Rescate de una leyenda: editan la poesía completa de Raquel Jodorowsky
La escritora chilena desarrolló su obra en Perú, generando una admiración en Latinoamérica. Pero en nuestro país no circularon sus libros, hasta que ahora se publica "Una diosa desterrada del cosmos".
La leyenda que la rodea es tan grande que quizás no deja ver su obra. Una poeta de ecos surrealistas, que se conectó con la historia ancestral de América Latina, confeccionaba sus libros como piezas de arte y encandiló al líder de la generación beat , Allen Ginsberg. Nacida en Tocopilla en 1924 y fallecida en Lima en 2011, la escritora Raquel Jodorowsky se fue de Chile antes de cumplir 20 años y nunca más volvió al país; su obra también desapareció, pese que en sus inicios llegó a ser comparada con Gabriela Mistral. Ahora es posible leerla: se acaba de publicar su poesía completa en un volumen de gran tamaño titulado "Una diosa desterrada del cosmos". En 600 páginas se incluyen sus 19 libros, más las reproducciones de sus cuadros, que expuso poco antes de morir en Lima.
"Reunir su poesía completa y ponerla a disposición de los lectores chilenos es una manera de reparar el olvido que ha tenido Chile con ella", dice Ernesto Pfeiffer, creador -junto a Micaela Paredes- de La esporádica, editorial recién inaugurada y responsable del rescate de la obra de Jodorowsky. El libro cierra con un poema inédito, escrito meses antes de fallecer, que termina así: "Hoy me despido/ amigos poetas/ no se olviden que/ la poesía es invencible".
Clarividente y cósmica
Raquel Jodorowsky nació en el desierto de Atacama y contaba que en vez de jugar con muñecas lo hacía con arañas. Tocaba el piano y escribía desde niña. Su hermano, dos años menor, el cineasta y psicomago Alejandro Jodorowsky, iba a superarla en la fama mundial; también se enemistarían durante décadas, pese a que a inicios de los 70 realizaron performances juntos en México. Tuvieron caminos distintos: antes de que ambos dejaran Chile, Alejandro se reunía con Enrique Lihn y Nicanor Parra, mientras Raquel compartía con el clan de Pablo de Rokha y echaba a andar una escritura exuberante que en 1950 plasmó en su primer libro, "Dimensión de los días".
"Los poemas de Raquel Jodorowsky me hacen creer en que al fin la poesía chilena femenina ha vuelto a levantar la cabeza después del primer ciclo de la Mistral, y a abrir las puertas a una casa cerrada de la que hasta aquí no ha logrado más que salir un leve humo por la chimenea", escribió el poeta Rosamel del Valle sobre "Dimensión de los días", que apareció cuando la escritora ya viajaba a Lima, donde iba a estudiar Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Finalmente estudió Arqueología, lo que marcó su obra.
Aunque nunca dejó Perú, Jodorowsky viajó por Latinoamérica, pero sobre todo desarrolló una obra literaria en una escena donde también figuran Blanca Varela y José María Arguedas. Publicó libros como "La ciudad inclemente" y "En la pared de los sueños alguien llama". Y en 1962 lanza "ensentidoinverso", un volumen que precisamente se lee en sentido inverso (la primera es la última página) y ocupa diferentes tipos de papeles; estaba en consonancia con el movimiento de vanguardia colombiano nadaísta, del que fue la única mujer fundadora. En esos años también conoció a Ginsberg, quien le escribirá cartas durante décadas. Poco después, la influyente revista mexicana El Corno Emplumado lanza su libro "Aiy Tojen" (1964).
Jodorowsky no aflojó en el ritmo de sus publicaciones y su obra fue creciendo en Latinoamérica, pero no en Chile, donde sus libros no circularon ni se difundieron. "¿Cómo explicarse que la noticia de su vida y su obra sea prácticamente un secreto? No sé si hablar de olvido, porque para hablar de olvido, primero hay que haberlo conocido. Y a Raquel en Chile nadie la conoce", dice la poeta y editora Micaela Paredes Barraza en el prólogo de "Una diosa desterrada del cosmos". Y añade: "Clarividente y cósmica, de sentidos físicos y psíquicos penetrantes, demasiado lúcida para la época que la recibió, Jodorowsky es, como pocas en la historia poética de América, una creadora múltiple que trasciende la escritura".
Efectivamente, además de escribir, Raquel Jodorowsky fue costurera, diseñó títeres para la televisión peruana y enseñó cábala hebrea. En 2005 volvió a Chile después de 53 años, invitada por el festival Chile-Poesía y dio un recital en La Chascona, la casa de Pablo Neruda. "Ya no quiero sentirme una extranjera en mi casa. Son muchos años. Quiero volver a mi país y dar a conocer mis libros", dijo en esa visita.