Rectora de U. de Chile dice que "tendrá que revisar" acuerdo con Azul Azul
Convulsos días atraviesa Azul Azul (AA), la concesionaria que administra los destinos de la U, luego de que la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) multara a Michael Clark, timonel de AA, con 65 mil UF y lo sancionara con cinco años sin poder ejercer cargos directivos en sociedades supervisadas por la CMF
Convulsos días atraviesa Azul Azul (AA), la concesionaria que administra los destinos de la U, luego de que la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) multara a Michael Clark, timonel de AA, con 65 mil UF y lo sancionara con cinco años sin poder ejercer cargos directivos en sociedades supervisadas por la CMF. Esto, por su participación en el caso Sartor.
Clark anticipó que no renunciará a su cargo y que apelará al castigo, pero la pista se pone pesada para el controlador de AA, porque ahora fue la casa de estudios, que entrega su nombre y símbolos al club, la que dio un golpe sobre la mesa.
Rosa Devés, rectora de la universidad, manifestó ayer que "llevamos mucho tiempo preocupados y lo hemos dicho, pero la preocupación ahora es mayor. No nos gusta cómo se ha llevado el club, no nos parece que ha sido completamente transparente. Lo que estamos viendo ahora... esas preocupaciones se están respaldando de manera institucional".
La académica indicó que el plantel educacional está evaluando acciones de mayor fuerza. "Nosotros eventualmente vamos a tener que revisar nuestro acuerdo con Azul Azul, creo que eso es necesario. Se debe proteger mejor a la universidad de este tipo de acciones. Estamos pendientes de eso", comentó, agregando que serán los directores de la universidad en AA (Héctor Humeres y Andrés Weintraub) los encargados de trasladar esta inquietud a Clark.
¿Qué herramientas legales tiene la casa de estudios para presionar a AA? En el contrato entre ambas instituciones se establece que la universidad puede quitarle el uso de nombre y símbolos ante varias causales, pero la que más se acercaría a lo que hoy ocurre se cumple cuando esos activos se ocupen "de una manera tal que atente contra los principios y valores" del centro de estudios.
Como sea, sería un paso extremo, que probablemente desembocaría en litigios judiciales y que podría poner en riesgo la continuidad del club de fútbol -o bien desincentivaría a nuevos inversores-, por lo que hoy no se estima como factible al interior de la universidad. Sí gusta más la idea de empujar un cambio voluntario de controlador.