Instituto Santa Rosa, el colegio porteño fundado por una religiosa que hoy es santa y cumple 130 años
Tras cruzar la gran puerta de vitrales con representaciones del Sagrado Corazón de Jesús del Instituto Santa Rosa, en Bartolomé Mitre 1655, en el barrio de San Nicolás , se accede hacia la izquierda a una gran sala
Tras cruzar la gran puerta de vitrales con representaciones del Sagrado Corazón de Jesús del Instituto Santa Rosa, en Bartolomé Mitre 1655, en el barrio de San Nicolás , se accede hacia la izquierda a una gran sala. Un enorme retrato de Madre Cabrini domina la habitación y, por debajo, llama la atención un mueble con vitrina que alberga la colección personal de monedas y medallas de la religiosa. Agrupadas según su país de origen son un recuerdo vivo del espíritu misionero de Madre Cabrini. Egipto, Panamá, Italia, España, Portugal, y, por supuesto, la Argentina, son algunos de los lugares que recorrió y en los que dejó su huella evangelizadora. Alumnas del colegio Santa Rosa
El año pasado una serie estrenada en Netflix se hizo eco de su historia, titulada Cabrini , se centra en su llegada a los Estados Unidos, desde Italia, donde realizó una gran labor de ayuda a los inmigrantes italianos en Nueva York a fines de la década de 1880. Su obra allí determinó que se la llamara la Patrona de los Inmigrantes , pero lo cierto es que Madre Cabrini dedicó su vida a la labor misionera y educativa que sembró a lo largo de toda América. La primera sede del colegio sobre la calle Belgrano
Francisca Javiera Cabrini , conocida como Madre Cabrini, era una persona menuda, de cabellos dorados y ojos azules, según cuenta la Madre Flora Giovagnoli, Misionera del Sagrado Corazón y oriunda de Pérez, en la provincia de Santa Fe, quien fue rectora del Instituto Santa Rosa en la década del 70. Cabrini había nacido en el norte de la actual zona de Italia, en 1850, exactamente en el pueblo de Sant’Angelo Lodigiano, ubicado en la provincia de Lodi, en la región de Lombardía. Era la menor de trece hermanos, de los cuales solo cuatro sobrevivieron. A los 20 años quedó huérfana, se recibió como maestra y emitió sus votos religiosos en 1877; durante esos inicios fundó, junto con otras siete hermanas, la comunidad de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, inspirada en el misionero jesuita San Francisco Javier de quien tomó su nombre al ordenarse. El patio del colegio, hoy
Poco tiempo después comenzaría su labor misionera que la llevó por todo el mundo. A sus 97 años, Madre Flora recuerda la llegada de la religiosa a América. "Tras sus votos quiso ir a China, pero el papa León XIII le pidió que fuera al Oeste, a los Estados Unidos, donde los hermanos italianos que habían emigrado eran maltratados y vivían en malas condiciones. Llegó a Nueva York en 1889, era la primera vez que cruzaba el océano Atlántico y a lo largo de su vida lo haría más de veinte veces", explica. Una comunión en el colegio
En un principio estableció allí un orfanato para hijos de inmigrantes italianos que vivían en la pobreza, en las siguientes décadas se sumarían escuelas y hospitales, entre el que se destacó el Hospital Columbus en la ciudad neoyorquina. Un dato que refleja su vocación en la formación es que Cabrini apoyó desde un primer momento la enseñanza del inglés en los establecimientos educativos que fundó para los italianos con la convicción de la necesidad de integrar a esa numerosa comunidad en esa ciudad. La fachada del colegio
Tiempo después se dirigió a Costa Rica, Panamá, Brasil y Chile, con el objetivo de fundar nuevas casas de caridad. Explica Madre Flora que Cabrini emprendió estos viajes largos por los que llamaba "la América española" en los que en muchos casos veía una intención anticlerical. Tras llegar a Chile no cruzó directamente la cordillera por la gran nevada, sino que permaneció allí un mes, luego se dirigió a Mendoza y llegó en tren a Buenos Aires, donde vivía uno de sus hermanos y donde la esperaba el obispo que, en ese entonces, era el padre Darío Broggi. El aula de corte y confección del colegio
"Con el aval del padre, pronto comenzó a buscar un lugar para alquilar y establecer un colegio, después de ver más de veinte casas decidió fundarlo en la calle Belgrano 660", cuenta la religiosa.
Y recuerda que para Cabrini en la América Española era muy importante la educación. "Para ella educar era evangelizar", dice. Comuniones en el colegio en el año 1930
Así estableció un primer colegio para señoritas que quedaban allí pupilas y que quedó inaugurado el 8 de mayo de 1896, el actual Instituto Santa Rosa . "En ese momento no había tantas escuelas secundarias, sino que la mayoría eran de educación primaria, pero ella inauguró un secundario y, en un principio, asistían chicas de alto nivel social", relata. La capilla del colegio, hoy
"Cabrini pensó en una educación completa que tuviera idiomas como inglés, francés e italiano e incluso luego mandó a buscar un profesor de alemán. El colegio también dictaba clases de pintura, piano, violín y corte y confección", agrega.
Al comienzo tuvo unas 60 alumnas y, con el paso de los años, el crecimiento del alumnado la llevó a buscar un nuevo lugar está vez sobre la calle Bartolomé Mitre a una cuadra de donde se encuentra el actual instituto. Ya en 1901 el colegio se estableció en la ubicación que tiene hoy. En la década de 1960, dejó de ser un colegio de mujeres para admitir varones en sus aulas. Esta edificación quedó inaugurada el 9 de agosto de 1931 y fue levantada por los arquitectos Alfredo y Alberto Olivari, quienes tenían su estudio en la calle Bartolomé Mitre al 383.
El futuro de su legado
Durante su segundo viaje a la Argentina, Madre Cabrini creó otras instituciones como el Colegio Santa Rosa , en el barrio de Caballito, en la calle Rosario al 600, inaugurado en 1901, el cual cerró sus puertas en 2006. Su obra incluyó también una escuela y orfanato Regina Coeli, en la actual zona de Villa Mitre, para el que compró un terreno en Boyacá 1817, a pedido del Padre Broggi, para una zona pobre de inmigrantes italianos y sin presencia religiosa. Tiempo después este pasó a ser un colegio que se estableció a una cuadra de allí, el Instituto Cabrini en César Díaz 2052.
Otras de las instituciones que fundó la religiosa en forma personal en el país fueron el Colegio Sagrado Corazón, en Villa Mercedes, San Luis, y el Colegio Internacional en Rosario, Santa Fe, actualmente Colegio Madre Cabrini.
Falleció el 22 de diciembre de 1917 en Chicago. En 1938 fue proclamada Beata y el 7 de julio de 1946 Santa por el Papa Pío XII. En 1950 fue declarada como Patrona de los emigrantes y es la primera ciudadana de Estados Unidos canonizada por la Iglesia Católica Romana. La Hermana Flora
Tras su fallecimiento se inauguraron otras instituciones en la Argentina como el Colegio Madre Cabrini, en Villa Mercedes, San Luis; el Colegio Madre Cabrini, en Capilla del Monte, Córdoba; Colegio Santa María, en Rosario, Santa Fe; y Escuela Cabrini de Villa Amelia; en Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires.
El pasado viernes 14 se celebró una misa en la Catedral de Buenos Aires con motivo del camino hacia los 130 años de la llegada de Madre Cabrini a la Argentina, mientras que el Colegio Santa Rosa se prepara para el gran festejo de su 130 aniversario el año próximo. El segundo edificio del colegio, sobre la calle Bartolomé Mitre
"Haced que la vuestra no sea una escuela de Literatura, de Ciencia de Matemáticas, de historia sino de buenas costumbres, de sólida moral cristiana y habéis hecho así un gran servicio no solo a la religión sino también a vuestra patria", se lee en una placa dispuesta en el hall de entrada al instituto que fue colocada en 1996 cuando se cumplieron los 100 años de fundación del Santa Rosa.
"Tanto el Papa Francisco como el actual Papa León XIV destacaron la importancia de Madre Cabrini y su misión evangelizadora", dice la Hermana Laura Sánchez, quien pertenece a las Misioneras del Sagrado Corazón y se desempeña actualmente como directora del Nivel Primario del instituto. El salón de actos del Instituto Santa Rosa
"Dedicó su vida a la misión de divulgar la gloria del Corazón de Jesús en cada rincón del mundo a donde fue. Madre Cabrini viajó muchísimo, a pesar de la fragilidad de su salud siempre estaba con su valija de viaje para cumplir esa misión evangelizadora y educadora que siempre tuvo", finaliza Madre Flora.