Chile tendrá su primer radar meteorológico para estudiar desde granizos hasta tornados
Se desplazará por el país, permitirá observar fenómenos extremos, mejorar las alertas tempranas y fortalecer la investigación. Expertos dicen que aunque es un paso clave, se requiere una red de ellos.
"Un hito". Así califica la comunidad científica el anuncio de que Chile tendrá en el corto plazo un radar meteorológico, como ya lo tienen países vecinos como Perú y Argentina, este último con una red nacional de ellos.
"Es algo que ha venido pidiendo con fuerza la comunidad meteorológica hace por lo menos una década", dice Jorge Arévalo, investigador de la U. de Valparaíso y jefe del programa de continuidad de estudios en Meteorología.
La necesidad de contar con este instrumento de alta complejidad vuelve a estar en la palestra cada vez que ocurre un desastre provocado por un fenómeno meteorológico, tal como ocurrió con el tornado en Puerto Varas que este año causó 13 heridos y daños en 250 viviendas.
Según un estudio realizado en 2019 por la Dirección Meteorológica de Chile, un Sistema Meteorológico de Alerta Temprana en el país requeriría por lo menos de 8 radares entre Valparaíso y Los Lagos. Sin embargo, la iniciativa de contar con una red de ellos se diluyó tras la pandemia.
Uso compartido
Ahora Chile contará con su primer radar meteorológico, que será móvil y podrá ser usado por la comunidad científica. La iniciativa fue seleccionada en el Concurso de Equipamiento Científico y Tecnológico Mayor 2025 (Fondequip) de ANID.
Su costo es cercano a los 700 mil dólares y se espera que esté disponible para fines de 2026, cuenta Arévalo, quien lidera el proyecto.
Junto a la U. de Valparaíso, la iniciativa cuenta con la participación de las universidades de La Serena, de Chile, O'Higgins y Concepción, además del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA).
"El radar meteorológico emite ondas electromagnéticas que rebotan en las partículas presentes en la atmósfera, como gotas de agua o cristales de hielo. Al analizar cómo regresan esas ondas podemos determinar cuántas partículas hay, de qué tamaño son y cómo se están moviendo", explica Arévalo.
"Sin duda es un gran avance para la detección de fenómenos meteorológicos del tipo convectivo, como lo son las tormentas eléctricas, las granizadas, las trombas marinas o tornados", dice Simón Inzunza, geógrafo del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres.
"Actualmente, en Chile no tenemos las herramientas para decir a tal hora y en tal localidad va a ocurrir este tipo de fenómenos. Y si bien la Dirección Meteorológica establece alertas ante posibles tormentas eléctricas o tornados, son más bien avisos generales", dice Inzunza, añadiendo que el rango de tiempo que se da es muy amplio y se da por regiones, en vez de localidades.
Un radar de este tipo, dice Valenzuela, permitirá estudiar una tormenta de una forma que antes no se podía. "Al usar imágenes satelitales estamos viendo solo su superficie, pero un radar nos permite ver lo que pasa dentro de una tormenta y en tiempo real. Con el satélite es como estudiar un cáncer con un estetoscopio, cuando lo que necesitas es un escáner que vea el interior", aclara.
Y agrega: "en el caso del tornado de Puerto Varas podríamos haber visto varios minutos antes la rotación en la atmósfera baja, poner atención y advertir a las autoridades".
"Es todo un hito. Ganaremos experiencia en su uso, además de conocer sus ventajas y desventajas", dice Raúl Valenzuela, académico de la U. de O'Higgins e investigador del Centro de Ciencia del Clima (CR2).
Para Arévalo, un objetivo es capacitar a capital humano para, por ejemplo, que los investigadores aprendan a interpretar sus datos.
Pero a los científicos, dice Valenzuela, "también nos interesan otras cosas: estudiar cómo se forma el granizo, cómo se genera un tornado y todo lo que tiene que ver con las dinámicas de estos fenómenos".
Según Arévalo, el uso del radar se distribuirá por tiempo concursable. Así, un comité evaluará distintos proyectos de investigación y el radar se irá desplazando a distintos lugares para estudiar diferentes fenómenos, optimizando su uso.
Pero el radar también está pensado para ayudar a la protección civil. "Ante eventos extremos, podemos desplazar este instrumento a una zona de interés, tomando los resguardos necesarios, para ayudar a generar una alerta más detallada y, por supuesto, recolectar datos que nos permitan entender estos fenómenos extremos", dice Arévalo.
Tras la adjudicación de los fondos, agrega, comienza el proceso de licitación para la adquisición del radar. Lo que ya se ha definido es que será transportable, por lo que podrá ser movilizado por una camioneta (pesará cerca de 1 tonelada). Además, se adquirirá un sistema de alimentación de energía y los datos serían transmitidos vía satélite a través de Starlink.
"Esto puede ser el puntapié inicial para generar sistemas de alertas y respuesta a fenómenos a los cuales no estábamos tan acostumbrados como los tornados o trombas marinas. Lo que viene ahora es generar pautas de acción y sensibilización para la población para que cuando ocurran estos eventos podamos responder de buena manera", agrega Inzunza.
Para Arévalo este es un primer paso. "Chile es un país muy largo, muchas veces los fenómenos abarcan tres regiones y un radar no es suficiente. Se necesita de todas maneras una red de radares meteorológicos, que yo estimo entre 10 y 20 para el país".