Martes, 10 de Junio de 2025

Las nuevas claves del éxito lechero

ChileEl Mercurio, Chile 9 de junio de 2025

Chile cuenta con asesores y tecnología de nivel mundial para la producción de leche. Sin embargo, hay brechas importantes en la implementación entre agricultores, lo que repercute en su rentabilidad.

"Una empresa lechera tiene todas las complejidades productivas posibles, desde las praderas a la salud de los animales, pasando por la ordeña diaria. El rendimiento del elemento más débil determina el resultado de toda la producción", sostiene Fernando Becker, productor lechero.
Becker, que trabaja cuatro predios y tiene 3.000 vacas entre las regiones de Los Ríos y Los Lagos, cree que a pesar de lo exigente que es el rubro, las lecherías del sur del país viven un buen momento. Piensa que los buenos precios pagados por las plantas procesadoras ayudan al ánimo de los agricultores. Sin embargo, sostiene que la clave ha sido el salto tecnológico y de gestión de los últimos años que permitió un impulso productivo.
"Antiguamente los papás no querían que sus hijos siguieran en la leche. Hoy muchos jóvenes estudian en la universidad y regresan a aportar al campo. Las condiciones laborales han mejorado, se respetan los horarios de trabajo y un buen ordeñador puede ganar $1,5 millones al mes más otros beneficios", explica Becker.
El agricultor explica que hoy los productores de leche tienen muchas herramientas a la mano, desde mejoras en la genética animal, hasta estrategias de uso más eficiente de las praderas, pasando por una nutrida oferta de asesorías de clase mundial al alcance de la mano.
Si hasta un par de décadas lo usual era que se obtuvieran 5.500 litros de leche por hectárea al año, hoy se aspira a los 10.000 litros como piso. Sin embargo, también hay productores que superan con facilidad los 15.000 litros anuales por hectárea, aunque otros llegan solo a los 8.000 litros.
Bruno Rubilar, gerente general de Integra, ratifica que en Chile existe una amplia disponibilidad de herramientas técnicas, similares a las que tienen ganaderos de países desarrollados. Sin embargo, agrega un matiz: "La tecnología está disponible, pero en la implementación hay brechas tremendas".
Incluso en momentos en que las lecherías pasan por un ciclo positivo gracias al alza de los precios pagados por las plantas elaboradoras, las diferencias en la gestión pueden hacer que algunos productores prosperen y otros solo se mantengan a flote. La gestión de los predios es el elemento diferenciador.
"La lechería requiere mucha atención al detalle. Es un negocio 24/7 y los 365 días del año. Tienes que saber si hay agua en los bebederos para los animales, si las vacas se están ordeñando adecuadamente o si alguna tiene algún problema de salud", sostiene Robert Cussen, gerente general de Best-Fed.
Aprovechar las praderas
Como un adolescente mirando qué modelo imitar, la lechería sureña estuvo muy atenta a lo que pasaba en el resto del mundo. En un momento, Nueva Zelandia apareció como un faro, con la producción estacional en base a praderas como estandarte.
Aunque esa marea cedió, pues chocó con la creciente aparición de veranos secos en el sur, sí dejó muchas enseñazas sobre cómo mejorar el desempeño de las praderas.
"Antes la eficiencia en el uso de las praderas era muy baja. Algunas partes del predio se sobrepastoreaban y otras tenían una baja utilización", recuerda Rolando Demanet, doctor y profesor de la Universidad de la Frontera.
El investigador explica que la inversión que demanda un mal aprovechamiento de las praderas versus uno bueno es similar. La rentabilidad para el agricultor, eso sí, es muy distinta, pues implica pasar de un tradicional consumo de 5 toneladas de materia seca por hectárea a 8 toneladas en uno moderno. Traducido en líquidos: son 3.000 litros más de leche por hectárea al año.
Gracias a las mediciones del nivel de crecimiento de las praderas, que permiten las nuevas tecnologías, se puede determinar el momento preciso en que deben ingresar y salir los rebaños de un potrero. Con cercos eléctricos móviles se asegura el movimiento de los animales entre las diversas áreas.
Rolando Demanet explica que todo el predio se debe organizar para optimizar el movimiento de los animales. Además, idealmente la sala de ordeña debe estar equidistante de los potreros.
Beneficio de riego tecnificado
En el área agrícola de Colun, la mayor receptora de leche en el país, agregan que los mercados de exportación y la población esperan productos de alta calidad, respeto con el medio ambiente y cuidado por el bienestar de los animales.
"La industria láctea enfrenta actualmente muchos desafíos en varios frentes. Esto genera un nuevo escenario en el uso de los recursos y exigencias de mayores rentabilidades para este sector, lo cual lleva a desarrollar nuevas estrategias, que se deberían abordar a través de la tecnificación de los sistemas productivos con fuerte base pastoril, foco que no se debe perder nunca. Se requiere de pasos progresivos y firmes hacia la tecnificación, para que continúen siendo competitivos", sostienen en Colun.
En la cooperativa con sede en La Unión proponen varios puntos para potenciar los rendimientos. Uno de ellos es mejorar la fertilidad de los suelos, base de la producción de praderas y forrajes intraprediales. "Este solo manejo permite un 25 a 30 por ciento de mayor producción", aseguran.
Además apuntan a un buen diseño y construcción de caminos, lo que permite a las vacas un adecuado desplazamiento, así como en la redes de bebederos, lo que permite a los animales satisfacer sus necesidades y recuerdan que la leche es más de 85% agua.
Un punto relevante es el uso de riego tecnificado, que en épocas estivales permite aumentar la productividad anual entre un 30 y 40%, según los expertos de la cooperativa. Asimismo, propone un aumento de la carga animal para aprovechar de consumir todo el forraje y de esta manera ser más eficiente productivamente.
En cuanto a la alimentación, en Colun aconsejan la incorporación de cultivos suplementarios para épocas críticas, junto con la construcción de plataformas o calles de comida para alimentar animales, evitando romper praderas y pérdidas de alimento. También favorecen el uso de carros forrajeros o mezcladores pues permiten alimentar a un número importante de animales.
Promueven usar más tecnología para el manejo de los animales. Por ejemplo, a través de collares o dispositivos intra ruminales se puede mejorar la detección de celos, estado sanitario y rumia.
Además el ordeño robótico y la instalación de puertas de selección permiten ahorrar mano de obra y asegurar la realización de las tareas diarias.
También hay que preocuparse de generar infraestructura de protecciones para los animales. Iniciativas interesantes en ese aspecto son los patios con dormideros parciales o maternidades que se enfocan en mejorar el bienestar animal.
Invertir en forraje
En el apartado de la alimentación, también es importante el trabajo con el forraje para uso durante el invierno, periodo de baja actividad de las praderas. El principal cultivo es el maíz, por su alto aporte de energía. Inicialmente se trabajó en el sur con variedades utilizadas en Estados Unidos, sin embargo los rendimientos no fueron los ideales. De hecho, hoy se privilegian variedades "europeas", que funcionan bien en Bélgica, Francia y Alemania.
Aunque pueda tratarse de semillas más caras, un maíz con mayor cantidad de almidón y una mayor digestibilidad permitirán una mejor alimentación de los animales. Un ahorro mal entendido puede perjudicar la producción de leche.
"El objetivo es que una parte significativa de la alimentación de los animales se genere dentro del predio", recomienda Enrique Vega, gerente de Estrategia y Política Agropecuaria de Nestlé Chile.
El ejecutivo agrega que la alimentación de los animales es incluso más relevante que la genética de los animales en el aporte a la producción de leche.
Los asesores lecheros usualmente apuntan a que dos tercios de los alimentos -sumando praderas y forraje- se generen dentro del predio. La razón es que es más económico que salir a comprar y se asegura su disponibilidad.
Capacitación permanente
Para Robert Cussen, tener un foco claro sobre el tipo de lechería que se quiere desarrollar es clave. "No hay viento bueno si uno no sabe dónde ir", recita el asesor.
Eso sí, explica que un elemento que se repite en los productores lecheros exitosos es la capacidad para armar buenos equipos de trabajo. Debido a que son tantas las actividades críticas que deben desarrollarse diariamente, hasta la mejor planificación de un predio lechero sucumbe ante la realidad de una mala implementación.
"Hay que inspirar a los trabajadores, estar metido en el día a día del campo. Es la forma de ejercer el liderazgo. También es necesario que los trabajadores se capaciten", aconseja Cussen.
La velocidad en la toma de las decisiones también es clave. Un uso intensivo de tecnología permite identificar, por ejemplo, cuánto será el real aporte nutricional del forraje generado dentro del predio. Con eso se podrá programar la compra de esos insumos en el mercado. Algo similar sucede con los requerimientos de fertilizantes para las praderas, elemento que no pocas veces se compra a última hora, arriesgándose a que no se encuentren disponibles o que estén a un alto precio.
Otro punto que recalcan diversos actores de la industria lechera es hacer un uso intensivo de la abundante y buena oferta de asesorías externas que hay en Chile. La competencia es intensa y el nivel profesional es alto.
Las empresas que se dedican a analizar diariamente la gestión de las unidades productivas lecheras permiten comparar el desempeño de un productor frente al promedio de la industria y ver claramente cuáles son las áreas que se deben mejorar.
$492 se pagó por el litro de leche en la Región de Los Lagos en abril.
776 millones de litros recepcionaron las plantas lecheras entre enero y abril de este año.
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