"El mercado del trabajo está cambiando muy rápido en todos lados, también en el sector público"
El economista pide que las discusiones fiscales sean a largo plazo. Asimismo, plantea que los recursos de las universidades se complican si dependen de ciclos estatales.
Que todos los candidatos presidenciales estén hablando de crecimiento económico es la parte buena de la campaña electoral que ve José Miguel Sánchez, decano de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica: "La mejor política social es el crecimiento, porque nos lleva a aumentar el empleo bueno, formal, permanente; mejora los ingresos y contribuye a superar la pobreza". ¿La parte mala?: la polarización con que se desarrolla el proceso electoral, incluso con ideas de no tramitar el proyecto de Ley de Presupuestos 2026.
El Premio Nobel de Economía a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt le entusiasma, sobre todo porque sus aportes serán abordados en el Festival de Innovación y Futuro UC, el 21 y 22 de octubre en la capital. "La importancia de la innovación en el crecimiento y el desarrollo de las naciones -y la urgencia de esto en nuestro país- quedó de manifiesto" con esos galardonados, afirma Sánchez.
-¿Qué le parece el proyecto de Ley de Presupuestos?
"Detrás de este presupuesto hay un fantasma. Plantea que el gasto fiscal crecerá 1,7% y, pensando que la economía va a crecer entre 2% y 2,5%, eso llevaría a decir que es bastante conservador. Pero ese 1,7% está calculado sobre el presupuesto 2024. Mirando el Informe de Finanzas Públicas del tercer trimestre, la ejecución del gasto este año fue mucho menos, por lo que el gasto en realidad crecerá 2,5% el próximo año".
"La pregunta es si ese gasto va a ser consistente o no con las metas fiscales que el Gobierno propone para el próximo año, un déficit fiscal estructural de 1,1% del PIB, sobre todo porque ha habido mucho cuestionamiento respecto a si los ingresos proyectados se van a cumplir".
-¿Qué otros temas presupuestarios considera preocupantes?
"Me preocupa fundamentalmente la partida de educación, cuyo presupuesto crece 2,22%. No solo eso. Por nivel educacional, crece fuertemente en la educación superior; disminuye un poco a nivel parvulario y preescolar, y crece marginalmente un 0,4% en el nivel escolar. Hace mucho tiempo sabemos que la mayor rentabilidad en educación ocurre cuando ponemos las fichas en la etapa inicial de la vida escolar porque ahí estamos comprometiendo el futuro de los niños. Si no tienen ahí un buen nivel educacional, es difícil que después puedan cerrar la brecha educativa y llegar a la educación superior".
"El problema es que los niños no salen a la calle, no marchan. Este gobierno llegó con eso gracias a que fueron líderes estudiantes y universitarios y han puesto las fichas en la educación superior. Hoy estamos creciendo fuertemente en financiar la gratuidad. La comisión transversal que revisó el gasto fiscal recomendó revisar la focalización de la gratuidad porque a los expertos les parecía que no estaba llegando a las personas que más lo necesitan. Creo que es así, para acceder al beneficio la gente debe llenar el FUAS (Formulario Único de Acreditación Socioeconómica) y hay gente que se especializa en ofrecer el servicio de llenado del formulario. Otro tema preocupante es el recorte de fondos que contempla el proyecto de ley sobre el FES (sobre financiamiento público para estudios de nivel superior), que se discute en el Congreso".
-¿Cuál es el alcance de ese recorte de fondos del FES?
"Los fondos disminuyen en $13.000 millones y afecta los proyectos de universidades regionales. La razón es porque en la Dipres caen en una categoría de proyectos que no están bien evaluados. Por otro lado, crecen marginalmente los aportes a universidades estatales, con un aumento pequeño a las universidades no estatales del Cruch (Consejo de Rectores de Universidades Chilenas). Se puede discutir si está bien o no, pero el punto es que el financiamiento pasa a depender de los ciclos presupuestarios; se está hablando que el gasto fiscal no podrá crecer más de 1,5% en los próximos años y dónde se recorta pasa a ser fundamental. Es muy complicado para una universidad depender de los ciclos fiscales, porque tiene proyectos de investigación de largo plazo, con profesores contratados y alumnos adentro".
"Provisión republicana"
Sustituir la "provisión republicana" por facultades de reasignación presidencial fue una de las propuestas de la Comisión Asesora para Reformas Estructurales al Gasto Público, y que recogió el proyecto de Ley de Presupuestos. Ese ítem -recursos de libre disposición- data del gobierno de Ricardo Lagos, cuando implementó esa glosa para la siguiente administración, y cuya práctica se había mantenido hasta ahora. En opinión de los técnicos de la comisión, esta provisión presenta problemas en situaciones de déficit fiscal, porque hay muchas presiones de gasto, ante lo cual se impulsan proyectos que terminan siendo financiados con mayor endeudamiento fiscal.
"No es equivalente entregar un monto de dinero de libre disposición a un nuevo gobierno -cualquiera sea su signo-, que hacer reasignaciones de gasto. No es fácil sacarle plata a uno para reasignarla a otros. Uno de los problemas que ha tenido implementar el ajuste fiscal -lo decía el exministro Mario Marcel y lo dice ahora el ministro Nicolás Grau- es la dificultad para hacer ajustes en el presupuesto, porque tiene un programa financiado, con el recurso entregado y tiene que quitárselo. Recuerdo un paper en mis estudios de doctorado sobre el ' flypaper effect ', papeles engomados que atrapaban moscas y zancudos. Era una analogía: donde llega un peso de presupuesto, ahí se queda pegado".
Nuevo mercado laboral
-¿Qué piensa de otra de las propuestas que se recoge de la comisión, como mantener las remuneraciones del sector público en valores nominales 2025 y el gobierno entrante estudie el sistema de remuneraciones y vea cómo resolver la disparidad de bonos y beneficios y cumplimientos de metas?
"Es complicado congelar. El gasto tiene dos cosas, p x q : el precio del salario por la cantidad. La administración tiene que ser capaz de trabajar con ambas. No solamente es congelar los salarios, sino mirar si la cantidad de personal es adecuada para las cosas que se tienen que hacer. El análisis es aún más complejo, pienso no solo en el tema presupuestario, también en el crecimiento, la productividad y la educación, donde ojalá la perspectiva fuera de más largo plazo".
"El problema es que ahora estamos mirando el presupuesto fiscal para el próximo año y todo lo que estamos pensando es para períodos presidenciales de cuatro años. Tenemos que mirar qué necesitamos en un Estado moderno y eficiente, no con la perspectiva del próximo año ni de cuatro años. Necesitamos tener perspectiva de más largo plazo. El mercado del trabajo está cambiando muy rápido en todos lados, también en el sector público, y hay trabajos que hoy se pueden automatizar y prestar un mejor servicio. A lo mejor necesitamos que esa gente esté en otro lado, con otras características y otras competencias".
-¿Debe disminuir el gasto fiscal en lugar de aumentar, dada la creciente deuda sobre el PIB?
"Desde la crisis de 2008 hasta ahora, la deuda pública ha crecido muchísimo, estamos en un 43,5% del PIB, cerca del límite prudente que se ha establecido en 45%. Más allá de eso, podría empezar a haber problemas de baja en la clasificación de riesgo y subir el costo de financiamiento externo para Chile. Hoy ya estamos pagando US$ 4.500 millones al año en intereses".
"Si debe aumentar o disminuir el gasto público, depende mucho de qué pasa con los ingresos fiscales, de si la economía se pone en marcha de nuevo, porque en términos de PIB per cápita estamos estancados desde hace muchos años. Si hay crecimiento, podemos tener más ingresos y gastar más, pero no podemos gastar permanentemente más de lo que tenemos".
-¿Viene un apretón fiscal?
"Vamos a tener un apretón por mucho tiempo".
-¿Vislumbra riesgos de una burbuja en las acciones tecnológicas de EE.UU. y una crisis que impacte al resto del mundo?
"No, la tecnología va a seguir teniendo un rol fundamental en los años que vienen. Que esté cambiando tan rápido implica que van a haber algunos ganadores y algunos perdedores. Los avances tecnológicos tienen impacto en el mercado del trabajo; hay cosas que las máquinas pueden hacer mejor, pero no todo. El razonamiento crítico de los humanos, el poder analizar y pensar, no lo pueden hacer las máquinas. La inteligencia artificial busca los patrones que hay en la repetición de datos, no podemos competir con eso, pero sí encontrarle razonamientos y causalidades para interpretar y eso es profundamente humano".