Postulaciones a Carabineros
Junto con este positivo nuevo interés, debe recuperarse la idea de continuar con su reforma, más allá de un gobierno u otro.
Un alto número de aspirantes a ingresar a Carabineros de Chile se espera para este año 2025, pues las cifras iniciales, en septiembre, ya alcanzan a seis mil postulantes. En años anteriores se registró una baja significativa de los interesados, que disminuyeron a continuación del estallido de violencia de 2019, y se complicó aún más por la aparición de la pandemia. Recién en 2023 se recuperó el interés de incorporarse a las filas, con una cifra superior a los 10 mil postulantes, y para este año se espera algo similar. Es un hecho positivo para la institución y para el país, pues no hay dudas de que la sociedad chilena enfrenta riesgos serios en materia de seguridad pública, por la aparición de bandas criminales organizadas que además poseen vínculos internacionales.
El aumento en el interés por participar de las actividades policiales es también reflejo de cambios en la sociedad, la que ha aquilatado en toda su dimensión el valor del orden y la seguridad pública. Si hubo momentos en que, debido a la estabilidad general del país, nadie se detenía a reflexionar sobre la importancia de esas condiciones, el aumento de los robos, los homicidios y de una delincuencia cada vez más violenta hizo detenerse a los chilenos y contemplar la realidad de otras sociedades donde se ha perdido la paz ciudadana. El valor de la policía comenzó a ser apreciado y no cabría sorprenderse de que cada vez sean más los jóvenes que aspiran a desempeñarse en una labor valiosa, que les da sentido a sus vidas.
Caben también otras interpretaciones, por cierto, que resultan menos alentadoras. El país vive también una crisis del mercado laboral y los jóvenes que no tienen posibilidades, o interés, por ingresar a la educación superior enfrentan una falta de puestos de trabajo que ha hecho aumentar significativamente el desempleo entre ellos. En muchos casos, la nueva apreciación por las tareas policiales ofrece una opción que puede resultarles atractiva, aun cuando exija sacrificios y no grandes expectativas salariales. En todo caso, el mayor interés es un signo de los cambios sociales experimentados en los tiempos recientes.
Durante varios años se multiplicaron las críticas a Carabineros y no puede olvidarse que la coalición política hoy gobernante planteó la refundación de la institución, aunque luego gradualmente se fueron alejando de sus ideas iniciales y respaldando en forma creciente la labor de la policía. No obstante, antes del estallido, un momento crucial en la evolución social de Chile, ya se había concebido la idea de una reforma a las policías como un plan de largo plazo, pero de profundos alcances. La institución se preparó para ello y lo incorporó en su plan estratégico de desarrollo policial. La reforma incluía múltiples dimensiones. Entre ellas, fortalecer la formación inicial y continua del carabinero, y optimizar la dotación modernizando los criterios de asignación del personal a las distintas unidades, lo que implicaba estimar en forma precisa la cantidad total de efectivos que requiere la entidad para cumplir sus tareas. Para ello también se ha pensado en aumentar las escuelas formadoras, distribuyéndolas por el país. Pero muchas de esas ideas parecen haberse ido olvidando y de nuevo se observa cómo se anuncia un crecimiento del interés por incorporarse, sin ofrecer patrones objetivos acerca de cuál será el crecimiento de la institución ni en qué plazo el país podrá contar con toda la fuerza policial indispensable para hacer frente a las crecientes necesidades.
El mayor interés por incorporarse a las filas de Carabineros es una buena noticia, pues no debe olvidarse que la función central de esa institución policial es la de garantizar el orden y la seguridad pública en todo el país. Nada menor, pues es una función crítica del Estado, que no puede obviarse ni tomarse a la ligera. Por tal motivo, debiera recuperarse la idea de continuar con la reforma, que es un cambio significativo que debiera mantenerse más allá de un gobierno u otro, pues es una tarea para el conjunto de la sociedad chilena.