Lunes, 22 de Septiembre de 2025

Robert Silva: "El piñazo que recibimos en 2002 tiene consecuencias hasta ahora y nos alejamos de la gente"

UruguayEl País, Uruguay 21 de septiembre de 2025

El legislador analiza la interna del Partido Colorado a poco de comenzar un congreso ideológico y definir acciones de cara al ciclo electoral del año 2029.

En entrevista con El País, el senador del Partido Colorado reivindica el "progresismo" en su colectividad y un Estado fuerte, pero eficiente.

Además, el expresidente de ANEP crítica lo que entiende es un recorte presupuestal para la educación pública y espera que el gobierno mantenga la "transformación educativa" que lideró.


-Asumió por primera vez un cargo legislativo, como senador. ¿Cómo evalúa su nueva tarea en estos primeros meses?

-Es una nueva función a los 54 años. Vengo acostumbrado a estar en cargos ejecutivos desde los 25. Fui secretario general de Secundaria, fui el secretario general del Codicen más joven. Después fui consejero, director del Instituto de Evaluación y toqué el cielo con las manos siendo presidente de la ANEP. Es el lugar más importante de la educación del país. Ahora es distinto, es un lugar como lo dice el término, de 'parlare', de conversar, de procurar acuerdos. Pero bueno, me estoy adaptando y encontrando mi lugar. Estoy en 15 comisiones, eso me ocupa mucho, me hace diversificar los temas y me hace salir de mi zona de confort que es la educación. Ejerzo la tarea con la responsabilidad propia de quien representa a gente. Yo tuve tormentas políticas y, sin embargo, logré 80.000 votos. Eso me estimula a trabajar y seguir adelante. El desafío en el Parlamento es que los mármoles no te mareen, que no te aparte de las bases. Que la historia de este despacho no te aleje de las necesidades de la gente. Ese fue un problema que tuvo el Partido Colorado.

-¿Cómo observa la dinámica parlamentaria actual en cuanto al vínculo entre las bancadas y a la productividad legislativa?

-El vínculo es bueno. Yo soy coordinador de la bancada colorada en el Senado. Tuvimos un chisporroteo grande como consecuencia de la interpelación (al ministro Alfredo Fratti). Pero creo que marcamos un poco la cancha, dijimos 'no todo vale'. Eso se dio en buenos términos, y ya volvimos a la coordinación. Marcando sí las diferencias; el Partido Colorado tiene muchas diferencias con políticas que el gobierno quiere llevar adelante. Y tenemos que marcar esas diferencias como oposición que somos.
-¿Está funcionando la Coalición Republicana en la oposición?

-La Coalición tiene un gran desafío producto del nuevo escenario. Fue una coalición que, a pesar de que nació con partida de defunción, se mantuvo hasta el último día en el gobierno. Fuimos una coalición que gobernó el país sin fracturas. Ahora, al ser oposición, la realidad ha cambiado y tenemos que madurar desde este espacio. Nosotros siempre reclamamos, y yo personalmente lo hice, espacios de coordinación. Ahora estamos en un tiempo de construcción. Y es lo que tenemos que hacer. Primero, a la interna del Partido Colorado. Trabajar desde esa clave. Desde la unidad, que es muy importante. Luego de lograrlo y de avanzar hacer lo mismo en la Coalición Republicana, que tiene un rol importante a cumplir. Es la que puede obtener cambios -si estamos juntos- en línea con lo que se propuso en el Compromiso por El País.




-¿El camino es confluir todos los partidos bajo un mismo lema?

-Esa es otra cosa. Eso es una estrategia electoral y como tal la tenemos que evaluar y deliberar mucho en la interna. Hay que fortalecer primero la orgánica del partido que tienen que ver con su dirección.

-El senador colorado y líder de Vamos Uruguay, Pedro Bordaberry, por ejemplo, planteó que sería un error, ¿usted comparte esta visión?

-Hay cuestiones electorales que impactan. Y hay personas que creen que estratégicamente es un error. Primero habría que ver si las situaciones son comparables con lo que pasó en Argentina. Es decir, si vos ponés todo bajo una fórmula, ¿en qué se traduce esto? ¿en qué termina? ¿eso achica las posibilidades en vez de ampliarlas? Eso es lo que él dice. Y es un poco lo que también algunos sostienen que nos pasó en noviembre, en el balotaje. Cuando fuimos varias fórmulas votamos mucho mejor y ganamos con 90 mil votos, captamos más, pero en noviembre perdimos. Otros entienden que yendo juntos hubiéramos tenido mayoría en el Senado, pero no se sabe. Y además hay un agravante. ¿Qué le pasa a los socios? ¿cómo se dividen las bancas del Partido Colorado en caso de comparecer con un lema común? ¿obtendría las 17 bancas (en Diputados) que hoy tiene? ¿o pierde? Hay quienes dicen que perdería muchísimas bancas, quedaría con cuatro o cinco.

-¿Cuándo debería definirse una decisión así?

-Plazo tenemos. El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) hizo bien en plantear discutir una eventual reforma constitucional. El Frente Amplio pidió que se tratara después de que pase el Presupuesto. Hay que sentarse a conversar sobre una reforma en el sistema electoral: los plazos (del período electoral), la separación de elecciones, volver al doble voto simultáneo, las internas. Todo eso son cosas a poner sobre la mesa y discutirlas en un ámbito multipartidario para procurar un acuerdo.

-En el Partido Colorado empezará una discusión ideológica y de aggiornamento, ¿de qué se trata?

-El Partido Colorado es el partido, por esencia, de la justicia social. El que nos permitió a muchos de nosotros, que venimos de contextos de vulnerabilidad, salir adelante. Mi padre tenía solo sexto de escuela, era empleado de un bar, empezó carpiendo en una chacra; mi madre era maestra, me inculcó siempre el tema de la educación. Pero nunca pensamos, ni mi familia ni yo, que iba a estar sentado en el sillón de Luis Batlle. ¡Jamás! Era imposible pensarlo. (Silva ocupa el histórico despacho del Palacio Legislativo utilizado por Luis Batlle Berres y Jorge Batlle). Es el Estado benefactor, de la movilidad social ascendente que siempre fue el norte del batllismo. El humanismo con fuerte base republicana y con mente transformadora, adelantada a la época. Creo que hay una dicotomía entre algunos que tienen la absoluta esencia de la buena administración, del hacer. Son eficientes, pero se alejan de la gente. Y otros que se acercan a la gente permanentemente, que están en contacto, que generan acciones de fuerte corte que hasta puede llamarse populista, pero tienen una mala administración. Hay que ir por el camino del medio. Hay que gestionar bien los recursos públicos con un fuerte componente social de contacto con la gente. Es lo que reclamo para el partido y es lo que desde el Senado estoy tratando de hacer.

-¿El Frente Amplio le ganó ese terreno a los partidos tradicionales?

-Particularmente al Partido Colorado. El batllismo se impregnó en la sociedad. La obra batllista ha trascendido al partido. Y hoy muchos se ponen el sombrero batllista. Dicen, 'yo soy batllista', pero no son colorados porque no votan al partido. Y luego hay que reconocerle al Frente Amplio la alta militancia, en distintos ámbitos, no solo el político; el cultural, el sindical, el popular, el educativo. Van generando todo un discurso donde los que están del lado de la gente, los que están al lado del pueblo son ellos y los restantes defendemos al gran capital. Con eslóganes como que 'pague más el que tiene más'. ¡Por favor! ¿A los batllistas nos van a decir eso? Si nuestra esencia es la justicia social, la distribución de los recursos. Estamos totalmente de acuerdo, pero el problema es que es un discurso falaz. Vos mirás el Presupuesto Nacional del gobierno en materia de carga tributaria y es exactamente al revés. Va a terminar pagando más el que tiene menos. Porque se van a perder fuentes de trabajo. Con empresas que se van, con inversiones que no vienen. Hay una contradicción entre el discurso que quiere el crecimiento y que venga la inversión con las propuestas. Se ven criterios que pueden terminar ahuyentando al capital en un mundo globalizado en que fuga rápidamente.

-¿Se considera progresista?

-Totalmente, somos progresistas. Soy una persona netamente progresista. El Partido Colorado ha sido progresista en su historia. ¿Qué es eso? Ser adelantado a su época, ser visionario. Yo presenté un proyecto para declarar obligatoria la educación desde los tres años. Vamos a ser el primer país de América Latina en lograrlo. En el sector menos pudiente, casi el 30 % no se escolariza a partir de los tres años. Lo hace más tarde. ¿Sabés todo lo que eso significa? En el sector más pudiente va el 100%. Hay que ser eso, adelantado a tu época, pelear contra cosas que considerás injustas.

-Ya que mencionó la discusión sobre el Presupuesto, usted criticó lo que el gobierno asignó para la educación pública, ¿por qué?

-La Udelar, la UTEC y la ANEP van a recibir menos recursos que en cualquiera de los gobiernos anteriores. Del 4,8% del PIB baja a 4,1% este año y termina el período en 3,8%. En el proyecto de presupuesto de la educación aparecen sólo 10 escuelas de tiempo completo, cuando prometían llevar de 50 mil a 100 mil los niños en tiempo extendido, y con 10 escuelas serán con suerte 2.500 niños.

-¿Considera que el gobierno dará marcha atrás con la "transformación educativa" que usted lideró?

-Tengo esperanza de que el Frente Amplio no tropiece otra vez con la misma piedra, como cuando en el 2005 frenó, diría decapitó, la reforma liderada por Germán Rama y llevó a la educación al estado en que está. Tengo la esperanza de que esta vez no va a pasar lo mismo.




-Hay una tendencia creciente en dónde se cuestiona al rol del Estado, se lo observa en Argentina, por ejemplo. ¿Usted qué piensa?

-A veces se genera una falsa oposición entre reclamar un Estado fuerte en aquellas áreas que necesitan intervención para regular las diferencias de una sociedad que las genera. Los batllistas no creemos en la lucha de clases. Sí sabemos que esta sociedad capitalista genera diferencias. Y ahí tiene que estar el Estado, pero en forma eficiente. El Uruguay es uno de los países que más recursos públicos, en relación con su PBI, invierte en infancia. Los resultados están a la vista. ¿Qué es lo que le falta? Articulación, coordinación. Yo soy partidario de un gasto social público fuerte para tenderle la mano al que menos tiene, al que necesita, al que no eligió nacer donde nació. Esa es la característica del Uruguay, ha sido siempre y nos ha distinguido. Ahora bien, hay ineficiencia estatal, hay burocracia, hay exceso de regulación en una cantidad de sectores y es ahí donde hay que poner el bisturí. Yo no veo en este Presupuesto que haya nada de eso.
-¿El Partido Colorado sigue pagando el costo de la crisis de 2002?

-No tengo duda que del piñazo que recibimos en el 2002 tenemos consecuencias hasta ahora. Actuamos con responsabilidad, pero pagamos los costos. Pero no podemos resignarnos y decir, bueno, solo esa situación nos hace tener los votos que tenemos. No. Luego vinieron otras situaciones, tuvimos liderazgos que quedaron por el camino y nos alejamos de la gente.

-¿Qué evaluación hace de estos primeros meses del gobierno de Yamandú Orsi?

-Falta rumbo, hay improvisación en una cantidad de áreas. Y hay contradicciones. A mí me preocupa la falta de capacidad para resolver los problemas que el mismo gobierno se genera. Y veo que hay cuestiones ideológicas y sesgos que impiden tomar la sartén por el mango, resolver problemas como el de la pesca, por ejemplo.




-¿Y cuál es su opinión sobre el presidente Orsi?

-Creo que le falta concreción en su mensaje. Escucho al presidente y creo que le falta lo rotundo que tiene que ser un presidente para cerrar un tema, para abrir un tema o para opinar sobre un tema. Pero tengo, en general, una buena opinión de él, que creo que no es lo mismo que el gobierno. Pienso que es una persona afable, que es bueno para el diálogo, pero también creo que a los equipos de gobierno le falta coordinación, articulación y sobre todo una hoja de ruta. Es fundamental tener una hoja de ruta.



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