distintos, pasado-presente, como un rompecabezas. Todo eso me motiva. Porque escribir siempre lo mismo sería aburrido.


¿Y no es difícil evitar la repetición o el lugar común?
Sí. Por eso intento moverme de la novela romántica clásica, porque como género exige un final feliz. La novela de amor, en cambio, permite otros finales: que uno muera, que terminen viejitos, que no estén juntos. Te da más juego. En los géneros estás muy atado. Ya sea novela negra o fantástica, la estructura está ahí. Y hay mucha gente escribiendo lo mismo, entonces innovar es superdifícil. Que alguien diga "Esto no lo leí nunca" es rarísimo.

En 2024 se supo tu nombre real. ¿Cómo fue dar ese paso?
En realidad, la mayoría ya lo sabía. En España, en el mundillo editorial y periodístico, era un secreto a voces. Y en las firmas, la gente me preguntaba cómo me llamaba y yo les decía: Silvia. Pero hay algo curioso: cuando hay misterio, la gente se engancha, y cuando se revela ya no les interesa tanto.


Algunas escritoras, sobre todo de fantasía, firmaban con iniciales, para no evidenciar que eran mujeres.

Sí, J.K. Rowling usó iniciales para disfrazar que era mujer. Es ridículo, porque todo el mundo la consume igual. Pero está demostrado que a los hombres les cuesta más comprar libros escritos por mujeres. Las mujeres compran más literatura y no discriminan por género del autor. Los hombres, en cambio, sí. Prefieren autores, y así funcionan muchas ventas editoriales.


¿Cómo ves el presente de la literatura española?
Creo que estamos en un momento muy interesante. Entran en las listas de más vendidos novelas más literarias, distintas. Muchas editoriales independientes están apostando por cosas nuevas. Hay mucha gente joven, muchos autores y autoras de veintitantos o treinta y pocos, que están publicando cosas diferentes. Creo que es un momento ideal para arriesgar. Hay libros que, en otro momento, nadie hubiera imaginado que venderían lo que venden ahora. Estamos en una etapa mucho más experimental.

Que haya tantos autores en el mismo género, ¿se siente como una competencia?
No. Para nada. Los lectores no leen un solo libro al año. Leen muchos. Todo suma. Y entre autores, sobre todo en el género romántico, hay mucho compañerismo, mucha generosidad. Así que no lo vivo como una competencia, sino como una comunidad.

La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela