La nueva entrada en la saga que comenzó en 1987 con "Depredador" es nuevamente dirigida por Dan Trachtenberg, quien había revitalizado este universo con la película "Prey".
Cuando "Depredador" se estrenó en 1987, muchos vieron en ella una de las tantas apuestas entre Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone. Los forzudos querían dirimir quién se quedaría con los laureles como la máxima estrella de acción de esa época (spoiler: ganó Schwarzenegger).
Que la marca haya sobrevivido hasta hoy, cuando tanto uno como el otro hace tiempo que dieron paso a otras estrellas del género, tiene más que ver con dos factores. El primero, la estupenda dirección de un entonces debutante John McTiernan. Este tendría una trayectoria despareja tras ese primer paso, pero cuando acertaba ("La caza del Octubre Rojo", "El último gran héroe de acción" y, sobre todo, "Duro de matar"), eran contados con los dedos de una mano los nombres que podían hacerle sombra como director de acción. El segundo factor fue el depredador que daba título a la película. La idea de un extraterrestre asesino que podía camuflarse en la selva hasta convertirse en invisible, y armado de un arsenal de tecnología avanzada, resultó irresistible para el público de entonces. Unos años después, la secuela llevaría al monstruo a la gran ciudad, pero aunque Danny Glover hizo lo que pudo para mantener a flote el encanto de la primera (con ayuda de un notable Ruben Blades en un rol secundario), todo el asunto tenía olor a intentar exprimirle un poco más de dinero a la fama del debut, y poco más.
Sin embargo, a alguien se le ocurrió la lucrativa idea de incluir, hacia el final de la película, una imagen de un esqueleto del "xenomorfo" que había saltado a la fama cinematográfica en 1979, en "Alien, el octavo pasajero", con dirección de Ridley Scott. De pronto, había una chance de un "crossover" entre dos monstruos alienígenas, lo cual derivó en sendas producciones ("Alien vs Depredador" y "Alien vs Depredador 2") que, la verdad, eran producciones del montón.
Eso no aminoró a los encargados de la marca, que siguieron apostando a ella con cada vez peores resultados: tanto "Depredadores" (2010) como "El depredador" (2018) eran pálidos reflejos de lo que había sido la primera película.
Pero hace tres años se le dio la chance al director Dan Trachtenberg de intentar inyectarle algo de frescura a la saga. Trachtenberg tenía un único crédito como director, "Avenida Cloverfield 10" (2016), un sólido drama y thriller de ciencia ficción (con monstruos, faltaba más) y que, sin querer, insinuaría algo de lo sería la pandemia del COVID-19.
Para "Prey" (2022) Trachtenberg y el guionista (Patrick Aison) llevaron la acción a la época en la que los pueblos originarios de Norteamérica todavía no habían sido sometidos al despojo que luego sentó las bases de Estados Unidos y Canadá. "Prey" fue un éxito comercial y la marca revivió: con un modesto presupuesto de 15 millones de dólares, recaudó más de 100 millones en todo el mundo. Ahora, Trachtenberg junto al codirector Joshua Wassung regresa con otra entrega sobre los depredadores del espacio, una raza de cazadores que se precia de aniquilar a las presas más fuertes y astutas de aquellos planetas en los que desembarcan. Pero en vez de recurrir a actores de carne y hueso, "Predator: Killer of killers" (o sea, Depredador: asesino de asesinos) es una producción animada que encadena varias historias.
No conviene revisar con lupa las costuras narrativas de esta película, porque no tiene mucho sentido. De los vikingos, la historia salta a los samurái y de ahí a la Segunda Guerra Mundial, para culminar en el planeta de los depredadores. Pero lo que a la película le falta en coherencia, lo compensa con secuencias de acción y suspenso que ya quisieran lograr muchos. En particular las dos primeras historias son un tour de force de animación de acción y violencia (la sangre corre a raudales), y recuerda en esa destreza fílmica a otras dos producciones animadas disponibles también en streaming: "Samurai de ojos azules" y "Terminator Zero" (ambas Netflix).
Con este nuevo capítulo, Trachtenberg se consolida como director de acción, y mantiene viva la llama de la historia que el guionista Shane Black, el director McTiernan y la estrella Schwarzenegger iniciaron hace casi cuarenta años.