Paola Vezzani: Sentir el extremo austral
Muy cercana a la escuela de pensamiento de Ricardo Rozzi, la artista participa en expediciones en donde surgen sus proyectos.
Paola Vezzani (1969) es autora de una escultura muy propia que es seducida por la naturaleza del territorio austral. La reconocida escultora de Punta Arenas -con presencia internacional- ha realizado obras monumentales junto a canales como la famosa "Magallánica", bautizada así por el teórico Ronald Kay, la que sugiere una metáfora de una ballena emplazada a 90 km de Punta Arenas, en Río Verde, junto al mar. Uno de sus primeros proyectos fue una residencia navegable en la que invitó a artistas nacionales y del exterior. Ha ganado importantes concursos con obras como el "Faro", para las víctimas de la pandemia, ubicada en el Hospital Regional de Magallanes.
Desde hace años su estética se inspira en la mirada de la escuela de pensamiento del biólogo y filósofo Ricardo Rozzi, quien marca pauta desde Magallanes hacia el exterior. Vezzani participa en algunas de esas expediciones científicas por islas del territorio subantártico. Sus primeros dibujos -que lleva después en un proceso de gran complejidad técnica a su escultura en metal que perfora a mano- es su gran herramienta en terreno.
La exposición en galería Patricia Ready seduce al público y la crítica. La integrante más joven de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Chile impregna la fuerza del viento y el mar en los árboles y ramas de sus volúmenes. "Para mí, es importante hablar del viento y también del viento como metáfora. Cómo la naturaleza se adapta a este y que requiere colaborar con otras especies para hacer que el medio ambiente en que viven sea mejor para su desarrollo. Por ejemplo, las plantas que crecen en Alto Andino, arriba de Puerto Williams, en los canales australes se conocen como cojines y eso mismo les sirve para protegerse del viento y acumular agua", cuenta a Artes y Letras entusiasmada con lo logrado. Y es una persona exigente. Se vio cuando fue directora regional de Cultura.
-Su muestra "Subantártico" habla de una zona menos contaminada, ¿dónde la delimita?
"Me refiero a la parte austral de Magallanes, donde la cordillera de Darwin corre de este a oeste, al sur de Tierra del Fuego. Es el territorio más austral y muy único por sus características ecológicas. Allí la diversidad es muy singular, con especies únicas o endémicas. Y hay muchas especies nuevas en medio de un paisaje bellísimo y desconocido, con canales y glaciares que llegan al mar. Es un hotspot para la ciencia. Rozzi habla de las Galápagos del extremo austral".
- ¿Qué significa en su arte la escuela de Ricardo Rozzi?
"Me he involucrado paulatinamente en esta escuela en la que se mezcla la biología con la ética ambiental. Me influye esa mirada que pone la ética como un ejemplo y metáfora de vida; ellos colaboran en vez de pelear, un tema que desgraciadamente sigue tan vivo con las matanzas y guerras entre seres humanos. Llevo 20 años trabajando muy cerca de científicos y he sido testigo de cómo aparecen nuevas especies y secretos que se van revelando, luego de una vida de investigación y colaboración"
- ¿Sus obras hablan de la fragilidad de la naturaleza y del ser humano?
"!Absolutamente¡ Porque la naturaleza es frágil y como seres humanos dependemos de ella. En las piezas en la galería no está el ser humano figurado, pero está presente porque la que mira y la que corta las láminas soy yo. Hay varias esculturas que son un árbol y nosotros estamos hechos como un árbol. Los cuerpos de los hongos corren con la misma lógica de subdivisión de nuestras venas...".
-Las ramas y árboles de sus piezas se cruzan en la exposición con sus ballenas. ¿Cita su obra "Magallánica"?
"De alguna manera, porque así como esa escultura está muy unida al paisaje, en estas obras hay un diálogo con el paisaje. Es a lo que aspiro, que el espectador llegue a sentir la naturaleza, el viento, sin necesitar ir a Punta Arenas".
-Algo muy particular de su hacer son las sombras que produce, ¿cómo las trabaja?
"La sombra para mí es fundamental. Completa la obra y le da más volumen. Cuando hago estos calados la sombra me da otra visión del cuerpo. Y en la galería, incluso, la sombra que se genera de un cierto árbol pluma que está colgando, al mirar la forma no dice cómo es la del árbol, es una segunda sombra que aparece y pareciera otra cosa. Pero no somos capaces de ver el cuerpo completo que la produce".
-¿Qué lugar tiene el dibujo en su obra con acero?
"El dibujo es fundamental porque es mi herramienta de trabajo. Muchas veces dibujo en terreno y también hago acuarela. Ayuda mucho a mirar, a detenerme, a entender la lógica de un árbol. Y luego en el taller vuelvo a dibujar. El croquis es como una síntesis de algo que recuerdo y no solo en su forma, sino del movimiento del viento. Ahí voy buscando una composición para decirlo con más fuerza. Después viene la selección de las tramas y vacíos que constituyen una textura. La complicación es hacer un croquis que logre fluir con esa ligereza que tiene la línea porque dibujo con tiza en la plancha de fierro y lo hago muchas veces. El croquis toma demasiado tiempo hacerlo en el metal. El desafío es que sea liviano. Tengo que tomar el metal con dos manos y apoyarlo en el aire para ir dibujando".
Luego recuerda que su padre abogado escribía y hablaba de la región olvidada en el confín de la tierra. "Pero yo le digo al cielo: este territorio es el principio que va a ser un ejemplo para el mundo. Lo veo como un faro". En la muestra sobresale un árbol-faro. Y en octubre mostrará en la galería Gasco "un bosque acuático con ballenas y otro bosque parecido a 'Subantártico' pero que envolverá de otra manera".