Que viva el niñito Jesús...
El sentido cristiano navideño me acompaña desde mis lejanos días de acólito, cuando cantábamos: "Adeste, fideles, laeti, triumphantes, venite, venite in Bethlehem"
El sentido cristiano navideño me acompaña desde mis lejanos días de acólito, cuando cantábamos: "Adeste, fideles, laeti, triumphantes, venite, venite in Bethlehem". Íbamos en procesión durante la Novena del Niño y nos deteníamos a la entrada de la Recoleta Franciscana.
Ahí, a eso de las 21 horas, los niños cantaban, recitaban y hacían sus gracias esperando la llegada de Jesús. Todo esto, claro es, ocurría en los años cincuenta.
Tantas y tan bellas canciones que se han escrito con el mismo sentido. Una que me trae gratos recuerdos la entonaba con mi esposa, que cantaba lindísimo. Yo hacía segunda voz: "Árbol de paz, de Navidad,/ te llevo en mi recuerdo./ Buscando iré/ tu alegre luz/ que va mostrando el cielo./ Tú me vas enseñando/ que crezca hoy más que ayer/ para imitar a nuestro Dios/ que hoy ha nacido en Belén".
Hablando del sentido cristiano, me vino a la memoria Leo, diagramador del diario, que por estos días, imitando a un ebrio por cola de mono, exclamaba en medio de la crónica: "!Que viva el Niñito Jesús y que el Viejo Pascuero se vaya a la #&**Ñ@#¡". Nunca se entendió bien a dónde mandaba al viejito, pero al Polo Norte no era...
Mejor, entonemos: "A las doce de la noche/ todos los gallos cantaron/ y en su canto anunciaron/ que el Niño Jesús nació...". !Feliz Navidad¡