En la intervención del canciller argentino, Pablo Quirno, hubo menciones al camino que comenzó a recorrer Uruguay en busca de nuevos mercados, lo que es especialmente destacado en la Cancillería que lidera Mario Lubetkin.
La última cumbre del Mercosur tuvo características esencialmente distintas a las anteriores, y dejó una sensación extendida en el gobierno de
Yamandú Orsi de que, en varios sentidos, hay razones para mantener optimismo sobre la vida institucional que tendrá el bloque en el futuro, y una agenda que se muestra activa y dinámica como hacía años no ocurría.
Más allá de la postergación de la firma del acuerdo con la Unión Europea, que era el objetivo máximo de
Luiz Inácio Lula Da Silva para la cumbre que se hizo en
Foz de Iguazú (Brasil) este fin de semana y prácticamente el único tema que interesaba a medios y dirigentes
(ver recuadro), en la Cancillería que dirige
Mario Lubetkin hay varios apuntes que fueron traídos a
Montevideo sobre lo ocurrido en la triple frontera y las interpretaciones que pueden extraerse de lo dicho y sucedido.
Algunas de esas conclusiones fueron expuestas por el propio Lubetkin en las últimas horas, al referirse a la interrogante previa a esta cumbre, que hacía alusión a conocer "dónde está el Mercosur". "En ese sentido,
vinimos satisfechos", aseguró el canciller en entrevista con Desayunos Informales (Canal 12).
"Están cambiando los signos políticos de muchos gobiernos se explayó. Hay un núcleo de gobiernos conservadores mucho más fuerte que en otra época. La posición satisfactoria que tenemos es que estaban todos los presidentes". Es decir, pese a las incertidumbres manejadas hasta último momento, el encuentro contó con el presidente
Javier Milei, quien ha sostenido y de manera enfática meses atrás que estaba en sus planes retirar a Argentina del bloque.
Pero Milei fue y, aunque acumuló varias críticas contra el funcionamiento del bloque, como ya se verá, aquel extremo ha quedado de lado. "
Del Mercosur no sale nadie. Y, además, se va transformando en un polo de atracción", afirmó Lubetkin.
La modernización y la coincidencia con Argentina
El presidente Orsi sostuvo el sábado ante sus pares que Uruguay reafirmaba "su plena pertenencia" al bloque y "su firme voluntad de contribuir a su consolidación como la plataforma estratégica", pero que al mismo tiempo en un reclamo en que fue insistente el expresidente
Luis Lacalle Pou, y que también había encarnado, antes, el exmandatario
Tabaré Vázquez el bloque debía ser "lo suficientemente
flexible y
moderno" para brindar un espacio de fomento al desarrollo de las economías y poder "generar crecimiento y beneficios sustanciales".
Es decir, que la alianza tiene que actualizar su normativa para, entre otras varias cosas, habilitar cosa que hoy prohíbe en forma expresa a que sus socios negocien de manera bilateral acuerdos comerciales con terceros países.
A esto hizo directa referencia Milei, quien, al igual que en la anterior cumbre de mediados de año en
Buenos Aires planteó una exhaustiva enumeración de todos los problemas de funcionamiento que ha acumulado el bloque desde su nacimiento en 1991.
"No hay mercado común, no hay libre circulación efectiva, no hay coordinación macroeconómica, no hay armonización normativa real, no hay incremento significativo del comercio interno,
no hay apertura suficiente al mundo", dijo, en resumidas cuentas, para pasar a cuestionar su "burocracia sobredimensionada e ineficaz" y "los aranceles externos" que se encuentran "entre los más altos del mundo".
Con estilos y marcos ideológicos bien diferente, en el gobierno de Orsi destacan la
sintonía conceptual planteada por Uruguay, tanto por el propio mandatario como por Lubetkin, que el día viernes afirmó que entendía "posible fortalecer y repotenciar el bloque mediante la modernización de las modalidades de negociación con terceros, de manera que se puedan considerar los distintos ritmos y necesidades de cada Estado Parte", unas palabras que, casi idénticas, planteo Lacalle Pou en el período pasado y también su entonces canciller,
Omar Paganini y antes, incluso, el exministro
Francisco Bustillo.
Pero además, en el Palacio Santos quedó resonando la intervención del canciller argentino,
Pablo Quirno, quien se refirió al camino que ha iniciado Uruguay como un modelo a seguir, sobre todo con la apuesta de Uruguay al
Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (
CPTPP), cuya solicitud de ingreso fue aprobada semanas atrás, sin que mediara una habilitación directa de los socios del Mercosur.
Hay, analizan en la Cancillería, un "repensamiento hacia un escenario mucho más realista del Mercosur".