Lunes, 22 de Septiembre de 2025

Preocupa la forma de financiar el déficit de la cuenta corriente

ColombiaEl Tiempo, Colombia 22 de septiembre de 2025

Para el Banco de Bogotá, el déficit de cuenta corriente todavía es manejable en términos de su magnitud, dado que la estimación es que este indicador podría cerrar el año en 2,6% del PIB, aunque el problema, insiste el informe, es la calidad de su financiamiento y la estructura que lo sostiene

Para el Banco de Bogotá, el déficit de cuenta corriente todavía es manejable en términos de su magnitud, dado que la estimación es que este indicador podría cerrar el año en 2,6% del PIB, aunque el problema, insiste el informe, es la calidad de su financiamiento y la estructura que lo sostiene. "El país está gastando más de lo que produce y lo financia con deuda. Esa dependencia implica que, en caso de un shock externo Colombia tendría menos margen de maniobra para reaccionar", dicen.
La economía colombiana sigue dependiendo de recursos externos para mantener a flote sus cuentas, según concluye el más reciente informe del Banco de Bogotá sobre la balanza de pagos, que muestra cómo, pese a que el déficit de cuenta corriente ya era conocido, preocupa el modo en que se está financiando. De acuerdo con estos analistas, no es favorable que este renglón avance recurriendo a la deuda y con capitales de portafolio, dos fuentes que, aunque ofrecen liquidez en el corto plazo, también exponen al país a riesgos de volatilidad. En este documento, los analistas confirman que en el segundo trimestre de 2025 el déficit corriente se ubicó en 2,5% del PIB, un punto más alto que en igual periodo del año pasado; aunque lo novedoso del análisis no son tanto las cifras, sino la sentencia de que el país sigue gastando más de lo que produce y la forma de cubrir ese exceso es cada vez más dependiente de recursos externos que no siempre son estables. Una de las razones del deterioro tiene que ver con la dinámica comercial, ya que mientras las importaciones crecieron 8% en el trimestre, las exportaciones cayeron 3% y detrás de ese comportamiento está el repunte del consumo de hogares y mayor compra de bienes energéticos y de consumo. "Gasolinas, teléfonos celulares y maíz amarillo encabezaron la lista de importaciones. También hay un salto en las compras de paneles solares, que aumentaron 244%, y de gas natural licuado, que subió 47%", dice el reporte. Así las cosas, para el Banco de Bogotá, "estos datos muestran dos caras de la economía. Uno, la reactivación de la demanda interna, con hogares que gastan másy dos la transición energética, que se empieza a reflejar en las cifras de comercio exterior". En contraste, reportan que las exportaciones tuvieron un desempeño pobre en el que las ventas de petróleo se desplomaron 29% y las de carbón 27%, lo que explica parte del bache. En medio de esas caídas, hubo algunas luces por cuenta de que el café creció 64%, el oro 9% y el banano 12%. Sin embargo, esos aumentos no alcanzaron a compensar la pérdida de ingresos por los combustibles fósiles, que todavía representan una fracción importante del ingreso externo. Amortiguadores El informe señala que el déficit en la cuenta de servicios logró moderarse gracias a mayores ingresos por turismo y transporte, ya que las llegadas de visitantes extranjeros aumentaron 11%, al tiempo que el transporte aéreo, especialmente de flores y cafés, aportó divisas adicionales. Aún más relevante fue el comportamiento de las remesas, que alcanzaron un máximo histórico de US$3.277 millones en el trimestre, con un crecimiento anual del 13%. Este flujo de dinero enviado por los colombianos en el exterior se consolida como una de las principales fuentes de divisas, incluso superando a varios productos de exportación. Si bien el déficit de 2,5% del PIB no es de los más altos que ha registrado el país, lo que genera preocupación es la forma de financiarlo, ya que la cuenta financiera cerró con un déficit de 1,8% del PIB, y la inversión extranjera de portafolio se disparó 269%, principalmente por la colocación de deuda pública y privada. El informe advierte que este indicador tiene un papel más estable y de largo plazo, mientras que los capitales de portafolio, bonos y títulos que compran inversionistas extranjeros, son más volátiles y en épocas de turbulencia financiera global, esos recursos pueden salir con rapidez, dejando un hueco difícil de cubrir. Así, la economía se financia cada vez más con deuda y con capitales de portafolio, una estrategia que da oxígeno en el corto plazo, pero incrementa la vulnerabilidad externa.
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