Primeras señales del cambio de signo: se redujo la brecha del tipo de cambio y cayó el riesgo país, mientras el nuevo gobierno inicia contactos con los organismos internacionales.
Bolivia es una economía en "terapia intensiva" producto de un modelo económico que ha sido sostenido a la fuerza con mayor gasto público, emisión de dinero y deuda estatal, advirtió el economista Fernando Romero, docente universitario e investigador boliviano. El nuevo gobierno encabezado por Rodrigo Paz tendrá que confrontar "a un enorme dragón de tres cabezas: inflación, falta de combustibles y dólares", señala Romero. El profesión al repasó las condiciones macroeconómicas en las que se encuentra su país y afirmó que la estabilización de la economía "debe pasar por la sensatez en las decisiones económicas pero también políticas", añadiendo que "la gobernabilidad en las calles y la gobernanza en el parlamento son cruciales" para el buscado "cambio de modelo". A continuación, un resumen de la entrevista.
¿Cómo describiría la situación económica actual?
Bolivia atraviesa una profunda crisis, producto de un modelo económico absolutamente fracasado. Es clave que el nuevo gobierno, desde sus primeras medidas inicie el proceso de estabilización para evitar que se profundice la actual recesión. Y no solo es clave la sensatez en las decisiones económicas, sino también políticas, donde la gobernabilidad en las calles y la gobernanza en el parlamento son cruciales para que este reajuste y cambio de modelo no sea muy traumático ni costoso en términos sociales. Es la crónica de una muerte anunciada; venimos volando bajo, en un avión averiado, esperando el momento de estrellarnos. No hay sorpresa en el desenlace que ha tenido la gestión de los gobiernos populistas en Bolivia.
¿y cuáles son las principales señales de la crisis?
La inflación, los carburantes y el dólar son "las tres cabezas del dragón" que atormenta a Bolivia. La economía boliviana está en recesión. El nivel de actividad cayó 1,2% en 2024 y en el primer semestre de este año continuó la caída, con una contracción de 2,4%. Todas las proyecciones ubican a Bolivia como uno de los países con peor desempeño económico de la región. El Presupuesto General del Estado estableció como meta un crecimiento económico para el 2026 de apenas 0,9%, la más baja desde que el socialismo gobierna a Bolivia, pero coherente con la realidad de estanflación que muestra el país. Por otro lado, el déficit fiscal del sector público no financiero es un grave problema; en 2024 fue de 10,2 % del PIB y en el primer semestre de este año es de 3,5 %. El gobierno proyectó para este 2025 un déficit fiscal del 9,2% del PIB, sin embargo, se estima que el efectivo bordee el 12% (el cual sería financiado con mayor deuda pública y emisión monetaria). Y la deuda pública es un gran problema, superando el 90% entre deuda interna y externa. Ante la imposibilidad de recurrir a fondos externos, se ha recurrido a la emisión monetaria, lo que ha sido como echar nafta al fuego, originando varios males, especialmente, la inflación. La situación financiera es crítica. Las reservas internacionales cayeron en un 90% en los 10 últimos años; se estima que la actual liquidez solo permitiría cubrir 12 días de importación de carburantes. A su vez, las reservas de oro cayeron a 43% en 10 años
La inflación ha llegado a niveles d dos dígitos. En 2024, fue del 9,97%. El gobierno proyectó para 2025 una inflación de 7,5% anual, pero hasta setiembre ya tenemos un acumulado del 18,3%. Y a pesar de la desaceleración de los precios al consumo, esto no se percibe en bolsillo de la gente, ya que continúa la devaluación y pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda, de al menos en un 50% en los últimos 12 meses.
¿Por quém está Bolivia en esa situación ? Se hizo todo mal durante los últimos gobiernos, donde ha primado lo político e ideológico antes que la sensatez económica y financiera. El gobierno populista era una máquina que funcionaba a partir del gasto público. El gasto crecía en función de los ingresos de las exportaciones de gas natural. Hemos generado, por esas exportaciones, aproximadamente 63 mil millones de dólares desde el 2006 hasta el 2024 que fueron al gasto, pero eso no ha permitido sacar a Bolivia del subdesarrollo ni de la pobreza. Desde 2006 a 2013 se vivió un período de cierto auge, pero desde 2014 en adelante, donde la producción y exportación de gas natural cayó cerca de un 50%, el esquema se desmoronó. Y pese a la enorme caída de ingresos, los gastos siguieron al alza y eso fue todo a déficit. Cuando nos fuimos quedando sin acceso al crédito externo se recurrió al endeudamiento interno y a la máquina de hacer dinero. Y eso disparó la inflación a niveles históricos.
Eso generó severos problemas económicos y sociales con los combustibles.
Así es. Tengamos en cuenta que en la actualidad, de cada 10 litros consumidos de diésel, nueve son importados y de gasolina, seis. No se puede dejar de importar carburantes porque se para la economía. Y no hay dólares para pagarlo, entonces se pasó a vender las reservas de oro para procurar esas divisas. Es importante saber que hay un tipo de cambio fijo, pero el que ponía los recursos para mantener el precio era el Banco Central, que ya no los tiene, por lo tanto hay un dólar paralelo que se fue lejos de la referencia oficial. El efecto negativo de la falta de dólares en la economía ha generado serios perjuicios a las exportaciones e importaciones nacionales. Todo eso en un país donde el 70% de lo que se consume, es importado. El modelo, como era previsible, fracasó.
¿Cómo llegó Bolivia a depender de hidrocarburos del exterior cuando es un importante productor?
Lo fue, pero hubo una fuerte caída en las inversiones del sector. La producción de gas natural durante el periodo 2014 al 2024 ha caído en un 46%. El sector hidrocarburífero (petróleo y gas natural) fue la actividad económica de peor rendimiento económico en 2024 y desde hace 2 años, existe un desbalance comercial y energético en el sector. Sin duda, será un gran reto para el gobierno entrante reactivar y dinamizar este sector, no solo en la búsqueda de divisas, sino sobre todo para evitar un colapso energético nacional en los próximos años. El triunfo de Rodrigo Paz, sorprendió; ¿dónde estuvo la clave de ese éxito electoral?
Las encuestas acerca del resultado electoral se han equivocado rotundamente, porque daban ganador a Tuto Quiroga. Pero en cuanto a la percepción de cuáles eran los principales problemas que más preocupaban a la población, no había cómo errarle. El descontento con los gobiernos socialistas y una economía fuertemente golpeada ha sido fundamental para definir el voto de los bolivianos. Tan solo un 3% optó por continuar con gobiernos del mismo signo. Y entre los que apostaron por un cambio, optaron por un político con menos desgaste. No es nuevo en estas lides, pero Paz apareció con una imagen diferente y supo sumar para su candidatura a los descontentos y decepcionados con el MAS. A pesar de algunas propuestas que no creo que apliquen, logró generar empatía con la gente y detectar aquellos temas que requieren un cambio radical.
¿Cuáles son los primeros pasos que tiene que dar Bolivia para empezar a recomponer la situación económica y social?
La gente no quiere hacer más largas colas para comprar combustibles, quiere que los precios de los productos básicos dejen de subir de la forma que lo han hecho hasta ahora y que en algún momento les devuelvan los ahorros en dólares. Rodrigo Paz ha hecho ya al menos un par de viajes donde ha gestionado la compra de carburantes a crédito, lo que le permitirá reducir algo la presión social, por algunos meses. También ha ido a plantear la necesidad de financiamiento a los organismos internacionales como BID; CAF y FMI, que le de oxígeno, y al parecer hay buenas noticias. En resumen, necesita combinar una serie de medidas que den rápida respuesta a lo urgente, apoyado con financiamiento externo y poco a poco, una reducción del gasto, que es fundamental. Como economista y ciudadano espero que no se tomen medidas de shock, hasta tanto no tener un colchón financiero que nos respalde, porque en un país con los niveles de pobreza que tiene Bolivia, puede ser muy costoso para la población. Tengamos en cuenta que el 40% de la población boliviana se encuentra en el umbral de la pobreza.
Las primeras señales hacia el nuevo gobierno parecen ser alentadoras.
Sí, la brecha del dólar se redujo algo, el riesgo país bajó también, entiendo que en esos temas el acercamiento de Estados Unidos a Bolivia ha sido fundamental, se sabe que ya hubo conversaciones formales, mediante su Secretario de Estado, y de igual forma con otros países y organismos internacionales. Esto abre canales para asistencia técnica, líneas de crédito y acuerdos comerciales y energéticos a corto plazo, algo clave para estabilizar la economía. En esa línea de expectativas, los bonos soberanos de Bolivia, que hace un año cotizaban en el entorno de los 60 centavos por dólar, ahora cotizan por encima de 80 centavos por dólar. Es una buena señal. Específicamente en cuanto al riesgo país, finalizando 2024 Bolivia estaba en 2.087 puntos. Al 6 de noviembre, registra 1.039 puntos, la cifra más baja observada en mucho tiempo. Eso está directamente influido por las grandes expectativas generadas por un gobierno abierto a mejorar las condiciones para que llegue inversión extranjera y que el sector privado (nacional y extranjero) sea un actor clave en la reconstrucción de su economía. Un dato que muestra lo "fuera del radar" que está Bolivia en cuanto a inversores internacionales: en 2024, solo recibió 0,1% de los capitales que ingresaron a América Latina y el Caribe, según Cepal. De cada 100 dólares recibidos en la región por IED, a nuestro país solo llegaron 10 centavos de dólar. Esto coincide con las calificaciones negativas de Fitch, Moody's y S&P Ratings, que bajaron nuestras calificaciones internacionales en cuanto a crédito e inversión. Para los inversores y capitalistas mundiales, somos muy poco atractivos para invertir, por lo cual, para el gobierno será clave dar seguridad económica y jurídica a los inversionistas.
¿Cuáles son las primeras medidas que esperan del nuevo gobierno?
Además de lo relacionado con los carburantes y los precios al consumo, se ha anunciado un "perdonazo tributario", condonando multas e intereses de los contribuyentes. Y también se anunció la intención de eliminar la actual aduana y hacer una mixta, con participación en el sector privado. Es de esperar algunos decretos que apunten a dar condiciones al sector exportador. Posteriormente, se esperan reformas estructurales a nivel tributario, laboral, jurídico, también del sector energético. Son temas son clave para cambiar el modelo de país. Otra medida a mediano plazo que este gobierno impulsaría es la participación público-privada en las empresas estatales, cuyo déficit acumulado ha tenido un crecimiento preocupante en los últimos años. No espero que se privaticen, porque el país ha tenido malas experiencias con algunos procesos de venta de activos públicos al sector privado, pero sí abrir su participación.