Recuperar la ética
María Sol Navia V
María Sol Navia V.
Para enderezar el rumbo del país, que camina a zancadas hacia el abismo, es necesario recuperar la ética y la moral. Estos conceptos trabajados desde la antigua Grecia han sido fundamento de las sociedades y donde se han debilitado éstas han afrontado múltiples problemáticas y en muchos casos desintegraciones sociales. La ética es la guía para las interacciones humanas y el comportamiento personal y social. La actuación dentro de una ética no solo implica el cumplimiento de normas morales sino el respeto por la dignidad propia y la de los demás, así como sus derechos fundamentales. La ética es básica para generar confianza en las personas y en las instituciones y organizaciones, y su rompimiento trae repercusiones individuales y colectivas, pues afecta todo tipo de relaciones políticas, sociales, comerciales, laborales, en fin, afectando los vínculos normales de las personas y las comunidades. Existe una ética moral y social que debe guiar a cada individuo, pero también existen la ética profesional y específicamente la de las distintas profesiones, así como una ética para distintas actividades, que acompaña el comportamiento y crea la confianza indispensable. La desconfianza perjudica las relaciones de todo tipo e impide la cooperación efectiva y la integración de equipos y grupos que realizan trabajos en común. Además, la ausencia de ética puede llevar a un entorno donde prevalece la corrupción, el engaño y la injusticia, lo que afecta la reputación y la credibilidad de las instituciones implicadas. Esto lo estamos viviendo en nuestro país pues el desprecio, o mejor, el desconocimiento de principios, valores, moral y ética han generado todo tipo de actuaciones corruptas, injustas y delictuosas, que, si bien algunas han tenido sanciones, muchas y quizás las más graves siguen impunes y afectando la credibilidad general. Esto es válido desde las violaciones cometidas en la campaña presidencial, continuando con los robos inmensos por funcionarios como en el caso de la UNDRD, contrataciones de varios tipos y llegando al uso inadecuado de los recursos públicos que no se utilizan para los propósitos atinentes a su función y objetivos sino bajo visiones personalistas, politiqueras u otros fines, lo que rompe la ética del ejercicio de los cargos. Lo vivimos también cuando, desconociendo el valor de la vida humana y la libertad, los peores criminales no fueron sancionados sino premiados por una supuesta paz que no existe. En el ámbito empresarial, la falta de ética tiene sanciones legales y perjuicios económicos, se enfrentan multas, litigios y pérdida de clientes, lo que afecta la competitividad y sostenibilidad a largo plazo. Prácticas como el fraude y las trampas financieras, la explotación laboral, acosos, discriminación, abusos y aprovechamientos tienen efectos negativos en las organizaciones y empresas en general. La cruzada por rescatar los valores, la ética y la moral debería ser la bandera central de los candidatos a corporaciones y a la Presidencia.
Exministra.