Nos une el amor por Colombia

Ricardo Santamaría
El reciente atentado contra Miguel Uribe Turbay no solo es un hecho gravísimo que amenaza la vida de un líder político, sino una herida al corazón de nuestra democracia. Colombia, un país que ha sufrido por la violencia política, no puede permitirse retroceder a los días más oscuros de su historia. Hoy necesitamos unidad nacional, rechazo a todo acto de violencia, y un compromiso firme, desde todos los sectores, empezando por el Gobierno y el Presidente, con la paz, la democracia y el respeto. Miguel Uribe es una de las voces jóvenes que han decidido asumir con valentía y entrega desinteresada la responsabilidad de hacer política. Que su vida esté en peligro por ejercer ese derecho, debe estremecer a todos, sin importar ideología. Al presidente Petro, como jefe de Estado, le corresponde garantizar la seguridad de todos los candidatos y liderar con responsabilidad el clima político de cara a las elecciones presidenciales. La campaña que se avecina es decisiva para el futuro de Colombia. No podemos permitir que esté marcada por el miedo, el odio o la desconfianza. Necesitamos garantías plenas para todos los que participen. Es pertinente pedirle al Presidente que abandone el discurso de confrontación. Desde la tribuna más alta del país no se puede seguir alimentando la división ni señalando enemigos en cada contradicción. La palabra presidencial tiene un peso enorme: puede calmar o puede incendiar. Puede tender puentes o cavar abismos. Hoy, necesitamos los puentes. No es momento para una consulta popular. Hay que dejar atrás esa propuesta inconveniente y que el senado apruebe una reforma laboral justa para Colombia. Es momento de hacer consensos para fortalecer nuestra democracia y darle paso a una campaña presidencial en paz y con garantías. El objetivo es superar la polarización política. Y con la consulta, es imposible hacerlo. No se trata de negar las diferencias ni de maquillar los desacuerdos. Se trata de recordar que por encima de cualquier disputa está la vida, está la democracia, está el pacto que nos une como nación. Ese pacto exige respeto mutuo, juego limpio, garantías para todos, consensos para avanzar unidos. El atentado a Miguel Uribe es un campanazo de alerta. O respondemos con unidad, con altura y con firmeza, o permitimos que el veneno de la violencia vuelva a contaminar la política colombiana. Que este episodio no se quede en la condena momentánea. Que sea el punto de partida para una defensa colectiva de la democracia. Protejamos la vida, defendamos la política, y unámonos contra el odio. Oramos por la vida y la salud de Miguel Uribe. Estamos unidos en ese propósito. A su familia toda nuestra solidaridad y apoyo. Esperamos su pronta recuperación. El llamado de su esposa ha tocado el corazón de millones de colombianos. Lo asumimos. Necesitamos el liderazgo joven de Miguel Uribe. El amor por Colombia debe impulsarnos en este momento. No más polarización.
Analista.