Domingo, 09 de Noviembre de 2025

Diego Pérez: cuánto aporta el Uruguay Open al tenis local y su receta mágica para generar jugadores de elite

UruguayEl País, Uruguay 9 de noviembre de 2025

El extenista profesional y director del torneo, habló con Ovación en la previa a la edición 24 y contó qué significa estar al frente de un evento de esta magnitud.

Tras su retiro del tenis profesional y luego de una carrera en la que llegó a ser número 27 del ranking ATP, Diego Pérez</b> se embarcó en la organización de torneos y hace 24 años creó el Uruguay Open, el Challenger de Montevideo que cada vez presenta más atractivos deportivos y económico.

De lo que implica dirigir un torneo de elite en nuestro país, de lo que haría para que el tenis crezca si tuviera recursos ilimitados, de cómo impacta este certamen en la región y del crecimiento que puede llegar a tener, el director del evento recibió a Ovación en su segunda casa, el Carrasco Lawn Tennis.

¿Qué significa para vos que el Uruguay Open llegue a sus 24 ediciones?
La verdad que es algo increíble. Es increíble también cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer que terminamos la edición del 2024, pero ya pasó casi un año. Y eso es porque este es un torneo en el que la gente cree que vos trabajás dos o tres meses antes y aprontás todo, pero laburás para el próximo al día siguiente que termina. No estás todos los días ocho horas, pero estás pendiente a diario.

¿Cómo es el día después del Uruguay Open para Diego Pérez?
Y... El lunes 17 de noviembre por la mañana vamos a venir a desarmar todo, algo que lleva su laburito... Pero el primer gran trabajo es entregar un balance del impacto mediático a todos los patrocinadores que nos acompañan en esta edición. Para hacer ese balance se necesita mucha información que tenemos que pedir a 20 o 30 lugares diferentes, recolectar fotos, datos, etc. Es un trabajo en el que terminás muerto. Después termina el evento y estás durante 15 o 20 días pagando cuentas, cobrando. Ahí cobrás, cerraste los ojos y ya es enero. Descansás un poco y ya en febrero hay que ir a tocarle la puerta a las empresas que apoyaron el año anterior para ver qué intenciones tienen para el próximo torneo y sobre todo para que te pongan en el paquete del año, eso no se nos puede pasar. Te queda algo de tiempo libre, no te voy a mentir, pero todos los días algo hago relacionado al Uruguay Open.

¿Cuánto ha crecido este Challenger en organización y en exigencia?
El Uruguay Open es interesante desde todo punto de vista. Te pongo primero el ejemplo del turismo porque utilizamos, contando a todos los jugadores que vienen, entre 480 y 500 noches de hotel. Y ahí empezás a sumar comidas de todos: jugadores, staff, familias y demás. Son más de 3.000 comidas. A su vez, tenemos mucha gente involucrada en el torneo, alrededor de 100 personas, porque el impacto es muy grande en el barrio y en la ciudad. Es todo muy positivo. Después está el impacto mediático que crece y seguirá creciendo porque este año se podrá ver el torneo por Disney+ para Latinoamérica, pero también llegamos a Estados Unidos y muchos países de Europa y Asia con Tennis Channel. antes eran tres partidos televisados para la región y ahora son 20 y para todo el mundo.


¿Y cuánto vale eso?
Para mí vale mucho más para el país que para el torneo porque normalmente aquí las empresas que acompañan son de Uruguay, pero que el Uruguay se exhiba hacia un montón de países es beneficioso porque en la previa a la temporada estival, en el minuto y medio del cambio de lado te pasan imágenes de Montevideo, de Punta del Este. Y eso si lo tenés que salir a comprar, vale un disparate.

¿Cómo impacta el Uruguay Open en el tenis local?
Hay impacto y hay aporte en el sentido de que le acercás el tenis a los mayores y a los niños, a los que juegan y los que no juegan, o los que están empezando. Yo creo que el Challenger entusiasma para que luego, cuando vayan a jugar a la cancha el lunes, digan "le quiero pegar como le pegó tal jugador en el Uruguay Open". Que vayan ilusionados a jugar. Eso respecto a los que juegan. Y con los que no juegan, nuestro objetivo es que digan "¿cómo será esto?¿cómo se jugará? ¿estará bueno?" o que el niño vaya y le pida a los padres para ir a jugar al tenis. No quiere decir que gracias a esto vamos a tener tenistas de elite porque en Uruguay es muy difícil generar un competidor profesional con éxito, no somos como Argentina que salen de los hongos los tenistas porque parten de una base de 2 millones de gente que juega con una historia de más de 50 años. Por eso no es raro que Uruguay no tenga un tenista entre los 50 del mundo, es raro sí que hayamos tenido un Pablo Cuevas entre los 19 mejores del mundo.


¿Qué le pasa a Uruguay?
Muchas veces respondo lo que haría si tuviera los recursos ilimitados, por ejemplo. Si eso pasara, llevaría el tenis a todos los barrios de cada rincón del país, sobre todo a los barrios menos favorecidos. Pero hoy ponés en un barrio una cancha de fútbol y se llena. Tirás la pelota ahí y a correr, a jugar. En cambio el tenis, si vos instalás la cancha, ¿qué hacés? Necesitás pelotas, una raqueta... Y luego, si tenés eso, precisás a alguien que te le diga a esos gurises cómo se agarra la raqueta, cómo se le pega a la pelota. ¿Dónde dejás las cosas luego? Es complicado, pero se debería empezar por eso. Poblá al país de canchas de tenis y en un momento va a venir un profe y te va a decir "che, este le pega lindo, este le pega mejor que todos los otros". Pero faltan los recursos. Y no es una crítica, es una realidad porque ni quiero saber lo que puede llegar a costar todo eso. Por eso acá en Uruguay, para llegar a ser un profesional del tenis caés en un club, te gastás una buena plata o vas a alguna Plaza de Deportes con canchas, que no son muchas, pero ahí siempre van los mismos y difícilmente saques a un futuro profesional. La realidad es que si queremos tenistas profesionales, tenemos que empezar por procurar que más niños y niñas empiecen a jugar al tenis.


¿Cuánto le aporta el Uruguay Open al tenis local?
El gran aporte es poder traer a Montevideo a estas grandes figuras del tenis. Están en la puerta de tu casa y los podés ver en vivo y en directo, porque una cosa es verlos por televisión y otra, muy distinta, es escuchar el ruido de la pelota cuando la golpean. Eso dentro de la cancha. Después, fuera de ella, los gurises vienen, se sacan fotos, se hacen firmar pelotas o remeras. Todo eso lo hacés sin la necesidad de viajar a otro país, tomándote un bondi o viniendo en bicicleta si vivís cerca.

¿Puede seguir creciendo este torneo Challenger?
Cada año es como un gran logro volver a hacer el torneo, ¿sabés?Pero muchas veces me han preguntado si no da para un ATP 250. Y la infraestructura está. Acá tenemos todo. Acá vos podés hacer un ATP 500 a las risas. Pero... lo hacés si tenés los 3 millones de dólares que se necesitan para hacerlo. Pero además, precisás 8 millones más para comprar la fecha, conseguir a alguien que quiera vender esa fecha del calendario y que no sea en Japón. Tiene que ser acá en Sudamérica, sino le cortás la gira a los jugadores, porque esto es un circuito. No hay fechas libres y además, en el caso de conseguir el dinero, no tenés cómo sostenerlo.

¿Cómo imaginás que vas a estar el lunes 17 de noviembre?
Muerto seguro, pero contento, como sucede normalmente porque es una satisfacción enorme cuando ves que las cosas salen bien, ves que los jugadores vienen y se van contentos, que viene mucha gente, que se llenaron las tribunas del Carrasco Lawn Tennis, que los sponsors que pusieron una torta de guita se van contentos, que la transmisión de televisión salió bárbara y que disfrutamos de buenos partidos de tenis.

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