El expresidente declaró que, de diversas maneras, el Poder Ejecutivo le cerró "todos los caminos del acceso a los recursos"; por su parte, el exministro dijo que la intención siempre fue intentar salvar la institución
El proceso que llevó al cierre definitivo de la histórica mutualista Casa de Galicia hace tres años está siendo reconstruido, paso a paso, en el juzgado de Crimen Organizado. Aunque el juicio a Alberto Iglesias, expresidente de la institución, es por dos cargos concretos, están citados varios testigos que hablaron y hablarán del desenlace que tuvo el centro asistencial. Ayer lo hicieron el director de Jurídica del Ministerio de Salud Pública, el exdirector de la Junta Nacional de Salud, Alberto Yagoda y el exministro DanielSalinas, además del propio Iglesias que hizo uso de su derecho a declarar.
En ese sentido, los tres coincidieron en que los últimos meses de Casa de Galicia estuvieron signados por dos intentos de obtener más dinero. El primero, apuntaba a la obtención de un tercer Fondo de garantía IAMC, lo que les serviría de garantía para obtener un préstamo en el banco Santander. El segundo, a la alta cesión de cuotas Fonasa para financiar deudas con acreedores.
Sobre el primer intento, afirmaron los tres exjerarcas tenían dos informes desfavorables para el otorgamiento. Estos describían la crítica situación económica y financiera de la institución. Uno de ellos tildaba de "cuestionable" el plan de reestructuración. La pérdida de socios venía desde los años 90 y la crítica situación desde hacía siete años.
Salinas, por su parte, recordó que el MSP había intervenido la mutualista pero sus técnicos fueron desplazados por el juez de Concurso, quien determinó que solo debían intervenir los síndicos. "La idea básica era salvar la institución", dijo. Pero al ser consultado por Marcelo Domínguez, defensor de Iglesias, sobre si se hubiera podido, respondió: "Estaba muy comprometida. Tendría que haber habido una cirugía mayor. No puedo hacer futurología y decir que era imposible (...) pero no había otra intención que esa".
Iglesias declaró que, de diversas maneras, el Poder Ejecutivo le cerró "todos los caminos del acceso a los recursos". Recordó que cuando ya tenían encaminados dos proyectos que le devolverían a Casa de Galicia su prestigio, Yagoda lo llamó a decirle que Salinas "no firmaba nada", refiriéndose a dinero que la mutualista preveía que ingresaría. "Prácticamente nos pegaba un tiro en el pecho sin justificación alguna", dijo.
Los cargos contra Iglesias
Al expresidente se lo acusa de la apropiación indebida de US$ 180 mil que le habían prestado a Casa de Galicia y que él retiró de un cambio. Ayer Iglesias afirmó frente a la jueza que eran suyos, porque él le había prestado US$ 200 mil a la institución y no los había recuperado. Finalmente, los US$ 180 mil que retiró, dijo, fueron utilizados para pagar otras operaciones de la institución (su abogado Gonzalo Fernández detalló que fue el pago de cuotas a una empresa de ambulancias, a otra empresa que controlaba aparatos oncológicos y los honorarios de un contador). Cuando la fiscal Valeria Bovio le preguntó si había registro del préstamo, contestó que no. "El gerente financiero no me firmó un papel, trabajo todos los días con él", explicó.
Por otra parte, la Fiscalía lo acusa de un delito de insolvencia societaria fraudulenta. Esto debido a que en los días previos al concurso dio seis órdenes irrevocables de pago a acreedores por el valor de US$ 6 millones. Estos acreedores, no eran los más urgentes. Solo uno de los pagos llegó a concretarse, pero Iglesias pretendió alterar la masa del concurso, sostuvo el fiscal GilbertoRodríguez.
La defensa de Iglesias afirmó que ese delito no puede configurarse porque es aplicable sobre empresas y Casa de Galicia es una asociación sin fines de lucro. Eso, además de que la mutualista ya era insolvente, por lo que la conducta de Iglesias "no causó nada".