Pese a baja en inflación, Emisor debe seguir siendo cauteloso
La inflación en Colombia dio señales claras de moderación en junio, ya que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó sólo un 0,10% en el mes, una cifra inferior a las expectativas del mercado, y la variación anual cayó a 4,82%, el nivel más bajo desde octubre de 2021, lo cual si bien es una buena noticia, todavía no sería suficiente para tener un camino despejado hacia una normalización monetaria plena
La inflación en Colombia dio señales claras de moderación en junio, ya que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó sólo un 0,10% en el mes, una cifra inferior a las expectativas del mercado, y la variación anual cayó a 4,82%, el nivel más bajo desde octubre de 2021, lo cual si bien es una buena noticia, todavía no sería suficiente para tener un camino despejado hacia una normalización monetaria plena. Varios analistas coinciden en que, aunque existe espacio para continuar con la reducción de tasas de interés, la política monetaria debe actuar con prudencia para evitar un retroceso en el proceso de convergencia inflacionaria, dado que el dato de junio sorprendió positivamente a los mercados, pero mantiene diversos retos. La inflación mensual fue inferior al consenso de analistas (0,19%) e incluso a las estimaciones de bancos como BBVA (0,22%) y Bancolombia (0,26%); mientras que en el acumulado anual, el IPC se ubicó por debajo del umbral psicológico del 5%, lo que reavivó las expectativas de un recorte en la tasa de interés de referencia por parte del Banco de la República en su próxima reunión de final de julio. En palabras del presidente de la República, Gustavo Petro, "quedamos en 4,8% y el incremento de precios de este mes apenas es de 0,1%". Sin embargo, el mandatario fue más allá al advertir que si la Junta del Banco de la República "demora más la baja de la tasa de interés real, podemos caer en estanflación". Esta declaración generó reacciones inmediatas en redes sociales, donde diversos usuarios le recordaron que el término adecuado para describir una caída de precios con estancamiento económico es "deflación", no estanflación, la cual combina inflación alta con bajo crecimiento. Retos en el horizonte Más allá del debate técnico, el centro del análisis está en las señales mixtas que aún persisten en la estructura inflacionaria, ya que según el informe de Itaú, el dato mensual de 0,1% estuvo impulsado principalmente por hoteles y restaurantes (+0,42%) y transporte (+0,20%); mientras que la inflación excluyendo alimentos subió 0,15% en el mes, mientras que la que excluye alimentos y energía avanzó 0,26%. Con estos movimientos, la inflación subyacente se ubicó en 5,37%, aún por encima del rango objetivo del Banco de la República (del 2% al 4%), por lo que desde BBVA Research, el economista Alejandro Reyes explica que "la inflación sin alimentos ni regulados, seguida estrechamente por el Banco de la República, se mantuvo estable, en torno a 4,8%". Aunque reconoce que hubo moderación tanto en alimentos (4,3%) como en bienes regulados (5,5%), advierte que al interior de la canasta de consumo persisten presiones y que en particular, los servicios mostraron una inflación anual de 6%, con una baja marginal frente a mayo. Bancolombia, por su parte, destacó que la inflación de alimentos tuvo un comportamiento favorable gracias al descenso en los precios de productos perecederos como la papa (-13,79%), el tomate (-7,30%) y las moras (-9,33%). También resaltó que la inflación de bienes regulados cayó por segundo mes consecutivo, debido principalmente al retroceso en las tarifas de electricidad (-1,95%), gas (-0,50%) y basuras (-0,71%). No obstante, la entidad subraya que la indexación continúa siendo el principal obstáculo para lograr una convergencia más acelerada hacia la meta del Emisor y enfatizaron en que "anticipamos que la inflación cerrará el año por encima del 5,0%, nivel muy superior a la meta del Banco de la República, por quinto año consecutivo". Para estos expertos, no hay que pasar por alto que hay otros riesgos latentes en el horizonte, como el tipo de cambio, el aumento en la percepción de riesgo país, y un posible ajuste del salario mínimo que no guarde relación con la inflación observada; los cuales, podrían influir en un eventual cambio de tendencia para el costo de vida. Espacio cauteloso Desde Alianza Valores, Felipe Campos fue más optimista y señaló que "los rubros más volátiles y preocupantes vuelven a bajar", y que además del IPC, la inflación del productor ya se encuentra en apenas 2,09%. En su opinión, con este panorama, "el Banrep debería bajar en julio". Entre tanto, el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, también celebró la caída de la inflación como una buena noticia y dijo esperar que esta tendencia permita una reacción en política monetaria. Sin embargo, no todos comparten la idea de actuar con rapidez y puntos de vista como el de José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, sostiene que hay que ser cautos. "Yo creo que el banco podría tener un espacio para disminuir 25 puntos básicos. Yo, de codirector del banco, me alinearía en una dirección de ese estilo", dijo Restrepo, quien añadió que, de haber existido un mayor esfuerzo fiscal por parte del Gobierno, podría haberse abierto la puerta a una baja de 50 puntos básicos. En esa misma línea, María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, consideró que "para consolidar esta senda, se requiere una política coherente que impulse la producción nacional sin desincentivar a los cultivadores, y que garantice controles eficaces donde los precios siguen al alza" y subrayó que, si bien el dato mensual es un alivio, sectores como restaurantes, salud y bebidas alcohólicas siguen bajo presión inflacionaria. Bancolombia concluye que, si bien el dato de inflación fue alentador, persisten presiones alcistas significativas y una elevada incertidumbre fiscal.