Martes, 01 de Julio de 2025

Delgado anunció la autocrítica del PN y apuntó contra el gobierno: Hasta ahora, se manejó con titulares

UruguayEl País, Uruguay 1 de julio de 2025

Recién electo como presidente de los nacionalistas, el excandidato a presidente repasó la competencia interna de los blancos, se refirió al rol de Cabildo Abierto en el futuro y evitó seguir definiendo al FA como "el peor de la historia"

Álvaro Delgado será el nuevo presidente del Partido Nacional después de ganar en la convención del sábado por 18 votos a Javier García, su principal contrincante. Fue una campaña dura en la que la interna blanca, con fuego cruzado, llegó a un punto de tensión que no se veía desde hacía un tiempo. Pero el día después, Álvaro Delgado prefiere no ahondar en la aparición de un informe que critica la campaña de 2024, y asegura que está pronto para comenzar con la autocrítica. Y ahora, ya al frente de su partido, evita señalar, como el año pasado, que el Frente Amplio es el "peor de la historia". Dice, en cambio, que está "sin liderazgo notorio, muy desbalanceado y mucho más ideológico".

-Tras la convención nacionalista en la que tanto usted como Luis Lacalle Pou hablaron de empezar a trabajar para 2029, el preside te Yamandú Orsi dijo que hay que "cuidar" que no se viva en una "permanente campaña". ¿Qué opina?

-Son cosas diferentes. Cualquier partido político, principalmente uno como el Partido Nacional, tiene la obligación de hacer política con "p" mayúscula todos los días en el rol que lo puso la gente, siendo oposición. Pero eso no quiere decir estar haciendo una campaña electoral. Obviamente, el objetivo de todo partido político es gobernar Uruguay. (Eso) no implica estar haciendo campaña cruda y dura, sino que estar haciendo acción política, que es diferente.


-¿Qué perfil va a tener el Partido Nacional? ¿Va a seguir la línea que, por ejemplo, mantuvo en la Rendición de Cuentas o va a tener un perfil más acorde capaz a sus características: dialoguista, dispuesto a llevar acuerdos si son convenientes...?

-La presidencia del directorio es una responsabilidad enorme pero no es en términos personales sino colectivos. Además, la propia convención decidió que vamos a funcionar en equipo dado que nadie tiene mayoría per se. Es mucho más linda la oportunidad de poder trabajar todos, y ese es el perfil que va a tener el Partido Nacional. En la Rendición de Cuentas quisieron debatir sobre el relato de la herencia, y el Partido Nacional fue responsable: la votó en Diputados y se va a tratar en el Senado en los próximos días. Lo votó porque reconocía que en términos económicos y fiscales hay un mejor país que el 2019.

-Pero no votó los artículos que el gobierno proponía para aumentar la deuda...

-Votó el reconocimiento a la mayor cantidad de empleo, a una política económica ordenada, un aumento de 2,5 puntos en salarios reales a pesar de la pandemia, una baja de la informalidad, una suba del consumo, una baja de la inflación. Y se votó para que el gobierno continúe dando garantías para el programa de viviendas Entre Todos. No votamos aquello que quiere instalar un relato que no es cierto. Por ejemplo, permitir al Poder Ejecutivo incrementar el tope de endeudamiento, algo que podían hacer sin necesidad de una ley. También quisieron meter en el debate político pagos sobre situaciones de la ASSE y pagos por disponibilidad del Ferrocarril Central.

-Ante esta actitud del Partido Nacional, ¿qué se puede esperar para el Presupuesto?

-Primero vamos a ver el Presupuesto. El Frente Amplio nunca lo votó, así como tampoco la Rendición de Cuentas. Oposición no es oponerse a todo sino a lo que está mal. El gobierno aún no ha mostrado cuál es el rumbo, por lo menos en los grandes lineamientos, como vivienda, economía, políticas sociales. Veremos si lo marca en el Presupuesto.

-Actores del Frente Amplio entienden que el rumbo de este gobierno se refleja, por ejemplo, en decisiones como la rebaja del $ 100 la garrafa del supergás.

-Si el rumbo se define por rebaja de $ 100 del supergás por dos meses, estamos muy carentes de rumbo y es la evidencia de que tuvieron un impulso para ganar pero no se prepararon para gobernar.

-¿En política salarial no le parece suficiente la apuesta de que ninguna franja de salarios pierda poder adquisitivo y que se trabaje en los ingresos más sumergidos?

-Vamos a verlo, hasta ahora el gobierno se manejó con titulares. Vamos a verlo en la cancha.

-¿Cuál va a ser su rol como presidente del directorio?

-Acá no hay idea refundacional, es una suma de experiencias y aprendizajes. Venimos de un directorio diferente que se vació mucho cuando el partido estuvo en el gobierno. Ahora tenemos que volver a un directorio que sea el centro de la actividad política del Partido Nacional. La función del directorio será marcar el rumbo político y la conducción del partido, que es una tarea de equipo no personal.

-¿Qué espacio va a tener la autocrítica por la derrota en noviembre? ¿Y de qué forma se va a hacer?

-Lo vamos a resolver entre todos. Quiero mirar para adelante. Estoy pensando en un partido bien abierto, que escuche con humildad, descentralizado, que implica no solo tener una visión nacional sino recorrer y escuchar mucho. Mi idea es que el directorio sesione por lo menos una vez por mes en el interior del país de manera rotativa, y posiblemente en alguno de los barrios de Montevideo o en alguna localidad de Canelones. También que funcionen las comisiones departamentales, que tengan interacción e interconexión, con los representantes del partido en el Parlamento pero también con el militante y afiliado. Los dueños del partido son los militantes, no son los dirigentes. Y el proceso que se viene de análisis es la primera etapa, sin duda. Lo dije en las dos instancias en las que hablé en la convención: es necesario hacerlo con fraternidad, con objetividad, escuchando, y con mucha humildad. Tenemos que buscar los ámbitos.

-¿La idea es realizar un documento con el análisis?

-Lo discutiremos entre todos. Aportaré mis ideas y documentos, otros traerán sus impresiones e ideas. La idea es escuchar, no imponer. Voy a hablar último, no primero. Como presidente del directorio tengo más responsabilidad de escuchar que el resto. Y que cada uno libremente se exprese. Debe salir de ese proceso cuáles son las oportunidades de mejora.

-Un informe interno de Óscar Licandro señala que fue un error haber elegido a Valeria Ripoll como compañera de fórmula. ¿Usted comparte?

-Corre por su cuenta. No comparto la mayoría de las cosas. Prefiero algún informe técnico que haya estado en todo el proceso y no una parte, y que tenga todos los datos, no una parte. Pero soy muy respetuoso de todas las opiniones.

-¿Cómo ve que se haya conocido ese informe a dos semanas antes de las elecciones del directorio?

-No sé. No tengo comentario para hacer.

-Fue una campaña dura para el directorio, ¿no?

-En esta convención, quizá, había más competencia y efervescencia que en otras, pero tuvo un nivel de participación histórica de convencionales. Ahora, todos teníamos la responsabilidad, y lo hablamos antes, de cuidar mucho al partido. Mi contribución fue muchas veces bajar la espuma todo lo que pude y no hacer declaraciones previas, porque teníamos que ir a una convención cuyo final tenía que ser un abrazo entre los que competimos y el partido encaminado hacia el 2029.

-Cuando se lo proclamó presidente del directorio se sintieron abucheos. ¿Cómo los recibió?

-Estaba adelante, algo lo sentí y sé que alguna gente del público del fondo se fue. Es lo que me contaron que pasó, no lo vi. Después lo vi por algún video de las cámaras. Me quedo con lo que sucedió adelante: estábamos subiendo todos al estrado y nos estábamos dando un abrazo. Y el respeto por la soberanía y la decisión partidaria, que fue legítimo. Algunos, es notorio, pueden quedar más contentos y otros menos. Tengo la responsabilidad de ser presidente de todos.

-¿Ripoll llamó para felicitarlo?

-Sí, obviamente. Además de compañeros de partido de todos los sectores, recibí cientos de mensajes y hoy hablé con los tres que compitieron conmigo. A su vez, la verdad que está bueno que lo diga, no sé si estoy cometiendo una infidencia, pero habla bien del Uruguay: recibí las felicitaciones de los presidentes de los partidos políticos.

-¿Los integrantes de la coalición deben comparecer como lema único en el año 2029 o es una discusión para más adelante?

-A ver, es una discusión que se va a venir. La coalición republicana no es de los dirigentes, es de la gente. No nos confundamos. Quien la reclama muchas veces es la gente. El ejemplo de Salto es notorio. No puede ser un proceso impuesto, mucho menos de arriba para abajo.

-¿Tiene que haber una mesa de coordinación de la coalición durante este gobierno?

-Plantee siempre que es importante coordinar en la coalición.

-¿Incluido Cabildo Abierto en la coalición?

-Lo planteé en la campaña electoral. En todo ese proceso, nos reuníamos habitualmente, y nos tocó hacerlo en Presidencia de la República, más esporádicamente, pero con todos los representantes de los partidos. Tenemos que llegar a esa madurez de poder generar ámbitos de coordinación. Algunos serán políticos e institucionales, otros serán a nivel parlamentario, pero me parece que está bueno y la gente lo va a reclamar.

-Cabildo Abierto parece ser un jugador menos.

-No lo doy ni afuera ni dentro. Cabildo Abierto es un partido que tiene un sentido de coalición, al igual que sus votantes porque se representa un modelo de país diferente al Frente Amplio.

-A pesar de que, en la Rendición de Cuentas, acompañaron al Frente Amplio.

-Puntalmente tres artículos.

-Sí, pero el aumento del endeudamiento, y puntos vinculados a ASSE y Ferrocarril Central, cuestionando al gobierno anterior.

-Recién empieza la película. Veremos cómo sigue y cuál es la decisión institucional. En esto, hay procesos y hay que tomar mucho mate para que se vayan consolidando. Ojalá que, si mañana existe la coalición, que es un tema a discutir entre todos, sea lo más amplia posible.

-¿Sigue considerando que este es el peor Frente Amplio de la historia?

-Es un Frente Amplio sin liderazgo notorio, muy desbalanceado y mucho más ideológico. De hecho, su propia composición interna hace que los sectores más moderados estén casi en su mínima expresión electoral. Eso hace un Frente Amplio diferente.

-¿Entonces no es el peor de la historia?

-Quizás el más ideológico en los últimos tiempos, en un sentido que no va en el mismo que lo nuestro.









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