Selfis y análisis de voz: los nuevos sistemas para verificar la edad en la web no son inocuos

Reconocimiento facial a través de selfis, análisis de voz, validación de documentos de identidad así como modelos predictivos -que identifican patrones de uso de internet- son algunas de las herramientas tecnológicas que diferentes plataformas digitales han comenzado a implementar para verificar la edad de los usuarios.
Una consecuencia de nuevas leyes más estrictas que países como Australia, cuya norma prohibirá a partir del 10 de diciembre las redes sociales a los menores de 16 años, han comenzado a implementar con el propósito de proteger a niños y adolescentes de los riesgos digitales y contenidos perjudiciales.
"Muchos países están avanzando en regular el acceso de menores porque estas plataformas operan con algoritmos basados en inteligencia artificial (IA), diseñados para maximizar la permanencia, no para proteger a los usuarios más jóvenes", dice Javier Maldonado, doctor en Ingeniería Informática y académico de la U. Técnica Federico Santa María.
"Sin reglas claras, los niños quedan expuestos a contenidos dañinos, contactos inapropiados y dinámicas adictivas que pueden afectar su bienestar emocional y su privacidad", agrega.
Sin embargo, a nivel global, expertos en el tema ya advierten que no hay certeza sobre la eficacia y precisión de estos sistemas de control. Y también sobre su seguridad y potenciales riesgos.
"Sin duda permiten reducir el acceso no autorizado de menores de edad, pero ninguna de estas herramientas garantiza una precisión absoluta", precisa Miguel Sanhueza, académico de la Facultad de Ingeniería de la U. Tecnológica Metropolitana (UTEM).
Una de las estrategias es la captura de la biometría a través del escaneo del rostro o mediante una selfi. Sanhueza recuerda que "los sistemas biométricos operan con umbrales de probabilidad y no de certezas categóricas", lo cual levanta críticas por sus posibles sesgos discriminatorios o por el riesgo de infringir la protección de la privacidad.
De hecho, "abre la duda sobre cómo se almacena la información que recogen y qué harán con esa data", dice Soledad Garcés, directora de la Fundación Convivencia Digital. "Varios países están proponiendo tener el consentimiento informado de los padres".
En el caso australiano, se exigirá a las plataformas que destruyan la información obtenida una vez completada la verificación.
"Los datos biométricos son sensibles y para eso se requiere especificar cómo los van a recoger, tratar, almacenar y usar. Es complejo porque muchas de estas empresas pueden instalar sus sedes en países donde no haya mayores regulaciones y actuar de acuerdo a la legislación de esos países. Eso deja a los menores en situación de riesgo", dice Garcés.
Otra de las medidas es el escaneo del RUT o DNI, precisa Garcés. Sin embargo, "a estas empresas no les interesa que ese público (joven) salga de las redes, por lo que no harán nada muy complejo ni tampoco tan difícil de saltarlo o vulnerarlo".
Tanto en Australia como en otras naciones que cuentan con este tipo de leyes, como Dinamarca y el Reino Unido, la implementación de las medidas recae exclusivamente en las compañías tecnológicas.
Las empresas deben comprometerse a emplear tecnologías de verificación de edad robustas o, de lo contrario, podrían recibir multas (en Australia, serán de hasta US$ 49,5 millones).
Control mixto
En Chile, un proyecto de ley presentado en enero pasado por el diputado Rubén Oyarzo, del Partido Radical, apunta a prohibir el acceso de menores de 14 años a redes sociales. "Lo que busca es que las empresas de redes sociales se hagan responsables del ingreso y de los contenidos; aparte de los riesgos por la exposición a pantallas ( bullying , salud mental, pederastia), muchas veces el contenido, incluso en aplicaciones que son para niños, no es el adecuado", explica Oyarzo.
Si bien el proyecto fue presentado a las comisiones de Educación y de Familia, no ha sido puesto en tabla hasta ahora. "No sé cuáles son las razones, pero es un proyecto de ley que va en línea con lo que está pasando en el mundo; incluso Brasil ya hizo un proyecto similar".
Según los especialistas, alcanzar un control de edad eficaz implica combinar más de un método de verificación. "La tendencia global no es depender de una sola herramienta, sino de sistemas mixtos que combinen precisión, privacidad y proporcionalidad según el nivel de riesgo del servicio", dice Maldonado.
Sobre todo, agrega Sanhueza, considerando que "los adolescentes poseen altos niveles de alfabetización digital y suelen buscar mecanismos para evadir estas barreras". El desarrollo de la inteligencia artificial, agrega, se ha convertido en una herramienta útil para modificar voces o imágenes, por ejemplo.
Garcés destaca otro punto que debe ser cubierto: hay plataformas a las que se puede ingresar sin necesidad de crear una cuenta. "Las nuevas leyes piden reglas para abrir una cuenta como usuario, no para descargarla. Creo que en eso hay que ser bien cuidadosos, porque si no se regula la descarga, los niños y adolescentes la usarán igual".
Por ello, dice la especialista, más que prohibir, el tema pasa por la educación. "Si no educas en estos temas y los riesgos de las redes sociales, la tentación es grande para niños y adolescentes".
Mirada que incluye el proyecto de ley chileno, dice Oyarzo. "Hay que concientizar y dar herramientas para que los padres se hagan responsables de la educación de los niños en este tema".
Maldonado puntualiza que "regular no busca excluir a los menores del mundo digital (en general), sino equilibrar la relación entre familias y plataformas que hoy operan con asimetría total de poder y de información".