¿Y ahora qué?
Cerrado el capítulo de Gareca y esperando un nuevo Mundial por la tele, la pregunta es: ¿Y ahora qué? Obviamente intentaremos ir a la siguiente Copa del Mundo
Cerrado el capítulo de Gareca y esperando un nuevo Mundial por la tele, la pregunta es: ¿Y ahora qué? Obviamente intentaremos ir a la siguiente Copa del Mundo. Eso es seguro. Tenemos la obligación de competir para llegar. El asunto es por dónde debemos comenzar. Por el entrenador... por la mejoría de la organización... por los cambios en los torneos locales... por la búsqueda efectiva de nuevos futbolistas... ¿por dónde?
Lo que más seduce al aficionado, precisamente por el horrible desempeño del último seleccionador, es definir al nuevo director técnico y el nombre que seduce a la mayoría es el de Manuel Pellegrini. Triunfador en Europa, celebrado en todos los lugares en los que actuó, es una carta ganadora en cualquier encuesta. Pero hay varios peros.
Para empezar, no es dable suponer que vendrá simplemente a preparar a un plantel. Con todos sus antecedentes es lógico creer que su llegada implicará cambios profundos en los procesos de selección y preparación de los seleccionados. Lo suyo se entiende como un Plan, como una Dirección Técnica nacional. Y para eso requerirá unir a todos los sectores involucrados en aquel Plan. Y entre todos esos involucrados hay quienes no entienden de planes, de proyectos, de nada que no sea mantener sus cargos. Es complicado, por decir lo menos.
¿Recuerda usted haber oído del Plan Riera para el Mundial de 1962? Fueron cuatro años de preparación. Riera también tuvo detractores. Y duros. Pero dispuso de lo más importante: la confianza de los dirigentes nacionales, que lo respaldaron firmemente. Y eso ha sido siempre así: Luis Santibáñez contó con Abel Alonso, Nelson Acosta disfrutó del respaldo de Ricardo Abumohor.
Pero ¿cree usted que Pellegrini contaría con la misma adhesión de los círculos directivos actuales? Y si existiera ese respaldo, ¿sería confiable en el tiempo, cuando soplaran vientos en contra? Difícil. ¿Qué les puede importar el desarrollo del fútbol chileno a mercaderes internacionales de futbolistas?
Hay que considerar todo eso. En vez de pensar en lo que ofrecería el más exitoso DT chileno de todos los tiempos, hay que pensar en si él vendría a trabajar con la gente que hay. Creo que no. Viene de Europa, donde las cosas se hacen de otra manera. Riera venía también de Europa y eso lo hizo respetable a gente de otro nivel, gente que había estado en el corazón de Europa para traer la sede a Chile. Otra cosa.
Mucho de esto, además, lo ha dicho el mismo Pellegrini. Y no olvidemos que los tiempos son difíciles, con alta violencia en las gradas y en las cercanías de los estadios, con un desorden social que parece imparable. Cosas que no eran tan intensas en tiempos de Riera, creador de la escuela de fútbol que hoy dirige Pellegrini.