La figura de Nacional en las finales clásicas reveló qué sintió en la arenga de Sebastián Coates. También repasó su historia de resiliencia y la promesa que le hizo a su madre cuando iba a la escuela.
Christian Ebere recibe a Ovación con una sonrisa y sabe que hoy todos los reflectores le apuntan a él después de haber hecho el gol que le valió un título a Nacional en la definición clásica ante Peñarol. En esta charla íntima revela qué sintió en la emotiva arenga de Sebastián Coates en honor a Juan Izquierdo y segundos después de hacer gritar a todo el Gran Parque Central, pero también repasa su historia de resiliencia. Desde lo que le prometió a su madre cuando iba a la escuela hasta el día que le dieron un "papel falso" cuando deseaba irse de Rosario Central a Brasil, por lo que tuvo que pasar seis meses sin jugar al fútbol profesional. También recordó cuando su exrepresentante lo abandonó y debió comenzar "desde cero". Por otra parte, dio detalles de cómo se vivió en Nigeria la previa del cruce ante Brasil por el Mundial Sub 17, el impacto que produjo la abultada victoria y el posterior título mundial que ganaron en Chile 2015. Más allá de que su futuro deportivo es una incertidumbre y está abierto a escuchar ofertas, reconoce que ya se adaptó al fútbol uruguayo.
-¿Qué fue lo primero que pensaste después de anotar el gol que le dio a Nacional el título de campeón uruguayo? - Estaba emocionado por las cosas que ya pasaron y porque estábamos luchando para tener ese campeonato. Y yo pensaba: 'Pah, ahora tenemos que defender esto porque ya está en casa y por nuestro excompañero Juan Izquierdo', tenía muchas cosas en la cabeza.
- ¿Qué pensaste cuando Sebastián Coates dijo en la arenga previa a la final clásica: 'Tenemos que ganar el título por Juan Izquierdo'? - Quedé emocionado, Juan Izquierdo es una persona que luchó por el equipo y por el club hasta último momento. Este campeonato tenía el nombre suyo y tenía que quedarse en casa, no se nos podía escapar, por eso luchamos con ganas. - ¿Cómo fue celebrar el gol y el título con tu hija en brazos? - Yo estaba muy contento y feliz, a mí no me gusta llevar a mi hija al estadio. Hay algunas personas que no sabían que yo tengo una hija si no lo contaba personalmente. Ese día fue un momento feliz, alegre y no podía dejar a mi hija afuera de esos momentos. Era un momento de gloria y tenía que estar con mi hija al lado, ella entró al Gran Parque Central y mi hermano también.
- En los festejos del campeonato usaste la palabra "Poha" y unos lentes, ¿a qué se debe? - Poha es una palabra que uso cuando hago un gol, como si fuera 'carajo' o algo así. Los lentes me los puse por una película que no sé cuántas veces la vi y se llama Blade, un moreno que usa lentes. Yo le prometí a algunos compañeros míos que si salíamos campeones me iba a poner esos lentes.
- Nacional tiene el sueño de que Luis Suárez retorne al club, ¿qué significaría para tu carrera compartir vestuario con él? - Sería una alegría tener a Luis Suárez al lado mío como compañero. Cuando yo era un niño estaba sentado en el sillón mirándolo hacer golazos, entonces si lo veo al lado mío voy a estar feliz. Poder aparecer en fotos entrenando con él sería algo que no podría olvidar.
-¿En este caso no te importa que pueda ser un competidor por el puesto de titular? - No, no seríamos competencia, entrenaríamos y seríamos un grupo. Los dos vamos a jugar porque hay momentos para todo, en algunos lo vamos a necesitar a él, en otros a mí. Yo puedo estar en el banco y esperar el momento en el que me necesiten, o viceversa. Eso lo maneja el entrenador en función de cómo estas. -¿Es cierto que pudiste cumplir el sueño de regalarle un auto a tu mamá? - Sí, cuando yo era chico, mi tío, el hermano de mi mamá, iba a visitarla y le prometía que le iba a comprar un auto y mamá quedaba esperando y esperando. Llegó un día en el que él vino y mi madre le dijo: 'Hermano, pensé que vos me ibas a comprar un auto, lo necesito ahora para ir a trabajar, que donde yo trabajo queda lejos'. Yo soy el más chico de la familia y vi la cara de mi mamá, que estaba triste. Yo estaba en la escuela y le dije: 'Mamá, tranquila que yo te voy a comprar un auto para vos'. El primer dinero que gané en el fútbol fue en la selección Sub 17 de Nigeria cuando salimos campeones, el dinero que nos dieron yo lo usé para comprarle el auto Toyota Avilon. Cuando se lo regalé, ella no me creía y pensaba que era el auto de otra persona. Me dijo: '¡No! ¿Qué estás haciendo con el auto de otra persona?' porque a mi mamá no le gustan los problemas. Mi mamá lloró de alegría y estaba feliz, yo también me emocioné. Ella me agarró como un niño y no me quería soltar.
- ¿Tenés el deseo de quedarte un año más en Nacional? - Ahora es el momento de descansar un poco la cabeza con todo lo que ya pasó. Hasta Luis Suárez quiere volver a Nacional, así que imagínate. Es un club grande que yo quiero, pero tenemos que charlar entre el club y mi representante, yo no tengo problema y Nacional es un equipo que a mí me gusta. Si veo una cosa por otro lado que es mejor para mi carrera, también, y si hay posibilidad de quedarse no tengo problema, yo ya me acostumbré a Uruguay, que es como mi casa. O también puedo seguir la carrera por otro lado y volver en uno o dos años para ayudar.
-¿Cómo definirías ser campeón uruguayo con un gol tuyo en la final? - Estoy muy feliz, contento y en cualquier lugar al que vaya estaré feliz siendo campeón y por la persona que haga el gol del título porque todo es cosa del grupo. Mi familia también está feliz, me mandan mensajes y quieren hablar conmigo. Algunos amigos de Nigeria me mandan mensajes felicitándome y mis excompañeros de la selección también.
-¿Qué momentos de sufrimiento atravesaste antes de llegar a donde estás en la actualidad? - Cuando yo me fui de Rosario Central a Brasil. Era el momento de que yo firmara un contrato mejorado y, cuando estaba terminando el campeonato, yo me lesioné, me recuperé y volví a jugar. Y desde Rosario Central me empezaron a decir: 'Tranquilo Ebere'. Me molestó porque dije: 'Si yo me lesioné jugando acá y todo, ¿por qué no me van a dar el mismo contrato que me iban a dar?', y me decían: 'No, esperá un poquito más'. Y yo ahí quería jugar en Primera División, tenía unas ganas bárbaras y quería mejorar mi vida. Yo no quería cumplir 21 años y quedarme ahí, quería ir a otro equipo porque yo quería jugar. Yo ya tenía una propuesta de Brasil y pensé que en Rosario Central me habían dejado libre, pero no, me dieron un papel falso. Llegué a mi nuevo equipo y me dijeron que ese no era el papel para quedar libre. Llamaron a Rosario Central y les empezaron a pedir plata. Y yo dije: '¿Cómo es eso? Yo llamo y nadie quiere atenderme'. Me quedé seis meses sin jugar porque se había cerrado el mercado de pases. ¿Y estuve seis meses sin jugar? Sí, pero gracias a Dios Juventude me quiso, seguí entrenando y me pagaban mi salario. Cuando abrió el mercado de pases de nuevo busqué un abogado de FIFA y, cuando el abogado dijo que debían pagarme el doble si no me liberaban porque por culpa de ellos yo me quedaba seis meses sin jugar si se cerraba la ventana de transferencia, ahí no pasaron 24 horas y ya me liberaron, y yo cerré mi contrato en Juventude.
-¿Hubo algún otro desafío que debiste superar? - En otro momento, cuando yo estaba en Brasil, el primer documento que tuve solo valía por un año. Cuando se estaba por vencer, yo estaba en otro club y tenía que renovar el documento, pero comenzó la pandemia y no pude hacerlo. Fui a la casa de mi exrepresentante, que vivía cerca de donde yo estaba, llamé por teléfono y una mujer me respondió diciendo que mi exrepresentante estaba en el hospital. Fui a su casa y no había nadie, la había vendido y ya no vivía más ahí. Entonces me ayudó un amigo y buscamos otro representante, que es el que tengo ahora, quien me dijo que teníamos que comenzar de cero y fuimos mejorando cosas poco a poco.
-¿Cómo gestionás la distancia con parte de tu familia, que vive en Nigeria? - Extraño a la familia, pero no lo pongo tanto en mi cabeza porque quiero ayudarlos y, para poder hacerlo, tengo que estar bien de la cabeza también. Yo siempre llamo a mi familia y cuando tengo vacaciones les dedico mucho tiempo y voy a Nigeria a visitarlos.
-¿Tenés alguna anécdota para contar de haber compartido plantel con Victor Osimhen? - Haber ganado el Mundial Sub 17 juntos con Nigeria fue un momento feliz y nadie creyó en nosotros. Cuando estábamos en la charla técnica previa al partido contra la selección de Brasil, en nuestro país decían: 'Pah, nos toca con Brasil, ellos van a ganar tranquilos'. En la charla técnica que hicimos en el vestuario mostraron todos esos comentarios y dijeron: 'Miren, si ustedes quieren esto, hacemos nuestras valijas y volvemos para Nigeria, pero si ustedes creen en ustedes mismos, vamos para adelante entonces a ganar el partido'. El primer tiempo terminó 3-0 y luego ganamos nosotros. En toda Nigeria comenzó una locura. Todo el mundo decía que Brasil era top, entonces dijeron que, como le ganamos a ellos, íbamos a ser campeones del mundo.