¿Gobernabilidad de derechas?
Sus discursos, campañas y propuestas difieren mínimamente.
Los términos "dura", "extrema" y "radical" son ahora más precisos que nunca para describir a las derechas y sus candidatos en la primera vuelta presidencial: Kast, Kaiser, Matthei y Parisi. Sus discursos, campañas y propuestas difieren mínimamente.
En esencia, comparten una misma orientación ideológica: un pensamiento iliberal, una democracia restringida, inclinada a gobiernos de emergencia, a mano dura y a un Leviatán misantrópico.
En las últimas semanas, los candidatos han promovido con entusiasmo medidas como la cárcel o el cementerio, minas antitanque en la frontera norte, militares en las calles, pena de muerte, guardias privados, tenencia de armas y la expansión de las cárceles de alta seguridad; en resumen, un régimen excepcional de seguridad pública.
Además, es común que los candidatos del sector limiten el papel del Estado a cuestiones vinculadas al orden hobbesiano, como el crimen y el castigo, dejando de lado áreas sociales relacionadas con la libertad y las capacidades humanas (A. Sen), donde lo que importa son la autonomía, la justicia y la participación.
En nuestra sociedad, marcada por profundas desigualdades en oportunidades, educación, salud y vivienda, limitar el Estado a una función policial y anteponer los intereses del capital a las necesidades de las personas puede provocar una ceguera común en las nuevas derechas. Esto podría profundizar la lucha de clases y aumentar todavía más la desconfianza hacia las élites.
En un nivel más profundo -más allá del Estado de seguridad nacional, de una democracia protegida y de la concentración de oportunidades y capacidades-, la nueva hegemonía de ultraderecha, tanto en Chile como a nivel mundial, está llevando a cabo una ofensiva de guerra cultural en dos frentes.
Uno: alimentando la ansiedad colectiva por la supuesta pérdida de valores y la decadencia del país; generando pánico moral ante el crimen organizado, el "comunismo" y la disolución de la identidad chilena. El otro: promoviendo una reacción contra la autonomía y el pluralismo en las conductas, el pensamiento, las artes y la ciencia, así como contra las vanguardias estéticas y las humanidades críticas.
Sin duda, las nuevas ideologías de derecha que emergen en Chile y otras regiones dejan atrás el liberalismo clásico, sus formas modernas, así como el conservadurismo tradicional, la doctrina social católica, el nacionalismo republicano y la división de poderes, la libertad y el pluralismo. En cambio, se vuelven más oscuras, fundamentalistas, turbulentas, reaccionarias, intransigentes y agresivas.
¿Cómo puede esperarse una gobernabilidad democrática pacífica de un sector que busca enfrentarse a la sociedad mediante una combinación de autoritarismo refundacional, gobernanza de emergencia y propuestas de seguridad centradas en cárceles y cementerios?