Mientras en la coalición destacan haber logrado poner un "freno" a varios artículos importantes, en el Frente Amplio destacan la "votación impensable" que logró la izquierda respecto al proyecto en general.
Redacción El País Luego de siete días de votación en el pleno, la Cámara de Representantes aprobó finalmente el Presupuesto Quinquenal, que ahora deberá ser tratado por el Senado. Fueron, como siempre en estos casos, pero de manera más intensa este año por la falta de mayoría en la cámara baja, días de intensa negociación, de idas y vuelta a veces vertiginosas y con momentos de tensión (ver recuadro), y que dio como resultado un articulado que, en líneas generales, dejó conforme a oficialismo y oposición.
Lo cierto y concreto es que gracias al apoyo explicitado en lo previo de Cabildo Abierto -aunque hubo acuerdos también con algunos sectores del Partido Colorado y del Partido Nacional en algunos casos-, el gobierno del Frente Amplio logró superar uno de los mayores escollos que analistas políticos y dirigentes habían pronosticado, que era conseguir el voto de los dos legisladores que le hacían falta para llegar a los 50 apoyos en Diputados.
No obstante, aunque el oficialismo logró sacar adelante la "ley madre" del período, varias de las propuestas quedaron por el camino, algo que fue celebrado por los representantes de la oposición como parte de su éxito negociador o un rol de "freno" que lograron ejercer en temas relevantes, como modificaciones que se buscaron a la Junta de Transparencia y Ética Pública o el levantamiento del secreto bancario -lo que se procuraba al eliminar la intervención del Poder Judicial.
Esto último fue un objetivo que persiguió con persistencia el Poder Ejecutivo, que de hecho planteó una fórmula intermedia que tampoco fue aceptada, con la que se pretendía otorgar a la Dirección General Impositiva (DGI) la posibilidad de acceder a información financiera en caso de que, transcurrido un plazo determinado, la Justicia no se pronunciara para impedirlo.
Blanco sobre negro
Por otra parte, las iniciativas que no prosperaron fueron vinculadas a compensaciones extras que se otorgaban a, por ejemplo, el director general de secretaría del Ministerio de Economía y Finanzas. Y no se obtuvieron los votos necesarios para el aumento que se proponía en el subsidio anual que recibe el Instituto Cuesta Duarte, que planteaba llevar esa partida de $ 400.000 anuales a $ 1.000.000.
En diálogo con El País, el diputado colorado Conrado Rodríguez (que por tercera vez como legislador trabaja en un Presupuesto) dijo que hubo varias votaciones, en particular referidas a partidas extra, para las que el Frente Amplio tampoco pudo obtener los votos. Aclaró, de todas formas, que aunque esto ocurrió no se trataba de ítems sustanciales del proyecto de ley, como por ejemplo los cambios impositivos largamente debatidos (el impuesto "Temu", el Impuesto Mínimo Complementario Doméstico, el gravamen a las ganancias de capitales en el exterior).
Sí ocurrió, en tanto, el apoyo del sector Unir para Crecer del Partido Colorado (bancada que votó dividida en varias oportunidades, incluso en la aprobación general del proyecto) a la ampliación de las competencias del Banco Central del Uruguay para la supervisión de instituciones financieras o administradores de fondos de inversión, incluidas las ganaderas que "convoquen a la inversión o reciben financiamiento mediante la captación de recursos financieros del público en general o de ciertos sectores o grupos específicos".
La conformidad
Las largas horas de negociaciones arrojaron distintos resultados para uno y otro bando, aunque en ambos casos la sensación imperante es la reseñada arriba: que en un marco de incertidumbre y complejidad por la escasez de recursos, varios objetivos se cumplieron.
Para empezar, y desde la perspectiva del gobierno, lo primero que se destaca fue el amplio apoyo que tuvo la iniciativa en su votación en general, donde logró que 84 legisladores -para lo que mucho tuvo que ver la decisión del Partido Nacional de acompañar el proyecto y no dejar "sin Presupuesto" al gobierno- levantaran la mano.
"Fue una votación general impensable para un gobierno en minoría", dijo a El País Eduardo Brenta, senador frenteamplista que ahora se prepara a estudiar la iniciativa para comenzar con su tratamiento la semana que viene. "Y, segundo, porque los diputados hicieron un gran esfuerzo en la reasignación de recursos, que fue importante, y con los que se buscó atender y ser coherente con los compromisos del Frente Amplio", agregó el dirigente de la Vertiente Artiguista, en referencia, sobre todo, al fortalecimiento que se consiguió en la educación al distribuir hacia allí $ 500 millones, lo que significó refuerzos para la Universidad de la República, la UTEC y otros programas.
Del otro lado, la idea que predomina es que, pese a que "el gobierno puso los impuestos y definió los límites del gasto", no logró "todo lo que se proponía", como resumió en su cuenta de X el diputado Pablo Abdala. "La oposición le ganó varias votaciones y lo frenó en varias cosas", añadió el nacionalista, que deseó que ahora, en la cámara alta, se pueda mejorar el resultado. Y avisó: "El FA deberá respetar las decisiones tomadas en la cámara contra su voluntad. De lo contrario, el Partido Nacional debería revisar su actitud cuando el proyecto vuelva a Diputados para aprobar las modificaciones".
No se acordó fórmula para los registrales
De parte de la oposición hubo un intento para que se presupuestaran 57 funcionarios de la Dirección General de Registros que están en régimen de contratación. Los trabajadores reclaman por la precarización laboral desde hace años. Pero pese a la intención de regularizar la situación, a partir de un aditivo que presentó Rodríguez y el blanco Álvaro Rodríguez Hunter, Cabildo Abierto no acompañó. Esto derivó en un diálogo subido de tono entre el diputado colorado y el cabildante Álvaro Perrone.