Armani sorprende con legado

El mundo de la moda quedó sorprendido al conocerse los términos del testamento de Giorgio Armani. El diseñador italiano, fallecido el 4 de septiembre a los 91 años, dejó instrucciones precisas para el futuro de su firma: una venta gradual del capital a un conglomerado internacional o, en su defecto, la salida a Bolsa en un plazo de ocho años. La decisión supone un giro histórico para la empresa fundada en 1975, que durante medio siglo se mantuvo independiente frente a los grandes grupos del sector. Armani, considerado el último gran diseñador-empresario europeo, siempre se resistió a perder el control de su compañía, pero en sus últimos años preparó una sucesión ordenada. Venta o salida a Bolsa El testamento dispone que, desde septiembre de 2026, se venda un 15 % del capital del grupo a un gran conglomerado, con prioridad para LVMH, EssilorLuxottica o L’Oréal. Después, en un plazo de tres a cinco años, ese comprador deberá adquirir entre un 30% y un 54,9 % adicional. Como alternativa, se contempla la salida a Bolsa, con la condición de que la Fundación Giorgio Armani conserve al menos el 30,1 % de la compañía. La Fundación como garante La Fundación recibe el 100% de las acciones del grupo. Sobre un 9,9% tendrá plena propiedad —equivalente al 30% de los derechos de voto—, mientras que el 90% restante queda en "nuda propiedad". Los votos se reparten entre Pantaleo Dell’Orco, su mano derecha y compañero de vida, y sus sobrinos, ya integrados en el Consejo de Administración. Armani, que nunca tuvo hijos, dispuso libremente de un patrimonio estimado en 12.000 millones de euros, que incluye propiedades, obras de arte, yates, además de su participación en EssilorLuxottica y en el club de baloncesto Olimpia. El grupo cerró 2024 con ingresos de 2.300 millones de euros y destinó 332 millones a inversiones, consolidando una estructura con 8.700 empleados y 650 tiendas. Como homenaje póstumo, sus colecciones se presentarán en la Semana de la Moda de Milán, entre el 23 y el 29 de septiembre.