La temporada de piscinas causa la mayor cantidad de reclamos en edificios en el año
No secarse y mojar pasillos y ascensores, poner música a todo volumen o llevar más invitados de lo permitido son algunos problemas. Reforzar y difundir las normas de la comunidad es clave, dicen expertos.
Con la cercanía del verano y jornadas con temperaturas más altas, por estos días muchos edificios y condominios han abierto la temporada de piscinas. Una medida que es esperada por muchos residentes, pero que pone a prueba la buena convivencia.
Ruidos molestos, juegos que incomodan a otros, llegar con invitados o desplazarse mojado por el edificio son algunas de las situaciones que generan conflictos y que hacen que la tensión vaya en aumento en los pasillos, ascensores y espacios comunes.
Testigos de estas dinámicas son los conserjes y mayordomos, que deben mediar entre los involucrados. Algunos consultados reconocen que, aunque durante todo el año hay quejas entre los moradores por diferentes motivos, es en esta época -y sobre todo por el uso de la piscina y sus espacios aledaños-, que los conflictos se disparan.
"En el año hay reclamos, pero no todos los días, y por temas esporádicos, como ruidos o basura en lugares que no corresponde. Pero con la apertura de la piscina, las quejas aumentan, sobre todo los fines de semana", cuenta Rebeca Donoso, quien desde hace cuatro años se desempeña como mayordomo de un edificio de 190 departamentos en Ñuñoa.
Una apreciación que comparte Mario Riquelme, conserje de un condominio de dos edificios -con 168 departamentos cada uno- en pleno centro de Santiago. "Es notorio cómo llegan más reclamos de vecinos molestos por la forma en que otros usan estos espacios. A veces es porque los niños se ponen a jugar con pelotas en el agua, porque dejan tirados los juguetes o porque algunas personas 'reservan' las pocas reposeras que hay poniendo toallas encima para que nadie más las pueda ocupar".
"Los problemas entre vecinos en los edificios se potencian en esta temporada", confirma sin titubear Alfonso Fernández, mayordomo de un edificio de 40 departamentos en Las Condes. Y el uso de la piscina y los jardines es la causa principal, enfatiza. "Lo que más reclaman aquí es cuando la gente no se seca y se devuelve a su departamento mojando los pasillos y ascensores".
Un detalle no menor, agrega, considerando que esto puede provocar una falla eléctrica o un cortocircuito en el tablero. "Arreglar este tipo de desperfecto puede llegar a costar un millón de pesos o más. Sin olvidar el riesgo de caídas o descargas eléctricas para los demás residentes".
Reflejo de la sociedad
Los conflictos, al parecer, son una parte inevitable de vivir en este tipo de lugares. A juicio de Luis Gajardo, sociólogo y académico de la U. Central, "lo que se vive en los condominios no hace más que reflejar lo que se vive en nuestra propia sociedad: un poco individualista y en donde importa sobre todo mi propio bienestar, a veces pasando a llevar a los demás".
Además, agrega, "como tiene que convivir gente de distintas edades, entonces hay más probabilidades de que aumente el conflicto".
Un estudio divulgado hace unas semanas por ComunidadFeliz, plataforma de administración de edificios y condominios, revela que el 59% de los encuestados reconoce haber presenciado o participado en conflictos entre vecinos, al menos una vez al mes o más, durante el último año.
Según el sondeo, los principales problemas surgen por el mal uso de los espacios comunes. Las piscinas son una de las causas frecuentes en esta temporada, según comenta Valeria Morillo, vocera de ComunidadFeliz. "Algo que ocurre mucho es cuando no se respeta la cantidad de invitados".
Para solucionarlo, "hemos visto administraciones que usan brazaletes y otras que llegan a un punto medio, en que permiten invitados, pero no los fines de semana, por ejemplo".
"Siempre se debe aplicar criterio", reconoce Fernando Tapia, conserje de un condominio en Recoleta. "Si la piscina está vacía, no hay problema que un residente vaya con más personas. Lo que sucede es que hay vecinos que están pendientes y reclaman porque no se cumple el reglamento".
Por ello, dice Morillo, "una de las cosas que tienen que hacer las administraciones y comités es reforzar mucho que el residente conozca el reglamento de copropiedad del edificio; qué se puede y no se puede hacer".
Algunas normas enfatizan que los niños siempre deben estar acompañados de un adulto, que no se pueden realizar piqueros o juegos bruscos, que las mascotas no pueden acercarse a la piscina, así como que está prohibido comer o beber en esa área para mantener la higiene del agua.
De no cumplirse, viene la amonestación. "Primero es verbalmente, pero si no hacen caso o se repite, se advierte que recibirá una multa que se carga a los gastos comunes", explica Donoso. Estas pueden ir, según los entrevistados, desde 0,5 UF hasta las 3 UTM (unos $208 mil). En casos más complejos, incluso se puede llamar a Carabineros o Seguridad Ciudadana.
Los entrevistados concuerdan en que los reclamos siempre se deben hacer a través de conserjería o administración y no arreglar las cosas directamente, porque puede generar mayor conflicto.
Para Morillo, la sanción es clave ya que, de lo contrario, "da pie a que a que la gente siga incumpliendo con las normas".
"La sanción ayuda un poco a tomar conciencia de que se está haciendo algo incorrecto", agrega el sociólogo, quien estima que es importante conocerse entre los vecinos, ya que eso ayuda "a promover una cultura del respeto y la convivencia, lo más sana posible. Porque si uno no sabe ni siquiera quién vive al lado, las cosas son bastante más complicadas".
Buen funcionamientoSi bien cada edificio o condominio debe contar con un reglamento propio, existen algunas directrices generales y autorizaciones tanto en términos de las condiciones sanitarias, higiénicas y de seguridad, según informan desde la Seremi de Salud Metropolitana.
Desde 2023 a la fecha, se han fiscalizado 155 piscinas públicas, 93 de ellas en edificios y condominios, y se cursaron 46 sumarios sanitarios y 17 prohibiciones de funcionamiento. En caso de existir algún problema, las denuncias se deben ingresar al sitio oirs.minsal.cl.