Nuevo orden mundial
			
			
Ricardo Gaitán
El crecimiento y la velocidad de cambio de China en los últimos 46 años han sido monumentales
			
				
Ricardo Gaitán
El crecimiento y la velocidad de cambio de China en los últimos 46 años han sido monumentales. De ser un país que logró sacar a millones de personas de la pobreza desde finales de los años setenta, hoy se proyecta como una potencia que podría destronar la hegemonía estadounidense, en un nuevo escenario marcado por la competencia comercial y tecnológica, como se observa en las disputas por el liderazgo de la IA en la era de las tecnologías 5G. El momento más transcendental en las relaciones comerciales entre China y EE. UU. se produjo en 1979, cuando el gobierno estadounidense reconoció a la República Popular China como único representante legítimo y declaró que retiraría el reconocimiento diplomático a Taiwán, también conocida como la República de China. Este hecho influyó decisivamente en el crecimiento económico del país asiático. La guerra comercial desatada por el presidente Donald Trump ha transformado esa relación bilateral en una pugna por el control geopolítico. Tanto EE. UU. como China, ahora buscan consolidar sus intereses económicos y asegurar su influencia en el sistema internacional. Sin embargo, sus métodos y objetivos específicos difieren, aunque ambos países persiguen el mismo fin: liderar el orden mundial del siglo XXI. En el contexto de la actual ‘guerra comercial’, tanto EE. UU. como China han desplegado diversas estrategias para salvaguardar y potenciar sus intereses económicos. El gobierno estadounidense ha impuesto sanciones arancelarias dirigidas principalmente a China, buscando debilitar su economía y su industria. Por su parte, China ha respondido restringiendo la exportación de minerales, especialmente ‘tierras raras’, indispensables en la industria tecnológica estadounidense para la fabricación de teléfonos inteligentes, automóviles eléctricos y turbinas eólicas, entre otros productos. Instrumentos de poder: El dólar como moneda oficial del comercio mundial, y marcas tecnológicas que dominan el planeta como Apple, Microsoft, Google y Amazon, junto con Meta (antes Facebook). El Yuan y las marcas estatales globales chinas como Alibaba, Huawei, Tencent, Xiaomi y ByteDance (la empresa matriz de TikTok), que compiten con las estadounidenses en el ámbito internacional. En el siglo XXI, EE. UU. busca preservar su influencia en Europa, Medio Oriente, la región Indo-Pacífica y América Latina mediante alianzas tradicionales como la OTAN, Japón y Corea del Sur. Por su parte, China orienta sus intereses estratégicos hacia Asia-Pacífico, África, América Latina y Europa del Este, fortaleciendo su presencia a través de grandes inversiones en infraestructura. En síntesis, Estados Unidos procura mantener su posición de liderazgo internacional y evitar que China establezca un nuevo orden mundial. Por su parte, el país asiático aspira a reemplazar gradualmente a la potencia norteamericana como actor principal en el ámbito global, promoviendo un modelo alternativo fundamentado en el control estatal, el desarrollo económico sostenido y la no intervención en asuntos políticos.
Analista de marca.